YPF presentó ayer la tercera mejora de su oferta para intentar llegar a un acuerdo de reestructuración con sus acreedores. Por razones procedimentales, será la última. La regulación establece que cada mejora debe estar vigente al menos por 10 días. Y los auditores internacionales pusieron el 12 de febrero como fecha tope para emitir la carta de conformidad (comfort letter) necesaria para cerrar el canje. Eso quiere decir que el resultado del proceso se conocerá, en la práctica, este viernes. Si la petrolera bajo control estatal no consigue los avales necesarios, no tendrá tiempos legales de presentar una nueva propuesta.
Distintas fuentes del mercado financiero sin contacto entre sí coincidieron en valorar positivamente la gestión de Alejandro Lew, CFO de YPF, quien lleva los intercambios diarios con los bonistas. “Su manejo hasta ahora fue súper profesional. Es una negociación muy compleja y él intenta siempre mantener los canales de comunicación abiertos, escuchar a la contraparte y encauzar la conversación con alternativas”, explicó a EconoJournal una fuente con acceso al proceso de reestructuración.
¿Qué propuso YPF con esta tercera oferta?
En los hechos, realizó un rebalanceo de su propuesta económica. El monto ofrecido ese el mismo (1150 dólares por cada lámina de US$ 1000 que ingrese al canje). Pero la petrolera que conduce el CEO Sergio Affronti propuso ahora cancelar esa cifra con más efectivo y menos títulos de deuda que en la oferta anterior.
“En virtud del rebalanceo, los tenedores del bono 2021 recibirán una mayor cantidad de efectivo, reduciendo en igual medida los nuevos bonos garantizados con vencimiento en 2026 entregados en contraprestación por sus títulos ingresados en el canje”, señalaron allegados a YPF.
¿En qué estado está la negociación?
Tras la presentación de la oferta de ayer, las acciones de YPF treparon un 5,1% en la bolsa porteña y un 10,68% en Wall Street. El papel de la petrolera se colocó de nuevo por encima de los 4 dólares en el NYSE. Pero aún así el bloque que nuclea a los principales acreedores —Fidelity, Ashmore y BlackRock, entre otros— sigue manteniendo una posición intransigente. “Por momento su postura parece irracional”, indicó un analista bursátil que sigue de cerca las negociaciones.
Distinta es la postura de otros fondos de menor tamaño. Oaktree Capital Management, que lidera el segundo grupo de acreedores y es representado por Dechert, estaría dispuesto a aceptar las condiciones que propuso YPF.
A esta altura, la estrategia del grupo Ad Hoc —que integran los grandes fondos de inversión y es patrocinado por Clifford Chance (White & Case dejó el patrocinio)— parece ir en una dirección similar a la que tomaron los mismos fondos en febrero de 2020 cuando lograron torcerle la mano a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. El equipo de Axel Kicillof quería, en ese momento, postergar hasta mayo de 2020 el pago de unos US$ 200 millones. Pero los grandes fondos se opusieron y para evitar el default, la provincia canceló ese pago con fondos propios.
Los bonistas —que son los que más participación tienen en el bono 2021 por el que YPF debe cancelar un saldo de US$ 413 millones el 23 de marzo— apuntan a replicar esa misma presión. Su objetivo es forzar a que el BCRA autorice el pago en dólares de esa cifra para que la empresa insignia del sector energético argentino evite el default.
¿Cómo terminará la reestructuración?
En YPF mantienen la cautela. La expectativa sigue siendo cerrar una reestructuración exitosa que tiene máxima relevancia no sólo para la petrolera —que apunta a liberar compromisos de deuda para elevar su capacidad de inversión—, sino también para toda la industria en su conjunto, como advirtieron ayer los consultores Nicolás Arceo y Patricia Charvay. El resultado final se conocerá en sólo tres días.