El Ministerio de Energía empezó a discutir seriamente cómo liberar el mercado de importación de combustibles para generación de energía a partir de 2018. Concretamente, la cartera que dirige Juan José Aranguren está estudiando alternativas para terminar con el monopolio del Estado en materia de compra de combustibles (gas natural y gasoil) desde el exterior para las usinas térmicas. Se trata, en rigor, del principal desafío que tiene por delante el Ejecutivo para recomponer el mercado eléctrico y una apertura total para el negocio de generación de energía.
En al menos dos reuniones realizadas en julio, Aranguren se mostró a favor de migrar hacia un esquema híbrido en que los privados comiencen a jugar un rol en la importación de gasoil para las centrales termoeléctricas, que hoy opera integralmente en manos de Cammesa, la empresa mixta que administra el MEM, que es controlada por el Gobierno.
La propuesta que planteó un ala del área energética consiste en permitir una apertura parcial de ese negocio. Como el precio mayorista que pagan los usuarios residenciales aún no alcanza a cubrir el costo real de la energía (los hogares pagan, en promedio, $ 770 por MWh consumido contra cerca de $ 1300 de costo real), el Estado deberá seguir subsidiando la importación. Sobre esa certeza, lo que se propuso es la utilización de un indicador en materia de precios (por ejemplo, la cotización internacional del gasoil) a partir del cual si un generador privado logra adquirir el combustible más barato que el precio de referencia elegido, se comparta ese ahorro con el Estado.
“La idea es repartir parte de ese ahorro. Para el privado es un negocio. Y para el Estado también porque eleva la eficiencia en el despacho del combustible importado y, en definitiva, reduce la cantidad de subsidios que demanda el sector eléctrico”, explicó a EconoJournal un ejecutivo que está al tanto de las alternativas que se analizan en el seno del Ministerio de Energía.
Funcionarios del área como Marcos Porteau, que heredó la conducción de la Secretaría de Hidrocarburos desde la salida de José Luis Sureda; Alejandro Sruoga, secretario de Energía Eléctrica; Hugo Balboa, presidente de Enarsa; Daniel Redondo, de Planeamiento Estratégico, y David Tezanos, que hasta la semana pasada estuvo a cargo del Enargas, participaron de reuniones en las que se discutió el tema.
Transferir la adquisición de combustibles líquidos (gasoil y fuel oil) en cabeza de los privados –tal como estable la regulación vigente- es un asunto subsidiario del que en realidad más interesa a los generadores, que es la compra (e importación) de gas natural, que también es monopolizada por Cammesa y Enarsa.
“En el caso del gasoil, parece factible colocar esa tarea en los privados. El Estado podría oficiar como un proveedor de última instancia planificando, por una cuestión de seguridad técnica, el picking de invierno. La situación del gas, el principal combustibles del parque termoeléctrico, es más complejo”, analizó el presidente de otra generadora.
En ese terreno, el posicionamiento dentro de Energía es más disímil. De hecho, una línea interna del Ministerio promueve que el Estado se haga cargo de la instalación de una tercera terminal regasificadora de Gas Natural Licuado (GNL). Sin embargo, esa postura perdió fuerza en las últimas tres semanas, en desmedro de que la construcción de esa planta corra por cuenta de los privados que estén interesados. YPF, el mayor productor de gas del país, trabaja en su propio proyecto.