Si bien desde despachos oficiales aseguraron que el acuerdo petrolero firmado por el presidente Mauricio Macri con los sindicatos de Neuquén permitiría bajar los costos operativos en los yacimientos no convencionales en un 25%, la reducción real será mucho más modesta.
Según un relevamiento realizado por EconoJournal entre compañías productoras y de servicios, la implementación del nuevo convenio colectivo de trabajo -que pone el foco en la mejora de la productividad laboral y la competitividad de la industria- reducirá los costos de perforación y completación de pozos entre un 3% y un 8% en el mejor de los casos.
“Siendo optimistas, y en el caso que la adenda al convenio de trabajo se aplique al 100%, podremos obtener una baja del 8% en lo que cuesta perforar y completar un pozo”, analizó el director de Upstream de una petrolera, bajo reserva de nombre. También es posible –agregó el gerente de perforación de otra contratista-, que el acuerdo permita reducir los costos de las empresas de servicios –como Schlumberger, Halliburton, Baker y Weatherford, entre las más grandes-, pero que esa baja no necesariamente impacte en las cuentas de empresas productoras como YPF, Pan American Energy (PAE), Total, Wintershall, ExxonMobil o Shell.
“Lo más probable es que las compañías de servicios, que vienen muy golpeadas por la baja de la actividad local, logren recomponer en parte su rentabilidad. Pero no es seguro que esa mejore se traslade en una baja de las tarifas de servicios que pagan las petroleras”, analizó.
Lo concreto, a esta altura, es que el nuevo convenio de trabajo para Vaca Muerta está lejos de aplicarse por negativa del cuerpo de delegados del gremio. El propio Guillermo Pereyra, secretario del Sindicato de Petróleo y Gas Privados de la cuenca Neuquina, declaró ayer a LU5 que impulsará una modificación de la adenda. Insólitamente, el dirigente gremial –también senador nacional por el MPN- reclama una modificación del texto que el mismo firmó hace poco más de cuatro meses. Al parecer, según cuestionó ante ejecutivos de empresas de servicios, el documento homologado por el Ministerio de Trabajo va más allá que lo negociado con las compañías. Parece un reclamo disparatado. Pero lo cierto es que por primera vez, Pereyra hizo pública su negativa a la aplicación del acuerdo de productividad firmado con el Presidente.
Mientras tanto, las empresas de servicios empezaron a implementar formas creativas por fuera del marco laboral para evitar que la implementación de la adenda petrolera complique la prestación de servicios de sus empresas. Por ejemplo, Schlumberger, la principal compañía de servicios, negoció con los delegados sindicales del personal empleado en Vaca Muerta un esquema de productividad diferencial que contempla premios por la obtención de resultados. Así, el equipo que concrete 17 fracturas en un período determinado recibe un canje de $ 800 por día para realizar compras en un supermercado regional. Y el equipo que alcance las 40 fracturas en el mes recibe un viaje a algún punto turístico del país para el grupo familiar de un operario a ser sorteado entre los integrantes de la dotación.
“En la práctica, Schlumberger decidió seguir pagando por fuera de lo establecido por el nuevo convenio de trabajo para evitar que la discusión con el gremio repercuta en una baja de la productividad. Está dispuesta a incumplir la adenda para no perder mercado”, analizaron fuentes cercanas a la Ceope, la cámara que agrupa a las empresas de servicios.
Otras compañías, como por ejemplo Baker, están evaluando otro tipo de mecanismos, como la implementación de un bono de productividad’ de entre 1500 y 2000 pesos por día para los trabajadores que alcancen determinadas metas operativas. “Son deformaciones que están implementando las empresas de servicios con tal de no perder mercado y evitar discusiones con el gremio. El riesgo es que la adenda termine convirtiéndose en letra muerta”, admitió el gerente general de una empresa contratista.
En conversaciones con empresarios petroleros, Pereyra cuestionó el número de operaciones de una dotación de fractura previsto en el nuevo convenio. El texto establece que un equipo debe estar integrado por 13 trabajadores del sindicato de petroleros de base y tres más del de jerárquicos: 16 en total. Pereyra exigió que, como mínimo, los trabajadores de base trepen a 16 para alcanzar un total de 19. Sólo en algunos casos, como el de la empresa Calfrac, el gremio aceptó trabajar con una dotación de 13 hombres.
A su vez, el líder sindical también se opone al cambio en la remuneración de las denominadas ‘horas taxi’, que contemplan el pago de horas de trabajo desde el que trabajador deja la base petrolera en la ciudad hasta que retorna varios días después, lo que en la práctica significa que los operarios terminan cobrando por las horas en que duermen y descansan en los yacimientos. La adenda firmada entre las partes establece, como cambio más rupturista, la eliminación de la obligatoriedad en el pago de las ‘horas taxi’, que en los hechos genera una fuerte reducción del salario de los trabajadores, cercana al 40 por ciento. En reuniones con empresas de servicio realizadas la semana pasada, Pereyra exige el pago de las ‘horas taxi’ en los casos en que los operarios permanezcan dentro del predio del yacimiento o en trailers en el campo. Sólo admite el no pago de ese adicional cuando los trabajadores retornan a algún pueblo cercano a la locación petrolera.
0 Responses
Desde hace ya mucho tiempo varios gremios, petroleros, camioneros, portuarios, etc. han logrado concretar condiciones de «privilegio» respecto del convenio base de los trabajadores, mas bien esas condiciones especiales atentan contra la productividad. Se han entretejido una maraña de condiciones de privilegio, que no solo diferencian cuantitativamente el salario de esos gremios, sino también la excesiva protección de los agremiados, respecto de los derechos de los empleadores. En general la legislación laboral argentina, es una de las causas de fondo del llamado «Costo Argentino», pero nadie se atreve a proponer una profunda revision, para modernizar el funcionamiento laboral en el contexto de las relaciones entre trabajadores y empleadores, apuntando a un futuro mas equitativo y con menos discriminaciones entre gremios. Quien le pondrá el cascabel al gato?