Pampa Energía, el holding que lidera Marcelo Mindlin, sorprendió el año pasado al mercado petrolero al cerrar la compra de Petrobras Argentina por una cifra cercana a los US$ 900 millones. Consolidado como el mayor jugador del sector eléctrico –es dueño de Edenor, la mayor distribuidora del país, de centrales térmicas y represas hidroeléctricas-, el empresario que fundó IRSA con Eduardo Elzstain integró verticalmente su negocio con la compra de yacimientos de petróleo y gas, participación en el segmento de transporte de gas con TGS y presencia en el negocio de refinación con una planta en Bahía Blanca y estaciones de servicio. Tras esa agresiva expansión ahora llegó el momento de desprenderse de los activos no estratégicos.
En esa dirección, Mindlin puso a la venta su refinería en Bahía Blanca y la red de más de 300 puntos de venta de combustibles. El banco Citi –que actúa en nombre de Pampa- contactó a cuatro inversores interesados en el negocio, pero dos son los muestran más decisión. Uno es Trafigura, uno de los mayores traders de combustibles del planeta, que está desde hace tiempo a la caza de una red de surtidores para instalar la marca Puma, de la que es propietario. El otro es el empresario Alejandro Macfarlane, ex socio de Mindlin en Edenor y hoy titular de Edelap, la distribuidora eléctrica de La Plata, y de la gasífera Camuzzi. Así lo confirmaron a EconoJournal tres fuentes privadas sin contacto entre sí. Macfarlane, a su vez, conoce el negocio de downstream de combustibles por su paso por YPF, donde fue director desde 1999 a 2004.
El negocio está hoy todavía en fase inicial. Recién a fines de febrero los interesados elevarán una propuesta económica formal. El valor de mercado de la refinería y la red de estaciones oscila entre los 70 y los 90 millones de dólares, de acuerdo a estimaciones del mercado. A eso hay que agregarle el valor de los stocks de petróleo y derivados almacenados en la planta de Bahía Blanca, que podrían significar una cifra equivalente o incluso mayor.
A mediados del año pasado, Petrobras dio un plazo de 36 meses para que Pampa siga utilizando su marca en las bocas de expendio de bandera. Cuando promedie 2019 las estaciones deberán llevar otro nombre.
Existe una diferencia sustancial entre los dos principales competidores por los activos. Trafigura, una multinacional holandesa que en los últimos dos años invirtió casi US$ 200 millones para construir un centro logístico en Campana, está interesada en adquirir únicamente las estaciones para extender su red de la marca Puma, que cuenta con una pequeña cuota del mercado. Sólo avanzará por la destilería si no tiene otra opción. En cambio, Macfarlane realizará una oferta que incluya también la adquisición refinería, que se encuentra en una encerrona por tamaño de escala –con una capacidad de procesamiento de 31 mil barriles diarios es la más pequeña del país- y la falta de conversión para producir combustibles de alto octanaje y también para procesar gasoil de bajo azufre.
La apuesta por quedarse con la red de surtidores de Pampa también se explica por apuntalar el negocio de retail. Es decir, por la incorporación de valor en las estaciones a través de una incremento de las venta de productos al por menor.