El lunes al mediodía, pocos minutos antes de las 12, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, envío un correo a los máximos directivos de YPF, Shell, Axion, Pampa Energía (ex Petrobras Energía) y Oil para comunicarles que en las próximas horas deberían bajar los precios de las naftas y gasoil en un 0,1% y un 2,6% respectivamente. Con ese correo electrónico, el funcionario rectificaba lo dicho tres días antes, cuando en conferencia de prensa por las tarifas de gas había asegurado que las naftas subirían un 0,6% y el diesel bajaría un 1,8 por ciento.
El ministro apeló a lo escrito en el “Acuerdo para la transición a precios internacionales de la industria hidrocarburífera Argentina”, firmado en enero por las empresas refinadoras de petróleo, para intimar a las petroleras a reducir sus precios en surtidores.
El acuerdo de transición consignado por Aranguren -que oficialmente nunca fue publicado y en los hechos instauró un esquema de control de precios- estableció las pautas para definir el precio de las naftas y gasoil durante 2017. El documento establece una fórmula de cálculo que, en forma simplificada, proponer actualizar los precios en surtidores en función de tres variables: la evolución del tipo de cambio, la variación del precio internacional del crudo y del importe del biodiesel y del bioetanol. Y a su vez, de una alícuota fija que difiere según tipo de tipo de derivado (1,5% para el gasoil y 2,5% para las naftas).
Aranguren aclaró sin ese componente estable, la corrección negativa en surtidores tendría que haber sido más significativa (-4,1% y -2,6% respectivamente). Y adjuntóuna tabla en Excel –a la que accedió EconoJournal- en la que desgranó por separado la evolución trimestral de cada uno de esas tres variables.
En cuanto al tipo de cambio, la fórmula polinómica incluida en el acuerdo establece que los precios de los combustibles se indexarán en función de la evolución del tipo de cambio promedio durante los últimos cinco días de cada mes durante el último trimestre.
Como resultado de los ingresos extraordinarios del blanqueo, el dólar cayó hasta los $ 15,55 (al cierre de ayer de la cotización del Banco Nación) desde los $ 16 utilizados para calcular el precio de los combustibles durante el primer trimestre. Aranguren detalló la evolución del tipo de cambio entre enero y abril de este año. Esa caída desde los $ 16 tomados como referencia inicial a una de media de $ 15,54 en los últimos dos meses, presionó a la baja del precio de las naftas y gasoil.
Fuente: MINEM
En forma complementaria, el punto 7.2 del acuerdo establece que los precios de las naftas y gasoil podrán ser ajustados para reflejar el aumento porcentual entre “el precio de crudo en el primer día hábil del mes”, pesificado al tipo de cambio promedio de los últimos cinco días hábiles del mes anterior, y “el precio de crudo en el primer día hábil del trimestre anterior”, también pesificado.
El ministro de Energía envió un cuadro en el que detalla la evolución del precio del petróleo Brent, la cotización internacional del barril elegida como referencia. En ese marco, Aranguren explicó que para el cálculo de marzo, el precio del Brent cayó un 1,9%, en tanto que para el de abril, la caída fue más pronunciada (-3,4%).
Fuente: MINEM
El tercer elemento de peso propio en la fórmula es el precio de los biocombustibles que se cortan con naftas y gasoil. En ese sentido, el punto 7.3 fija que los precios en las estaciones de servicios se ajustarán en función de la variación porcentual entre “los precios de los biocombustibles aplicables en el primer día hábil del mes en que se calcula el aumento y los aplicables en el primer día hábil del trimestre anterior”.
Sobre esa base, Aranguren indicó el precio del biodiesel registró una baja del 1,6%, 6,2% y 10,2% en enero, febrero y marzo respectivamente; presionando a la baja del valor del gasoil.
Fuente: MINEM