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Jorge De Zavaleta  
La apuesta de la petroquímica para duplicar su producción de cara al 2025
Mié 27
febrero 2019
27 febrero 2019
La industria petroquímica se prepara para crecer a la velocidad que marque el desarrollo de Vaca Muerta. El transporte de gas aparece como un cuello de botella. El desafío de ampliar la capacidad instalada de un sector de alto valor agregado. 
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Perdura en Jorge De Zavaleta ese hablar avezado que transmite su pasión por la industria petroquímica. No existe, en su opinión, un sector que agregue mayor valor al gas, asegura apenas iniciada la entrevista con Revista TRAMA en la sede porteña de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica de la Argentina (CIQyP), que él dirige. «Por cada dólar por millón de BTU de gas, la petroquímica puede incorporar entre u$s 5 y 8 de valor agregado en productos de origen plástico», destaca, antes de añadir: «La cuenta se incrementa notoriamente si consideramos que el valor que se agrega para una pieza plástica terminada puede alcanzar hasta los u$s 30». Zavaleta explica que el desafío en el mediano plazo pasará por aprovechar la producción adicional de gas que podría llegar a venir desde Vaca Muerta. La ilusión en la industria es que los campos no convencionales aporten la materia prima necesaria para duplicar la producción petroquímica en 2025.

¿En qué momento está el sector?

Estamos estancados desde 2001. Las últimas inversiones importantes fueron hasta ese año. La producción de productos petroquímicos en 2006 –cuando se registró el valor más alto– fue de 7 millones de toneladas. En 2017 se produjeron 6,3 millones. En ese momento teníamos condiciones de mercado y de contexto mundial que permitían esa producción y actualmente estamos casi 10% abajo. Hoy operamos casi al máximo de la capacidad instalada, aunque no existiera Vaca Muerta deberíamos tener una expansión o vamos a empezar a comprar cada vez más productos de afuera.

¿Cuáles son las fuentes de abastecimiento de la petroquímica?

El sector tiene dos grandes fuentes de abastecimiento: los cortes de las refinerías de petróleo y el gas natural con el metano en un 85% y los líquidos, que son el etano y propano. En la Argentina, aquellas petroquímicas que están atadas a cortes de refinerías llegaron al máximo. Por lo tanto, la expansión va a ir por el lado de los derivados del gas.

¿Qué está viendo dentro de este escenario respecto del segmento de plásticos y cauchos?

El polietileno es un 40% del plástico que se consume en el mundo porque está relacionado con el packaging en productos de la alimentación. El polipropileno es casi el 30% y está vinculado a los autos y plásticos de la vida diaria, como las bolsas. El PVC, utilizado en la construcción, llega al 18%. Es decir que tenemos casi el 90% en sólo tres tipos de plásticos. Después viene con un 8% el plástico pet (botellas), y luego el polietileno y caucho con muy bajo porcentaje. En la Argentina producimos todos los plásticos y esto se replica parecido. La firma Dow produce polietileno, Indupa está con PVC, Petrocuyo hace polipropileno, Pampa Energía produce polietileno y caucho, y Dak Americas, pet. Argentina tiene historia petroquímica de 40 años. Hay otros países que están haciendo proyectos, pero les cuesta mucho. Para realizar proyectos petroquímicos hay que poseer tres cosas: mercado, materia abundante y competitiva, y plantas de tamaño internacional para poder tener una alta competitividad.

¿Argentina tiene esas tres cosas?

Primero, la Argentina tiene mercado: toda Sudamérica. El Mercosur, Chile, Colombia y los países de la costa del Pacífico tienen un alto consumo de productos petroquímicos porque van mejorando su estándar de vida y son países donde no va a haber inversiones en petroquímica. Segundo, la Argentina tiene materias primas abundantes y competitivas. Vaca Muerta está ahí y es tan buena como los yacimientos de Estados Unidos. Fortín de Piedra y El Orejano permitieron comprobar que estamos en esos niveles. El gran problema del gas en la Argentina es que tenemos que bajar los costos del upstream para que sean competitivos. Entiendo que las empresas están trabajando en esto. El sector petroquímico no pide subsidios. Lo que queremos son materias primas competitivas y con contratos a largo plazo. Lo que propone Iguacel en petróleo es un break even de u$s 40 y en el gas es de alrededor de u$s 3,5. El desafío que hoy tiene la Argentina está en los tiempos de la demanda, porque es probable que cuanto antes consigamos traccionar a la demanda, mucho más rápido se concretarán los emprendimientos petroquímicos para 2019 ó 2020. Tenemos que ver cuándo llegamos a un volumen tal de producción de gas que justifique una planta o una expansión de una planta petroquímica, y tener contratos de por lo menos 20 ó 25 años. El tercer punto se trata de las plantas de tamaño internacional. Al tener suficiente cantidad de metano, etano y propano, para hacer cualquiera de estos productos necesitamos plantas de tamaño mundial.

¿Qué puede agregarle la petroquímica al desarrollo de Vaca Muerta?

La petroquímica es el mayor agregador de valor de gas de Vaca Muerta. Ningún otro sector puede agregar tanto valor. Si exportamos gas licuado, tenemos un netback (valor máximo que se puede lograr) de u$s 4 y vendemos gas licuado a u$s 10. En petroquímica, con u$s 4 hacemos un plástico de u$s 20 ó 30. Queda mucho valor de Vaca Muerta en el país. El otro desafío del gas de Vaca Muerta es producir energía eléctrica más barata. Hoy tenemos la energía cara, está en u$s 90 el megavatio. En Estados Unidos está u$s 35 ó 40 con un gas a u$s 3 el millón de BTU. Con Vaca Muerta vamos a tener un gas de u$s 3 ó 4 el millón de BTU y con una energía eléctrica de  u$s 40 ó 50 el megavatio. Si esto ocurre, hay innumerables cosas que pueden desarrollarse abajo, como son las Pymes y comercios.

¿Podría duplicarse o triplicarse la producción del sector a partir del gas de Vaca Muerta?

Tener petróleo no significa automáticamente tener industria petroquímica porque los barriles de petróleo van a la exportación. No va a haber refinerías internas. Pero también hay que decir que va a haber mucho gas. No en el corto plazo, como afirma Iguacel, pero va a haber. Por lo tanto, se podría duplicar fácilmente la producción petroquímica en la Argentina.

¿En el mediano plazo?

Estamos hablando para 2025 ó 2026. Cualquier proyecto petroquímico puede demorar 48 ó 50 meses. Esa decisión se toma cuando se tiene un contrato a largo plazo de abastecimiento de materia prima. No basta con que haya gas en la Argentina, sino que tiene que llegar correctamente. Eso implica que una planta petroquímica tenga un acuerdo con un productor de gas para comprarle el fluido a 25 años con determinadas condiciones. Para que esto ocurra, todavía se tienen que dar un montón de cosas, como la construcción de gasoductos y la licuación del gas.

 

Retenciones, reintegros y aranceles

 

¿Cómo impactan en el sector las retenciones a la exportación?

Esto depende de la competitividad que se tenga. Por eso es importante la abundancia de materia prima a precios competitivos y plantas de tamaño mundial. Tener esto te permite que el costo sea el más bajo posible para que, en el peor de los casos, el sector pueda continuar, no se ahogue. Dicho esto, creo que las retenciones no son buenas. Argentina compite contra países que tienen las mismas condiciones en materia prima, en tamaño de plantas, pero no tienen retenciones. Y, además, quizá son países que tienen mejor logística. Si le ponés una retención, esta industria se hunde. Para completar el panorama hay que decir que también nos sacaron los reintegros a las exportaciones. En un mes nos quitaron los reintegros, que teníamos 4%, y nos pusieron retenciones que suman 8%. Nos metieron la mano en el bolsillo por 12% de lo que vende el sector. Esto es un montón para las plantas que exportan y tenemos que ser competitivos con el resto del mundo.

¿Cómo está el tema de los aranceles en relación con el Mercosur?

Estamos entre 10% y 14% de aranceles. Estados Unidos tiene 6,5% para plásticos, pero esta comparación es incorrecta porque acá se empaca el plástico con bolsas de 25 kilos y en Estados Unidos se lo vende en vagones de ferrocarril de 90 toneladas. Esto significa que, en verdad, el arancel real que tenemos en la Argentina con esta comparación es de 9%, aproximadamente. No es tanta la diferencia. Creo que podemos tener aranceles menores, pero debemos ser inteligentes. Es decir, lo que creo que tenemos que hacer con este tema en el Mercosur es negociar como bloque, no unilateralmente. ×

Golf y Segunda Guerra Mundial

Jorge De Zavaleta nació en un pequeño pueblo cordobés llamado Balnearia, de tan sólo 2.000 habitantes. Tiene un hijo de 24 años, quien trabaja en la industria petrolera; uno de 29 y el mayor de 36 años. «Por momentos no estuve muy presente porque trabajé un largo tiempo en una multinacional en Europa, pero ahora estoy bastante con ellos y hablamos mucho, trato de recuperar horas perdidas. Tenemos una relación muy linda», explica. De Zavaleta es ingeniero químico recibido en la Universidad de Santa Fe, pero admite tener «deformación de ingeniero», porque «miramos algo, tratamos de entenderlo y lo mejoramos. Todo el tiempo estoy pensando así», explica a Revista TRAMA. Admite que le cuesta poner la cabeza en otra cosa que no sean temas vinculados al sector. En su tiempo libre puede estar toda una tarde leyendo sobre qué está haciendo China con las tarifas. Luego, aclara que cuando no mira nada sobre el sector petroquímico le gusta «leer cosas sobre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría». Pero cuando quiere desenchufarse 100% está con su familia y juega mucho al golf, «porque como juego solo y no tengo un contrincante, eso me desconecta absolutamente de todo. Estás vos solo, un palo y una pelotita chiquita que te deja la mente en blanco», relata. «También me gusta la adrenalina, por eso veo series de acción en Netflix. Me resultó increíble La Casa de Papel, veía un capítulo y cuando terminaba necesitaba seguir mirando otro», cuenta.

 

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