Tras el respaldo que logró el gobierno de Javier Milei en las elecciones legislativas del domingo, y en un contexto de mejora en los indicadores de riesgo soberano, dos de las principales petroleras de la Argentina lograron exitosas colocaciones de deuda en los mercados internacionales a tasas de interés competitivas.
La semana pasada Tecpetrol concretó una emisión de un bono internacional por US$ 750 millones, un 50% más de lo que buscaba inicialmente (500 millones). La operación se concretó a una tasa de 7,625% anual y un plazo de cinco años. La estructuración de la colocación contó con el respaldo de bancos internacionales de la talla de Santander, Citibank, Itau y BBVA, junto a colocadores locales como Balanz, Galicia y Macro.
YPF, por su parte, concretó emisiones en dólares por un total de US$ 1.200 millones, por medio de una colocación en el mercado local por US$ 500 millones y un préstamo sindicado de bancos por US$ 700 millones. El resto de los principales jugadores de Vaca Muerta como Pluspetrol, Pampa, Vista y PAE, también preparan emisiones para las próximas semanas.

Falta de financiamiento para proveedores
Sin embargo, el panorama financiero resulta mucho más complicado para las empresas de servicios y proveedores de insumos para la industria de Oil&Gas que siguen recibiendo tasas de interés considerablemente más altas.
Las compañías contratistas de la cadena de valor de Vaca Muerta —un segmento estratégico de empresas porque son las que cuentan con la mayor cantidad de personal contratado y deben afrontar elevadas estructuras de costos— deben convalidar tasas de interés para cubrirse en descubierto que ascienden hasta un 170% anual, según un relevamiento realizado la semana pasada por EconoJournal.
Esta semana los números empezaron a mostrar signos de mejora, pero continúan en niveles muy altos. Las tasas de interés en descubierto no bajan del 70% anual en caso de estar ‘garantizadas’. «Las que son a sola firma siguen, en algunos casos, por encima del 100% (tres veces la inflación proyectada para 2026) y la tasa promedio de venta de cheques ronda un 65%. Es una locura, porque a la inversa la tasa de interés de un plazo fijo que ofrecen los bancos promedia un 34%», explicaron en una empresa prestadora de Neuquén. «Es decir, el costo financiero de nuestro capital de trabajo que deben afrontar supera en 3 o 4 veces al interés que los bancos ofrecen en un plazo fijo. Por eso hay varias compañías que están teniendo problemas para sobrellevar esta situación», agregaron.

El «apetito» del mercado
Para las empresas petroleras, en cambio, el triunfo de Milei en las elecciones parece haber abierto una ventana de oportunidad muy nítida para financiarse a costos bajos que eran impensados hasta hace 15 días atrás.
Melina Di Napoli, Analista de Producto Wealth Management en Balanz, una de las entidades colocadoras, atribuyó esta fuerte demanda a varios factores post-electorales. “En primer lugar, después de las elecciones los bonos soberanos experimentaron un rally de suba de precios y baja de rendimientos”, explicó Di Napoli. Esta mejora en los activos soberanos propició una significativa reducción del riesgo país, el cual se situó en niveles de 647 puntos básicos, valor que no se registraba desde enero de 2025.
“La baja del riesgo país hace que la tasa a la cual se puede financiar tanto el Gobierno como las empresas argentinas en el exterior sea menor y eso es una oportunidad para las empresas para buscar financiamiento”, afirmó la analista de Balanz. La demanda provino de individuos y personas jurídicas que buscaron reducir la exposición a bonos soberanos tras tomar ganancias, optando por pasarse a corporativos con mejores spreads. Además, explicó, inversores del exterior, incluyendo bancas privadas, manifestaron su disposición a ampliar posiciones en bonos corporativos de calidad emitidos por firmas argentinas.
Pero si bien las grandes petroleras consiguen tasas competitivas en la plaza internacional, las empresas de servicios petroleros y otras compañías argentinas que dependen del financiamiento en el mercado local continúan operando con altas tasas de interés. Esta disparidad en los costos de capital es un desafío que presiona los márgenes del sector de servicios, contrastando con el acceso privilegiado que obtuvieron las grandes corporaciones con capacidad de emitir en divisas y en jurisdicciones internacionales.








