El fondo de inversión Gramercy firmó con Integra, una sociedad controlada por José Luis Manzano, un acuerdo para repartirse en partes iguales las acciones de Araucaria Energy, empresa eléctrica que opera cuatro centrales térmicas construidas durante la gestión de Mauricio Macri.
Los términos y condiciones sellados el martes están refrendados por los fondos acreedores de la compañía, entre los que figuran BlackRock y Fidelity, quienes no formarán parte del equity, pero tendrán un miembro del directorio, que calificará como “independiente” y se reservará la posibilidad de bloquear el concurso de la firma. Araucaria tiene ahora 90 días para renegociar la deuda que mantiene con esos fondos y presentar ante la justicia canadiense el convenio final para su homologación.
El origen de Araucaria
Araucaria se constituyó el 26 de abril de 2016 bajo el control de la canadiense Stoneway Capital Corporation y emitió un proyect bond por US$ 500 millones en el mercado norteamericano para invertir en la Argentina. Al poco tiempo se adjudicó la instalación de cuatro usinas térmicas por un total de 686 megawatts de potencia. La empresa se hizo de otros US$ 163,5 millones en bancos argentinos, como el Ciudad.
Stoneway Capital, establecida en New Brunswick, estaba controlada por Stoneway Group LP, en la que participaban el inversor Rogelio Nores y So Energy International.
La crisis
En el primer trimestre de este año, la compañía entró en default al no pagar una cuota (maturuty) de US$ 30 millones correspondiente a un préstamo de US$ 220 millones que Gramercy le había otorgado a Stoneway Capital.
Gramercy, fondo conducido en Argentina por Gustavo Ferraro, tomó entonces las riendas de la compañía y designó a Roberto Helbling y a Juan Ignacio Sánchez Alcazar, para tratar de ordenar la situación contable de la eléctrica. A su vez, Rogelio Nores llegó a un acuerdo con José Luis Manzano, ex ministro del Interior de Carlos Menem, y le cedió el control legal de la firma.
Manzano se posicionó en los últimos 15 años en el sector energético con proyectos en el upstream de hidrocarburos, distribución de gas (ex accionista minoritario de Metrogas) y electricidad (controla Edemsa, la empresa de energía de Mendoza), pero más allá del conocimiento del sector su principal know how es ser un piloto de tormentas acostumbrado a lidiar con este tipo de crisis.
Desde ese momento comenzó una negociación entre Gramercy y Manzano para repartirse las acciones y avanzar en la renegociación de los US$ 660 millones que debe la compañía, fundamentalmente a BlackRock y Fidelity, quienes no quisieron desembarcar en la firma, pero buscan asegurarse el cobro de sus créditos. Esas conversaciones, que había anticipado EconoJournal, llegaron a buen puerto este martes.
Otro conflicto
La negociación con los acreedores no es el único frente de conflicto que tiene abierto Araucaria. Una de las plantas, radicada en Pilar, fue clausurada después que la gobernación de la provincia constatara que las instalaciones excedían los niveles de contaminación sonora permitidos. Además, en Luján la firma carece de las habilitaciones para poder operar.