El gobierno tomará de CAMMESA, la empresa que administra el mercado eléctrico mayorista, parte de los fondos necesarios para financiar la construcción del gasoducto troncal que busca ampliar la capacidad de transporte proveniente de Vaca Muerta, tal como dejó establecido en la resolución 1037 publicada hoy en el Boletín Oficial, que había adelantado ayer El Cronista.
La ingeniería financiera contempla la creación de una Cuenta de Exportaciones del Fondo de Estabilización del Mercado Eléctrico Mayorista que se nutrirá con los recursos que CAMMESA obtenga a partir de la exportación de energía eléctrica a Brasil. Fuentes oficiales estimaron que se podrían obtener unos 300 millones de dólares por las exportaciones proyectadas hasta finales del verano.
La obra
La intención oficial es construir un nuevo gasoducto troncal que una la localidad neuquina de Tratayén con la ciudad bonaerense de Salliqueló, 273 kilómetros al norte de Bahía Blanca, y desde allí suba hasta San Jerónimo, en el sur de Santa Fe.
El gasoducto, que será bautizado Néstor Kirchner, figura en el anexo 2 del decreto 489/2021 con un presupuesto de 7800 millones de pesos para este año y 44.200 millones para 2022, pero fuentes de Economía habían aclarado a mediados de este año que la intención era financiar esa obra con un crédito chino y que en los hechos en este 2020 solo pensaban destinarse 5 millones de dólares para estudiar su factibilidad técnica.
La negociación con China para obtener financiamiento para obras de infraestructura tiene varios frentes abiertos, como las represas del sur y las centrales nucleares, y ninguno de esos frentes avanza. Por lo tanto, se comenzaron a buscar otras alternativas, ya que el ministro de Economía Martín Guzmán dejó en claro que esos fondos, se estima que unos 1200 millones de dólares como mínimo, no iban a salir del Tesoro.
Entonces se evaluó financiar la obra con los fondos que recibió IEASA provenientes del impuesto a las grandes fortunas, como informó EconoJournal, pero esos son 550 millones de dólares, poco menos de la mitad. La Secretaría de Energía evaluó distintas alternativas, tal como publicó este medio esta semana, aunque ahora se decidió recurrir a la caja de CAMMESA.
El rojo de CAMMESA
Debido al congelamiento de tarifas, la deuda de las distribuidoras eléctricas con CAMMESA crece desde hace dos años como una bola de nieve. Lo único que compensaba parcialmente ese rojo eran las exportaciones de energía, pero ahora CAMMESA perderá esos recursos y el Tesoro deberá incrementar sus aportes a la compañía.
De este modo, el Tesoro no financiará el gasoducto, pero tendrá que cubrir el hueco que deje en CAMMESA la perdida de los fondos que sí financiarán parte del gasoducto. Como el dinero es fungible, podría decirse que finalmente será el Tesoro el que ponga los fondos, como venía pidiendo el ala cristinista del gobierno con Federico Bernal y Federico Basualdo a la cabeza.
La ventaja de este esquema es que pueden decir que la obra va a ser financiada con recursos genuinos provenientes de la exportación de energía, una vez deducidos los costos incurridos para abastecer esas exportaciones, como combustibles, generación, transporte y cualquier otro costo asociado. De hecho, esa fue la estrategia comunicacional a la que se apeló en las últimas horas.
Lo que resta definir es quien será el comitente que licite la construcción de este nuevo gasoducto que se financiará con las exportaciones de electricidad a Brasil, el impuesto a las grandes fortunas y un remanente de recursos del Tesoro. Lo más probable es que termine siendo la empresa estatal IEASA (ex Enarsa).
«La creación del fideicomiso para desagregar en una cuenta autónoma el dinero que ingresa por las exportaciones de energía a Brasil no es una mala idea. Pero sí presenta desafíos en cuanto a su instrumentación. ¿Cómo se va a integrar la plata del fideicomiso con la que recaudó IEASA por el Impuesto a las Grandes Fortunas? ¿Con qué mecanismo se va a decidir qué proyecto de infraestructura priorizar?», se preguntó un empresario del sector eléctrico. «Parecen preguntas sencillas desde el sentido común, pero en el plano administrativo y regulatorio no es sencillo de materializar. Menos para un gobierno que ha demostrado tener evidentes problemas de ejecución por las internas y contrapuntos entre los diferentes actores de la coalición«, advirtió.