La Argentina tiene una ventana de oportunidad para transicionar hacia energías más limpias como el gas natural, el litio y el hidrógeno. Pero esa opción no es infinita y debe aprovecharse en forma inmediata, pues en las próximas décadas es previsible que el mundo continúe avanzando hacia otras fuentes de energía sin carbono.
Por José A. Martínez de Hoz (*)