El traspaso de las concesiones en Vaca Muerta que tenía la norteamericana ExxonMobil a Pluspetrol —concretado en octubre del año pasado en una cifra récord de más de US$ 1700 millones— activó un movimiento tectónico que podría desencadenar en los próximos meses una serie de réplicas secundarias hacia dentro de la cuenca Neuquina. Ese reacomodamiento en el mapa no convencional está motorizado por distintos factores, pero uno tracciona más que el resto: el interés de petroleras con accionistas locales —como Pan American Energy (PAE), Vista, Pampa Energía, Tecpetrol, CGC y la mencionada Pluspetrol, entre otras— por ampliar su presencia en Vaca Muerta en contraste con una tendencia a la retracción por parte de compañías internacionales como la propia ExxonMobil.
En el gobierno parecen tener presente esa realidad. Prueba de eso es que, a mediados del mes pasado, el viceministro de Energía y Minería, Daniel González, mano derecha en el área de Luis ‘Toto’ Caputo, impulsó la instrumentación del Decreto 929, un viejo régimen de promoción de inversiones en Vaca Muerta establecido en 2013 por la administración de Cristina Kirchner —fue la medida que traccionó el desembarco de la estadounidense Chevron en el play no convencional— que, sin embargo, nunca se había cumplido. El decreto autoriza el envío hacia el exterior de parte del flujo en dólares generado por la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta. Instruir al BCRA para que empiece a cumplir con esa norma, que estuvo frenada durante años por el cepo cambiario, fue una acción del gobierno de Javier Milei destinada a atajar un reclamo histórico de las petroleras internacionales que explican, desde el sentido común de la lógica económica, que no están en condiciones de aumentar sus inversiones en el país hasta que no haya certezas de que podrán acceder al mercado de cambios para costear financiamientos y amortizaciones en el exterior.
Casos testigos
Es que si bien el posicionamiento a nivel global del líder libertario está contribuyendo de manera irrefutable a regenerar el interés de fondos de inversión en la Argentina —son varias las empresas locales del sector de energía que realizaron en las últimas semanas o tienen previsto realizar road show en EE.UU. para apalancar desarrollos en el país—, las compañías multinacionales aún son prudentes a la hora incrementar sus inversiones en Vaca Muerta.
Las empresas locales, en cambio, tienen una vocación expansiva. EconoJournal pudo confirmar, por ejemplo, de varias fuentes privadas que existe interés de al menos tres petroleras en adquirir las áreas Rincón de la Ceniza-La Escalonada, dos bloques operados por la francesa TotalEnergies que están ubicados de manera lindera a Bajo del Choique, el principal campo deriskeado por ExxonMobil que fue adquirido por Pluspetrol.
La compañía europea —que en septiembre del año pasado puso en producción el yacimiento offshore Fénix, ubicado en la cuenca Austral, donde invirtió más de US$ 700 millones junto con sus socios PAE y Harbour Energy— no está, a priori, en una posición de ‘vendedor’, pero a raíz del contacto con algunas empresas operadoras y del elevado precio del acre en la ventana de petróleo de Vaca Muerta que convalidó Pluspetrol podría testear al mercado con un proceso de venta formal. De hecho, fuentes al tanto de esas conversaciones indicaron a este medio que el banco Jefferies —el mismo que gestionó la transacción de ExxonMobil y obtuvo un precio super competitivo por esos activos— podría estar al frente de ese proceso, que aún está dando sus primeros pasos.
TotalEnergies empezó a deriskear —tal como se conoce en la jerga petrolera a la exploración de un bloque sin actividad hidrocarburífera previa— las áreas Rincón de la Ceniza y La Escalonada en 2010 tras adjudicarse los bloques en una de las primeras rondas licitatorias en Vaca Muerta realizadas por Gas y Petróleo (GyP), la petrolera provincial de Neuquén, que mantuvo para sí un 10% de esos campos. Años más tarde, la compañía francesa sumó a la angloholandesa Shell como socio en partes iguales en ambos campos, por lo que en la actualidad ambas poseen un 45% del capital accionario de los bloques. Habrá que ver si existe interés suficiente para que TotalEnergies evalúe seriamente una eventual desinversión en los yacimientos, pero en cualquier caso el proceso llevará varios meses.
EconoJournal pudo confirmar que también existe interés por las participaciones que posee la noruega Equinor en Vaca Muerta. La compañía nórdica es propietaria del 30% de Bandurría Sur, un bloque de shale oil operado por YPF, que posee un 40% del capital accionario del campo, en tanto que Shell control el 30% restante. Equinor, a su vez, es dueña del 50% de Bajo del Toro Norte, otra área operada por YPF (tiene el otro 50% del capital social) al norte de Neuquén. El bloque también es lindero hacia el este de Bajo del Choique, el área estrella que adquirió Pluspetrol de manos de ExxonMobil.
Desde la empresa controlada por el Estado de Noruega, que en junio perforó un pozo exploratorio offshore en el Mar Argentino que no encontró indicios de hidrocarburos, evitaron realizar comentarios ante la consulta de este medio, pero fuentes del mercado indicaron que ya existe un proceso formal a cargo de un banco internacional para sondear el apetito de potenciales compradores, por lo que en los próximos meses podría haber novedades. YPF cuenta con un derecho de preferencia o first refusal —ROFR, por sus siglas en inglés— en caso de Equinor decida desprenderse de su participación, por lo que, a priori, estaría en una posición ventajosa para encarar esa negociación.
Reestructuración
Otra compañía que está reformulando su portafolio de activos en Vaca Muerta es Pluspetrol, que está evaluando iniciar un proceso de desinversión en áreas secundarias en el play no convencional. Tras adquirir seis bloques de ExxonMobil Exploration Argentina (EMEA), la petrolera está terminando de definir su plan de inversiones que no sólo contemplará el desarrollo de La Calera y Bajo del Choique, sus dos áreas insignia, sino también la explotación de alguno de los campos que eran operados por la compañía norteamericana como Los Toldos I Sur, Loma del Molle y Pampa de las Yeguas, entre otros. La estrategia de Pluspetrol prevé, al mismo tiempo, traspasar campos de menor calibre, algunos ubicados en la ventana de petróleo de Vaca Muerta como Loma Jarillosa Este o Puesto Silva Oeste y otros en la de gas natural como Las Tacanas, Aguada Villanueva y Meseta Buena Esperanza. Fuentes privadas al tanto de la operación aclararon a este medio que los tiempos de la iniciativa aún no están definidos.
“Es probable en la primera mitad de 2025 haya una reestructuración de los activos de varias empresas, porque los proyectos de infraestructura, como el lanzamiento de la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS), que demandará una inversión de más de US$ 2500 millones, requiere, en primer lugar, que las operadoras que financiará el proyecto se aseguren el acreaje necesario en la ventana no convencional de petróleo para asegurar la producción futuro de crudo”, concluyó un asesor financiero que sigue de cerca los movimientos interno dentro de Vaca Muerta. Algunas compañías parecen prepararse para ese escenario.
Vista, por ejemplo, convocó la semana pasada a una asamblea general de accionistas para el 3 de marzo en México con el objeto de aprobar en su Directorio la emisión de paquete de acciones Serie A para que «la sociedad pueda llevar a cabo, directa o indirectamente, una o más adquisiciones de derechos de exploración y/o explotación, participaciones en concesiones, licencias y acuerdos para el desarrollo de reservas de hidrocarburos no convencionales ubicados en donde la sociedad lleva adelante sus operaciones», es decir, en Vaca Muerta, según se desprende del comunicado enviado por la empresa fundada y presidida por Miguel Galuccio a laBolsa Mexicana de Valores.