Los principales productores de gas, con YPF, Pan American Energy (PAE), Total y Wintershall a la cabeza, firmaron ayer en la sede del Enargas una carta de intención no vinculante con las empresas distribuidoras y transportistas a través de la cual se comprometen a instrumentar un esquema para financiar parte las facturas de gas del próximo invierno. Así lo indicaron a EconoJournal varias fuentes empresariales.
Se trata de un pre-acuerdo que abre ahora una mesa de negociación entre los privados para definir los términos y condiciones del mecanismo. En los hechos, las petroleras financiarán al resto del sistema (distribuidoras y transportistas) durante los meses más fríos del año para amortiguar la suba de las tarifas de gas en el bolsillo de los usuarios residenciales. En el Enargas, el ente regulador del gas, bautizaron a la iniciativa como “Factura previsible”. En esa clave, el usuario podrá elegir financiar hasta un 25% de las facturas de los períodos 3 (mayo-junio) y 4 (julio-agosto) y pagarla a partir de noviembre y diciembre (período 6) y los primeros cuatro meses del año que viene. La iniciativa había sido adelantada esta semana por El Cronista.
“Por ejemplo, un usuario que reciba una factura de $ 1000 podrá pagar $ 750 y financiar los restantes $ 250 de manera tal de abonarlos recién en el verano, cuando el consumo de gas es menor. Si bien no es una tarifa plana (el ministro de Energía, Juan José Aranguren, no comulgó con la propuesta factura de Metrogas y Gas BAN), en la práctica se torna más previsble el valor de la factura porque parte de lo que del gas que se demanda en invierno se puede pagar en verano”, explicaron desde una petrolera. “Es una especie de aplanamiento indirecto”, agregó bajo la reserva de nombre.
Por pedido de varias Defensorías del Pueblo, la iniciativa será de carácter optativo. A diferencia de 2017, cuando las distribuidoras aplicaron directamente la cuotificación de las facturas de invierno, ahora cada usuario podrá optar por financiar su factura o no.
Restan definir algunas cuestiones centrales de la instrumentación. Las petroleras aspiran a que las distribuidoras reconozcan una tasa de interés sobre el saldo remanente que financien. En la reunión de ayer el Enargas planteó que esa tasa de interés debe ser competitiva y menor que las que cobran los bancos en las compras de tarjeta de crédito o préstamos personales. El Gobierno quiere que el financiamiento de la factura realmente sea una alternativa económica válida para los hogares. Por eso, la discusión en torno a la tasa es clave.
En forma complementaria, los productores de gas quieren que el saldo remanente se dolarice al tipo de cambio de origen, es decir, al valor de la divisa norteamericana al momento de emisión de la factura. Las distribuidoras están en contra de ese pedido porque sus ingresos son en pesos. Aunque el Enargas se resguarde el rol de componedor y pretende que el acuerdo final se negocie entre privados, podría defender la postura de las distribuidoras en este último punto.