El interventor del Enargas, Federico Bernal, aseguró este lunes que las tarifas de gas van a aumentar en mayo entre 6% y 7% para los hogares y 4% para las pymes. Sin embargo, aclaró que ese aumento contempla solo el ajuste de los componentes de transporte y distribución, pero no el precio del gas. Para decirlo de otro modo, es como si la Secretaría de Comercio Interior hubiera aclarado que el aumento promedio de 4,8% en la canasta de Precios Cuidados, también anunciado el lunes, en realidad surge de un acuerdo con los supermercados, pero todavía resta saber cuál es el incremento de precios que le va a aplicar la industria alimenticia a esos mismos bienes. Por lo tanto, tal vez la suba no termine siendo del 4,8% sino el 10% o el 12%, pero eso depende de otra área. Así planteado sorprende porque se supone que antes del anuncio definitivo las distintas áreas coordinan la política pública entre sí, pero eso fue lo que dijo Bernal.
-¿El mayor costo de adquisición del gas que tienen las distribuidoras será trasladado a los usuarios? ¿O será cubierto con más subsidios? –le preguntaron a Bernal en El Cronista cuando comprendieron que hablaba solo de una parte de los componentes que integran la tarifa final que paga el usuario.
– Recordemos que la Secretaría de Energía convocó a una audiencia pública el pasado 15 de marzo. El objeto fue debatir qué porcentaje del precio del gas surgido del Plan Gas será cubierto (subsidiado) por el Estado Nacional. Pues bien, todavía falta que la Secretaría resuelva y se expida sobre ello. Recordemos que no todo costo de adquisición corresponde ser trasladado automáticamente a tarifa, es decir, a usuarios y usuarias.
– ¿Y si los precios aumentan porque el Estado no puede aumentar los subsidios, como afirmó el ministro de Economía, Martín Guzmán, en reiteradas oportunidades? –insistió El Cronista.
– Entonces el Enargas está obligado por ley a convocar a una nueva audiencia pública para determinar el precio del gas que pasa a tarifa. Ello, si se modifican los precios del gas actualmente vigentes en los cuadros tarifarios.
– ¿Esto podría retrasar la salida de la tarifa de transición?
– No. La tarifa de transición para transporte y distribución entra a regir en mayo. Nuestra labor al respecto ya está concluida. Lo que se demoraría, en todo caso, es el traslado a tarifa del precio del gas. Reitero, si es que se decidiera modificarlo.
En síntesis, Bernal anunció el aumento que se decidió a partir de la audiencia del 16 de marzo, pero dijo que desconoce que puede surgir de la otra audiencia que se realizó el 15 de marzo y aclaró que si finalmente la secretaría de Energía, que conduce Darío Martínez, modifica el precio del gas que debe pagar el usuario, habrá que hacer una nueva audiencia pública, la tercera, tal como había anticipado EconoJournal.
Para ponerlo en blanco sobre negro: Bernal decide sobre un componente de la tarifa, pero no coordina con el que decide sobre otro componente, el principal (el precio del gas), de esa misma tarifa y sale a comunicar el aumento de los componentes que le corresponde definir a él, como si el otro tema dependiera de una jurisdicción ajena a la suya y no del mismo gobierno nacional del que forma parte.
Mientras tanto, los usuarios leen grandes títulos donde dice que las tarifas del gas van a aumentar 6% o 7% para los hogares y 4% para las pymes, pero desconocen la letra chica donde se aclara que esa suba podría ser solo una parte del ajuste final. Es decir, toman decisiones bajo el supuesto erróneo de que la política energética se define de modo coordinado y no es simplemente la expresión de grupos que rivalizan internamente, toman decisiones sin hablarse y, lo que es todavía más grave, las comunican a través de los medios, independientemente de lo que decida el otro sector.
De hecho, la primera reacción de este medio luego de las declaraciones de Bernal fue contactar a fuentes del Ministerio de Economía y de la Secretaría de Energía para saber si validaban los dichos del interventor del Enargas y tenían definido qué iba a pasar con el precio del gas que paga el usuario. La respuesta formal fue que no tenían comentarios para hacer, mientras que informalmente fuentes de ambas dependencias reconocieron que no estaban al tanto de lo que Bernal iba a decir. Esa falta de coordinación se ha ido naturalizando en los últimos tiempos, pero no hay dudas de que implica riesgos para el conjunto de los agentes del sistema energético y para sus usuarios.
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El peor final es el que genera el «fuego amigo» y el peor ego es la autoestima de los progresistas… Muchachos, hablen o váyanse.