
“Rovella no se va a caer”, afirmó a Econojournal una alta fuente al tanto del proceso de venta de Manantiales Behr, el único yacimiento convencional que conserva YPF en Chubut. Rovella Capital, un desprendimiento de Rovella Carranza, la constructora creada por Mario Rovella, presentó la oferta más alta para adquirir el activo.
El Directorio de la compañía que preside Horacio Marín se reunirá este jueves 11 de diciembre para votar si se aprueba la iniciativa. Fuentes de YPF indicaron a EconoJournal que hasta que el máximo órgano de la empresa se expida evitarán realizar comentarios al respecto.
La propuesta supera los US$450 millones, según indicaron fuentes del mercado. La cifra exacta sólo es conocida por unos pocos integrantes de la primera línea de la petrolera bajo control estatal. Fue la decisión que tomó la compañía para evitar filtraciones como las que se registraron en rondas anteriores del Proyecto Andes, la iniciativa a cargo del banco Santander que implementó YPF para desprenderse de campos que no integran su porfolio estratégico y concentrarse en el desarrollo de Vaca Muerta.
Números
La propuesta de Rovella Capital relegó a las de Pecom, brazo petrolero del grupo Pérez Companc, y Capsa, candidatos naturales para quedarse con Manantiales. Y también a la del Grupo San Martín, un actor local asociado con empresas de servicios norteamericanas, y CGC.
A esta altura, el único interrogante es si Rovella Capital logrará documentar con herramientas crediticias confiables la forma de pago de la operación. Agustín Rovella, hijo de Mario, se reunió en las últimas semanas que actores del sector petrolero —entre ellos con algunos traders de combustibles con la intención de pre-financiar la venta de crudo pesado desde Chubut— para intentar reunir los fondos que comprometió en su oferta.
No es un tema menor: la empresa tiene un acceso limitado al sistema financiero local porque Rovella Carranza, la compañía madre del grupo, está involucrada en la causa Cuadernos, que está en pleno trámite de requerimiento de elevación a juicio.
Aún así, fuentes al tanto del proceso confían en que Rovella Capital podrá reunir los fondos para cancelar en efectivo —al menos la mayor parte— la cifra ofertada. Lo haría en cuotas en un período corto de tiempo de no más de tres a seis meses.
“El pliego original del Santander establecía que la empresa compradora debía cancelar un 20% de la cifra ofertada al momento de la adjudicación y el 80% restante una vez que tome efectivamente la operación del campo en cuestión. Pero no habría problema en encontrar un esquema de pagos más flexible si el monto y las garantías contractuales ofrecidas terminan siendo mucho más convenientes para YPF que las del resto”, explicó una fuente al tanto del proceso.
A diferencia de otras áreas petroleras transferidas bajo el paraguas del Proyecto Andes, en esencia campos maduros de baja o directamente nula rentabilidad, Manantiales Behr, que produce unos 4000 m3/día de crudo, es un activo que obtiene ganancias. El campo registra anualmente un EBITDA (ingresos antes de impuestos) cercano a los US$100 millones. Es decir, quien lo compre empezará a gestionar de entrada un flujo de caja positivo. La dificultad radica en operar un campo que requerirá inversiones para recuperar los niveles de actividad con precios de crudo que probablemente naveguen en la banda de los US$60 durante el año que viene.
Pata local
En el plano operativo, el interrogante —si el Directorio de YPF aprueba mañana el traspaso— es cuánto tiempo le llevará a Rovella edificar una organización con foco en el negocio hidrocarburífero. La empresa repatrió a ex directivo de YPF con pasado en Manantiales Behr que hasta mediados de septiembre trabajaba en Colombia.
Rovella conoce Chubut. Posee una especie de alianza local con la constructora Choele Choel SRL, con quien tercerizó algunos proyectos de infraestructura en la provincia como una serie de ampliaciones en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia.
Choele Choel es conducida por Facundo Ponce, un empresario que dio sus primeros pasos profesionales dentro del negocio de la construcción en Rovella Carranza –donde trabajó durante siete años– y es hermano de Federico Ponce, secretario de Hidrocarburos de Chubut de la gobernación que encabeza Ignacio ‘Nacho’ Torres. El gobernador ya habría dado luz verde para que Rovella se quede con el segundo mayor yacimiento de petróleo de Chubut, sólo por detrás de Cerro Dragón.





















