EconoJournal publicó el miércoles 9 de julio la nota titulada “Cammesa había advertido que el gas natural de Vaca Muerta no alcanzaba para cubrir la capacidad de transporte hacia los centros de consumo”, cuya redacción se apoyaba en una comunicación interna —una de las tantas notas que se intercambian los actores gubernamentales con responsabilidad en la operación del sistema energético— ocurrida el 5 de junio entre la compañía que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y la Secretaría de Energía. Mediante una misiva, la primera informaba a la cartera que dirige María Tettamanti que no estaba pudiendo conseguir los volúmenes de gas necesarios para saturar la capacidad de transporte de gas contratada por Cammesa para abastecer del fluido a las centrales térmicas de generación.
El artículo periodístico publicado por este medio omitió informar, sin embargo, que en respuesta a esa carta enviada a principios del mes pasado, la Secretaría de Energía ordenó a Cammesa a salir a contratar gas natural en el mercado spot —por medio de licitaciones realizadas bajo el paraguas de MEGSA— a precios más altos de los que históricamente ofrecía pagar la compañía administradora. Esa instrucción formalizó una novedad y un cambió en el modus operandi de Cammesa que está en línea con la intención del gobierno de Javier Milei de avanzar hacia una mayor apertura del sector energético tras años en que los distintos segmentos del mercado estuvieron administrados por el Estado.
Apertura de mercado
En los hechos, la Secretaría de Energía, que reporta al Ministerio de Economía que encabeza Luis ‘Toto’ Caputo, autorizó a Cammesa a comprar por primera vez gas natural por encima del precio fijado en el Plan Gas para el período de invierno. Ese valor está fijado en torno a los US$ 4,70 por MMBTU (un 25% más que el precio anual de unos 3,50 dólares). A partir de ese aval, durante las siguientes semanas de junio Cammesa realizó licitaciones en el Mercado Electrónico del Gas (MEGSA) en los que ofreció pagar entre 8 y 11 dólares por volúmenes incrementales de gas para cubrir la demanda de las usinas térmicas.
“Por primera vez se instruyó a Cammesa a contratar gas a precio más alto que el del Plan Gas, siempre y cuando sea más barato que combustibles alternativos como el gasoil o el fuel oil. Así es como debería funcionar un mercado libre. No es que la Secretaría de Energía se durmió (Sic). La realidad es exactamente lo contrario”, explicó una fuente oficial.

Desde el área energética del gobierno atribuyen la crisis del gas registrada la semana pasada a los problemas de inyección registrados en dos de los principales yacimientos de shale gas de Vaca Muerta motivados por problemas operativos en las plantas de tratamiento de esos campos ocasionados por las bajas temperaturas. “Se afectó menos del 2% de los clientes residenciales de Mar del Plata. No existe un problema de todo el sistema si el 99,95% de los clientes residenciales de la Argentina no fueron afectados”, indicaron.
Problema de fondo
Sobre un problema de fondo ligado a la inexistencia de incentivos económicos concretos para que las petroleras inviertan en el aumento de gas de Vaca Muerta —en especial en la ventana de gas seco (dry gas)—, un fenómeno que se dejó traslucir este año desde la óptica de algunos especialistas como Nicolás Arceo, titular de la consultora Economía y Energía, las fuentes oficiales consultadas descartaron de plano la posibilidad de que el gobierno lance una licitación en cabeza del Estado —podría ser una nueva ronda del Plan Gas— para reforzar la producción de gas para el próximo invierno.
No es ni siquiera una decisión del área energética. Los lineamientos ideológicos que bajan desde Presidencia y el marco teórico que defiende la conducción libertaria impiden esa posibilidad. Se seguirá optando, de ese modo, por instruir a Cammesa y en el futuro a los generadores privados —una vez que se avance con la reforma del sector eléctrico a partir de noviembre— a licitar la contratación de gas más caro en el mercado spot. Habrá que monitorear en qué medida los productores interpretan que esos incentivos son los suficientemente sólidos para elevar su inversión en pozos de gas para el próximo invierno.