Es momento de reivindicar que los principales líderes políticos y la mayor parte de la opinión pública local sepan de la importancia de Vaca Muerta y respalden el desarrollo de sus recursos hidrocarburíferos a largo plazo. Así lo creen referentes de la industria como Jeff Miller, presidente y CEO de Halliburton, y Javier Martínez Álvarez, presidente de Tenaris para el Cono Sur, quienes se presentaron en ‘Encuentro con los CEOs’, espacio enmarcado en la exposición Argentina Oil & Gas (AOG) 2019.
Pese a que comprende bien el castellano, Miller prefirió expresarse en inglés. Nacido en Texas, el corazón petrolero de Estados Unidos, el ejecutivo resaltó el compromiso que Halliburton mantiene en 80 países, donde dispone de más de 60.000 empleados. «Cada mercado tiene sus particularidades. Hay que saber aplicar la última tecnología en cada operación de cada punto del planeta», aseguró.
En una época de gran aceleración tecnológica, sostuvo, la clave pasa por saber medir la eficiencia de las soluciones a implementar. «Por eso apostamos fuerte por la investigación y el desarrollo. Cada millón de dólares que invertimos en ese rubro es capaz de generar miles de patentes», cuantificó.
Para convertirse en productos, afirmó, las tecnologías deben ser adaptadas y monitoreadas en detalle. «En la Argentina, por caso, contamos con un equipo de Investigación y Desarrollo que supervisa cada implementación», puntualizó.
Por estos días, subrayó, el país tiene acceso a la última tecnología del mercado. «Pero lo que funciona en Texas o en Medio Oriente no necesariamente debe funcionar aquí. Es fundamental concentrarnos en las necesidades reales de nuestros clientes, interactuar rápidamente con nuestros colaboradores y diseñar propuestas para maximizar valor. Todo se resume a escuchar y responder», sintetizó.
Visión estratégica
Halliburton posee casi 2.000 empleados en todo el país (no sólo en Neuquén). «Un 38% del mismo está compuesto por mujeres, con una edad promedio de 27 años», especificó Miller.
Más de un 90% de los profesionales de la firma se desempeñan en su nación de origen. «En la Argentina ese porcentaje trepa a un 92%, lo que representa una gran inversión en recursos humanos. La gente es una de las variables que más nos preocupa», reconoció.
En los próximos años, anticipó, se sucederán grandes cambios. «Nada de la tecnología que se usaba cuando entré en la industria se implementa hoy. Antes no teníamos 40.000 caballos de fuerza para el fracking ni herramientas de observación de acá a 200 pies. No me sorprendería que haya importantes novedades en cuatro o cinco años», proyectó.
A su criterio, hará falta más colaboración y alineamiento entre los operadores y los proveedores de servicio. «Esto ya se está viendo en el Mar del Norte, Brasil o India. En Estados Unidos, por su parte, algunos jugadores tienen mucha integración y otros están muy fragmentados. Al competir en cada línea de servicio (bombas, químicos, logística, etc.), nosotros aprovechamos oportunidades interesantes en ambas modalidades. Confiamos en aprovechar el respaldo que está recibiendo Vaca Muerta para seguir creciendo aquí», completó.
Caso de éxito
A su turno, Martínez Álvarez manifestó que si el boom del shale pudiera generar «varios Tenaris», la Argentina se vería beneficiada sustancialmente en materia de empleo, exportaciones y captación de divisas. «Estamos convencidos de que un país próspero necesita buscar equilibrios. No hay una sola idea a aplicar, hace falta un desarrollo industrial robusto y profundo, bien arraigado, con capital intensivo, tecnología y recursos humanos capacitados», definió.
Tenaris, señaló, vende cerca de un 25% de su producción al mercado local. «El gran desarrollo de Vaca Muerta nos permitió ocupar un cuarto de nuestra capacidad instalada. Si la actividad se multiplicara por cuatro no llegaría a cubrir la mitad de nuestra capacidad, pero sí nos demandaría muchas inversiones complementarias», indicó.
Desde su perspectiva, Vaca Muerta constituye un caso extraordinario. «Se logró mostrarle a la opinión publica y a la política el potencial que tiene para el futuro del país. Y la formación devolvió ese primer apoyo de promoción gasífera con sustitución de importaciones, menores costos en la generación eléctrica y creación de mano de obra local, entre otras ventajas», destacó.
Otro aporte positivo de Vaca Muerta, acotó, fue la conformación de nuevas formas de acuerdo entre los actores involucrados. «Tanto las autoridades nacionales y provinciales como las empresas, los sindicatos y las universidades abrimos un camino que pueden replicar otros sectores», aventuró.
Por su presencia en el mercado estadounidense, Tenaris vivió de primera mano el desarrollo del shale. «Eso nos permitió traer tecnologías y replicar enseñanzas. Hoy sabemos que la clave es tener capacidad de adoptar nuevas tecnologías que nos mantengan al ritmo de la fenomenal dinámica de cambio de la industria», opinó Martínez Álvarez.
Consultado por Tecpetrol, señaló que la empresa hermana de Tenaris logró dar un salto enorme en apenas 18 meses. «En ese lapso hizo en Fortín de Piedra un desarrollo previsto para tres años e inyectó al mercado argentino un volumen de gas inusitado», sostuvo.
No hay dudas, recalcó, de que el shale está rompiendo paradigmas operativos, si bien la continuidad de su desarrollo amerita obras de envergadura. «De todos modos, expresó, la Argentina necesita de modelos como Fortín de Piedra que lo inspiren a poner en valor todas sus riquezas. ←