2015 resultó ser un año clave en la corta pero intensa historia de Ventus, una empresa de origen uruguayo que desarrolla proyectos de energía renovable. Desde su nacimiento, en 2010, la compañía había cumplido un rol clave en la reconversión energética que venía desarrollando el país vecino. Sin embargo, en aquel año sus directivos entendieron que ese proceso había llegado a su techo y por lo tanto había que optar entre dos caminos: achicar la estructura y convertirse en una pequeña empresa de operación y mantenimiento o iniciar un plan de regionalización. La apuesta fue por la segunda de las opciones y los resultados de la decisión están a la vista. Hoy Ventus no sólo tiene filiales en Argentina, México, Bolivia y Colombia, sino que sigue siendo un jugador destacado en el mercado de renovables uruguayo.
El desembarco de Ventus en la Argentina coincidió con los planes oficiales de fomento de las energías renovables y la compañía logró una rápida inserción en el mercado local a partir de la experiencia adquirida en Uruguay. «La Argentina fue nuestra primera experiencia fuera de Uruguay y por eso en un principio preferimos salir con cautela», cuenta a Revista TRAMA Alfredo Morelli, gerente de Operaciones, en las oficinas de la empresa, ubicada en el corazón del barrio de Belgrano. «Comenzamos ofreciendo servicio de consultoría e ingeniería de obra, para ir conociendo el mercado argentino. De todos modos, empezamos a trabajar con los dos operadores más grandes de la Argentina: Pampa Energía y Central Puerto, brindándoles servicio de ingeniería para licitación y owner engineers respectivamente.
El servicio de Dirección y Supervisión de Obras, junto con Gestión de la Ingeniería, lo estamos prestando hoy a varios proyectos de RenovAr en Argentina. En el caso de los cuatro proyectos de RenovAr de Envision Energy, estamos prestando servicios de owner engineers. Ésos fueron nuestros principales clientes al principio. Ahora sí estamos licitando construcción de proyectos llave en mano», completa.
Morelli define el crecimiento de Ventus en Argentina como «vertiginoso». Recuerda que en los inicios «éramos apenas cinco personas en una mesita, en una oficina de 16 metros cuadrados a pocos metros de la actual». Desde aquel momento se han mudado tres veces como consecuencia de la expansión de la empresa, y en la actualidad la filial argentina cuenta con 60 empleados. «Es habitual cruzarte con alguien en la cocina y preguntarle quién es», cuenta divertido Morelli para graficar la ampliación disruptiva del personal de la empresa.
Hoy Ventus está embarcada en proyectos de gran envergadura. «Estamos culminando la obra eléctrica de un parque solar en San Juan, que es una construcción muy importante para nosotros. A su vez, tenemos un contrato de largo plazo con Central Puerto para el Parque La Castellana II, La Genoveva I y II y para el Parque Achiras II. Esto representa la continuación de los proyectos La Castellana y Achiras, ya inaugurados comercialmente», enumera Morelli.
¿Ustedes se encargan tanto de la instalación de parques eólicos como de energía solar en empresas particulares?
Sí. Ventus nació como una empresa de energía eólica. Pero desde hace 3 ó 4 años comenzamos a ver que en la energía solar había un mercado que no podíamos dejar pasar. Cualquiera que ve los números de energía solar de los últimos años puede notar que ahí hay una oportunidad de negocios porque la industria va bajando sus costos año a año de manera sorprendente. Y al mismo ritmo también va ganando en escala. En Uruguay llevamos construidos casi 20 proyectos solares en industrias que se reconvirtieron a las renovables. A través de la COMAP (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones) en Uruguay se otorgaron exoneraciones impositivas muy importantes para la instalación de energías renovables y eso fue lo que nos permitió a nosotros desarrollar esos proyectos. En Argentina, próximamente se está implementando la reglamentación y confiamos en que habrá una masa crítica de industrias para quienes podremos construir proyectos de energías renovables.
¿Cualquier establecimiento productivo puede reconvertirse en energía solar fotovoltaica?
Sí, cualquiera. Aquí en Argentina hemos hecho desde un proyecto solidario de 4 kilowatts para una escuela, que es prácticamente nada, hasta proyectos de 1 megavatio, que es una potencia más que interesante. Las instalaciones pueden ser sobre techo o a nivel de suelo. Hay distintas implementaciones. Pero la ventaja que tiene la energía solar es que es modular y flexible, lo cual permite adaptar las instalaciones a las necesidades del consumidor. En solar fotovoltaica se puede arrancar con inversiones que a nivel TIR son igual de efectivas pero que a nivel capex son bastante menores en orden de magnitud. E incluso aprovechar esa modularidad para ir incrementando la potencia en distintas etapas.
¿Los aumentos en los costos energéticos que se dieron en la industria a partir de la actualización tarifaria fueron un factor que ayudó en el aumento de la demanda de energías renovables?
Sí, tenemos una alta demanda. Lo que hacemos con clientes medianos y grandes es pedirles las facturas y analizar caso por caso. Hacemos un modelo financiero donde ellos puedan ver la conveniencia o no de paneles o aerogeneradores. Hemos analizado proyectos de aerogeneradores para industrias de gran porte. En Uruguay hemos tenido muchos proyectos de esa índole. Hemos instalado muchos aerogeneradores, de a uno o dos, en el patio trasero de una industria. En Argentina también se está analizando. La ventaja de los proyectos solares es que tienen un menor costo de inversión inicial.
Una vez instalada la nueva forma de energía, ¿los costos son mucho más bajos que con electricidad o gas?
Los costos tienden a ser más bajos. Una vez que está hecha la inversión, se mantienen relativamente constantes. Sabemos que la tarifa tiene todavía mucho por recomponerse. Más aún con la devaluación de los últimos meses. Así que tener energía propia te da una previsibilidad de largo plazo y costos operativos asegurados, porque en energía solar los costos de mantenimiento son muy bajos. Así que no sólo es conveniente hoy, sino también en el mediano y largo plazo.
¿Qué componente hay de producción local en ambas energías?
Cuando esto surgió en 2015 en la Argentina, los porcentajes de la industria nacional eran bajos. Básicamente porque los aerogeneradores, que se llevan el 70% del capex, son importados. Dicho esto, en todo lo que es el balance de planta (es decir, todo aquello que no es el aerogenerador: tendidos de media tensión, transformadores, etc.) la penetración de la industria nacional es muy buena, porque una línea de transmisión para un aerogenerador o para una turbina de gas es prácticamente lo mismo. Sin embargo, este año dos tecnólogos están ofreciendo aerogeneradores nacionales. Así que en RenovAr 2 ya hay proyectos 100% con contenido nacional. En Uruguay no se produjo tan así el fenómeno. Eso es algo que se está dando más en Argentina.
¿La devaluación, la suba de tasas y la caída de la actividad que se registró en la segunda mitad del año condicionaron algunos de los proyectos que vienen encarando?
La verdad es que nosotros no estamos viendo un cambio muy grande. Lo poquito que pudo llegar a bajar en proyectos grandes lo estamos viendo muy positivamente compensado por los proyectos de mediana y baja escala que surgieron a partir del programa MiniRen (pequeñas centrales de energía renovable). También tenemos una gran apuesta en el mercado de privados. Realmente estamos sorprendidos de que esto sigue muy bien. Incluso organismos financieros internacionales como KFW, en eventos como Argentina Wind Power, han dicho que no se sorprenden con lo que pasó, que ellos lo tenían en sus modelos financieros y que realmente no afecta su estructura de financiamiento. Creo que, si bien estamos atravesando algunos altibajos, la situación no es para volverse locos y seguimos con mucha perspectiva de mediano y largo plazo.
¿La decisión del gobierno nacional de postergar la ronda 3 del Plan RenovAr tampoco los afectó?
Si no hubiera aparecido la licitación de MiniRen, podría haberse analizado. Pero la verdad es que nosotros tenemos mucha confianza en MiniRen. Estamos confiados para 2019. Además, si bien los proyectos son de rápida implementación, tienen contratos a 18 ó 20 meses. Hay muchos desafíos por venir, uno no ve que se hayan cortado las licitaciones, que hayan desaparecido los proyectos o se hayan espantado los agentes financieros. No tenemos demasiada preocupación al respecto. Puede haber algún pequeño traspié, pero la penetración de las energías renovables es un hecho. Es una decisión política también. Así que estamos muy confiados con el futuro argentino y latinoamericano. ×
El caso uruguayo
El nacimiento y la expansión de Ventus se dieron de manera paralela al proceso de reconversión energética que tuvo lugar en Uruguay. Esa transformación generó resultados concretos: en la actualidad, la mitad de la energía que se consume es de origen renovable no convencional (solar-eólico) y ha permitido que el país deje de ser deficitario en materia energética. «Uruguay es considerado un ejemplo a nivel mundial en penetración de energía renovable en la red», afirma Morelli.
Cuando en Uruguay comenzó a fomentarse la construcción de parques eólicos, Juan Pablo Saltre y Santiago Mullin fueron dos ingenieros que estuvieron a cargo del gerenciamiento y la supervisión de esas obras. En la actualidad son, respectivamente, el CEO y el director técnico de la compañía. Bajo la Gerencia de Generación de Oscar Ferreño, la empresa estatal UTE fue la gran impulsora de la expansión de las renovables en Uruguay. A fines de 2015, Ferreño se incorporó a Ventus como director de Relaciones Institucionales y Regulación. «Realmente trajo una experiencia desde el lado del Estado que fue muy interesante para nosotros», sostiene Morelli. «Realmente hoy estamos con muchísimo trabajo, construyendo dos parques solares y dos parques eólicos que le darán una mayor oferta al mercado energético uruguayo», remata el gerente de Operaciones de la compañía.
La experiencia regional
El proceso de expansión regional que encaró Ventus a partir de 2015 incluyó México, Bolivia y Colombia. En los dos primeros países, la apertura de esas filiales se dio casi en simultáneo con la de Argentina pero sin el mismo éxito que en el caso local. «En los dos lugares aún mantenemos abiertas las oficinas, donde brindamos algunos servicios. Incluso en Bolivia hemos trabajado en desarrollo y gerenciamiento de proyecto para una empresa de generación de energía privada», indica Morelli. Más allá de esto, Colombia se ha convertido en la nueva gran apuesta de la compañía. «Se está abriendo un proceso licitatorio muy parecido al de RenovAr. Tenemos confianza en que Colombia será el gran mercado que se desarrolle en los próximos años en Latinoamérica», asegura.