YPF, el mayor jugador del mercado de combustibles, dilató la suba del precio de las naftas y gasoil. Después de que Raízen, Puma y Axion Energy remarcaran el lunes un 12,5% las pizarras de sus estaciones de servicios, en la industria descontaban que YPF haría lo propio en el transcurso del miércoles. Se creía que a primera hora de hoy los precios ya estarían actualizados. Sin embargo, al mediodía de este jueves eso aún no ocurrió. No está claro si la demora obedece a una estrategia de la empresa que preside Pablo González —para construir, frente a la política, que fueron los privados los que motorizaron la suba— o si responde a un cortocircuito con el Ministerio de Economía y con el ala más dura de un Frente de Todos que, en fase de descomposición, cuestiona a Sergio Massa por depreciar el tipo de cambio —el peso se devaluó un 22%— sin un plan de respaldo para evitar que el salto del dólar se traspase a precios de forma casi inmediata.
En cualquier caso, el tema debería empezar ordenarse hoy por la tarde si se concreta una reunión de directivos de la industria con la secretaría de Energía, Flavia Royón. YPF quiere acordar un sendero de aumentos hacia adelante para intentar recuperar el atraso registrado en surtidor.
Lo que ocurrió esta semana es una situación poco usual que sólo se observa en situaciones de altísima incertidumbre y desorden. Esto es: que los tres jugadores minoritarios del mercado —Raízen, Axion Energy y Puma— aumenten sus precios antes que YPF. Lo lógica habitual es la inversa: primero remarca la petrolera bajo control estatal y luego el resto.
El derrotero fue el siguiente: tras la devaluación del 22% instrumentada el lunes, pocas horas después de la derrota en las PASO, refinadoras privadas aumentaron un 25% el precio del gasoil en el mercado mayorista. Fue una forma de cubrirse por la depreciación del tipo de cambio, que acentuó el atraso que ya arrastraban los combustibles en el mercado interno por la decisión de Economía, de aumentar los combustibles un 4% mensual por debajo de la depreciación del tipo de cambio.
Reacción privada
La suba del mayorista funcionó también como una apuesta de los privados para intentar traccionar una recomposición de los precios de retail minorista en el surtidor. Raízen y Puma, las refinadoras no integradas (no tienen producción propia de petróleo), que dependen en mayor medida del combustible importado para abastecer a su red de estaciones y por lo tanto, son las más expuestas a la fluctuación del tipo de cambio, dieron el primero paso y aumentaron un 12,5% sus precios. Pero si YPF no sigue la misma línea e incrementa sus precios, todo el sistema seguirá funcionando bajo un manto de incertidumbre.
Habrá que ver en qué porcentaje finalmente incrementa sus precios la petrolera y cuándo lo hace. Lo más probable es que lo hago hoy. Mientras mantenga sus precios invariantes, seguirá capturando demanda que antes canalizaban otras empresas. Eso fue lo que pasó los últimos dos días. “La diferencia de precios es muy grande. El litro de super de YPF en el Conurbano se vende alrededor de 230 pesos cuando la competencia ya lo ofrece a 280. No tiene mucho margen para aguantar”, explicó un consultor.
A la baja
El escenario es aún más complejo porque como el precio mayorista del gasoil de las refinadoras privadas aumentó un 25%, el riesgo inminente es que se acentúe un cuadro de cruce de canales de comercialización. Es decir, que los clientes industriales y agropecuarios vayan a cargar gasoil en el mercado minorista de estaciones de servicio porque el precio es mucho más barato. Lo más probable es que la situación se descomprima en las próximas horas si, como esperan en la industria, YPF reacomoda sus precios.
Lo que sí descuentan las fuentes del mercado de refinación consultadas por EconoJournal es que el precio interno del petróleo acentuará su baja. El crudo Medanito se pagó entre 60 y 61 dólares en julio, bastante por debajo que el precio de exportación, que ronda los 75 dólares.
YPF y el resto de las productores con proyectos en Vaca Muerta quieren evitar que el precio local del crudo perfore la barrera de los 60 dólares para no afectar las expectativas sobre la producción no convencional de petróleo en Neuquén. Pero tras la devaluación del dólar oficial, fuentes del mercado de refinación señalan que el precio de agosto podría caer entre 2 y 4 dólares.