La caída en la actividad petrolera registrada el año pasado se reflejó en una fuerte disminución de los pozos terminados. Un informe elaborado por la consultora G&G Energy Consultants detalló que entre enero y noviembre del año pasado la cantidad total de pozos terminados fue de 920, un 11,95% menos que en 2016 -124 pozos menos- y 30,4% por debajo que en 2015 -402 pozos menos.
Los pozos terminados son aquellos en los que no solo se concluyó la perforación sino que también se colocaron las tuberías para propiciar el flujo de hidrocarburos. El año pasado, la mayor reducción se registró en los pozos petroleros donde según G&G Energy Consultants la caída fue de 18% con respecto a 2016 y nada menos que 44,7% en comparación con 2015 -465 pozos menos. “Esta grave contracción de la inversión petrolera explica parte de la reducción de 6.4% en la producción del periodo Enero-noviembre 2017, pese al incremento de 31.2% en la producción de shale oil”, destaca el informe.
La perforación de pozos de gas, en cambio, se mantuvo debido al aporte de un puñado de proyectos importantes como Fortín de Piedra de Tecpetrol, El Orejano de YPF-Dow y Estación Fernández Oro de YPF, aunque en el informe se advierte que existen algunos proyectos de tight profundo en cuenca Neuquina que comienzan a parar sus equipos de perforación por falta de rentabilidad. “Es interesante advertir que, a pesar de un nivel de inversión importante en gas, la producción acumulada de enero-noviembre 2017 se redujo -0.7% respecto a 2016, solo algunas décimas influido por la falta de demanda de noviembre 2017”, se agrega.
Un dato llamativo es que si bien la inversión en pozos disminuyó, la cantidad de metros por pozo aumentó 11,8 por ciento. Esa situación se explica por la mayor cantidad de pozos horizontales de shale oil y shale gas en Vaca Muerta.
Especialistas del sector consultados por EconoJournal coincidieron en que la mejora en los precios que vino registrando el petróleo en los últimos meses, combinado con la liberación de precios en el mercado local, constituirá un incentivo para que la actividad de perforación se recupere, siempre y cuando el gobierno no intervenga en el mercado. No obstante, advierten que este tipo de recuperaciones son lentas. Por lo tanto, no hay que esperar una mejora significativa para 2018. El dato más alentador es que la actividad parece haber encontrado un piso desde el cual comenzará a despegar.