El buque BW Leopard nominado por la norteamericana Chevron espera fondeado en zona Alfa, frente a Montevideo, cargado con 50.000 metros cúbicos (m3) de gasoil. Tendría que haber amarrado en el puerto del Río de la Plata hace más de 10 días, pero Cammesa, la compañía que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), que está a cargo de la importación de combustibles líquidos para las centrales de generación, aún no pudo concretar el pago del cargamento. A raíz de eso, como es lógico, Chevron no autoriza la descarga. El motivo de la demora esconde una trama inédita de mala gestión que, a priori, resulta impropia para Cammesa, una empresa con amplia experiencia en el área de comercio exterior que importa decenas de buques de combustibles durante cada año.
¿Qué fue lo que pasó? Como publicó EconoJournal el 16 de mayo, por la falta de dólares, Cammesa ofreció a los proveedores de gasoil reconvertir a yuanes los contratos de importación de gasoil, que originalmente estaban expresados en moneda norteamericana. El objetivo era claro: aprovechar el swap con China para pagar esos compromisos con moneda asiática en lugar de utilizar los escasísimos dólares que posee el Banco Central (BCRA).
Para materializar esa estrategia, Cammesa, que está a cargo de Sebastián Bonetto, un directivo que pasó por el Ministerio de Planificación cuando era conducido por Julio De Vido y ya en el gobierno de Alberto Fernández se plegó al ex secretario de Energía Eléctrica Federico Basualdo, inició una negociación con PetroChina, Chevron y BP, las compañías adjudicatarias de los tres cargamentos importados para junio y principios de julio.
Negociación
Las partes exploraron distintas alternativas para cancelar los pagos en yuanes. No es un proceso sencillo. Por normativa a nivel global, varias petroleras occidentales —como Chevron y BP— no están autorizadas a recibir pagos en moneda china. Sólo aceptan dólares. En muchos casos, ni siquiera cuentan con una cuenta bancaria expresada en moneda china. Se buscó, entonces, un intermediario que pueda realizar la conversión de los yuanes provenientes del swap y, luego, depositar dólares a los proveedores de gasoil contratados por Cammesa. Así entró en escena el Citibank, una de las mayores entidades bancarias del planeta.
Lo insólito es lo que vino después: Cammesa llegó a un acuerdo —o a la luz de los hechos, creyó que había llegado a un acuerdo— con el Citi para que se haga cargo de la conversión cambiaria. Entonces, transfirió a una cuenta en Nueva York del banco norteamericano unos 250 millones de yuanes (equivalentes a unos US$ 35 millones), que es lo que cuesta cada cargamento de gasoil.
El Citi debía realizar el cierra de cambio y depositarle dólares a Chevron, pero algo falló y el banco quiso girarle esos mismos yuanes a la empresa norteamericana, que inmediatamente desconoció la operación y no aceptó el pago, según indicaron a EconoJournal dos fuentes privadas sin contacto entre sí. La petrolera estadounidense es una de las multinacionales que, por normativa interna, no está autorizada a recibir transferencias en moneda china.
Penalidades
Para peor, el problema para Cammesa es que la plata ya fue girada a una cuenta del Citibank de Nueva York que no le pertenece, por lo que no es tan fácil realizar el rescate del dinero enviado. Por ende, el conflicto sigue abierto y Chevron no habilita la descarga del BW Leopard. «Evidentemente hubo un gran mal entendido (o negligencia) entre Cammesa y el Citi. El problema seguro fue entre esos actores. Después, a Chevron le dijeron que iba a recibir dólares y le dieron yuanes, era obvio que no podía aceptar moneda china», indicó una de las fuentes consultadas.
Como las temperaturas en la zona centro del país fueron cálidas en las últimas dos semanas, Cammesa no tiene la premura de utilizar el gasoil en sus centrales porque hay gas natural disponible en el sistema. Pero cada día que pasa acumula costosas penalidades por la demora (demurrage) en la descarga.
Según indicaron fuentes privadas a EconoJournal, Cammesa podría enfrentar una situación similar con BP, que esta semana debería descargar otro cargamento de gasoil, pero aún no recibió el pago por el producto. Hasta ahora, la única operación que se pudo cerrar fue la de PetroChina, que se abonó por medio de una intermediación del JP Morgan, que cobró un interés del 1,3% para convertir en dólares los yuanes girados por la compañía argentina.
Para intentar resolver el problema derivado por la restricción externa que enfrenta el país, el BCRA autorizó la semana pasada un protocolo especial para que empresas públicas (o controladas por el Estado), como es el caso de Cammesa y Enarsa, puedan cancelar con yuanes obligaciones comerciales que fueron suscriptas en dólares. El mecanismo está en proceso de instrumentación y demorará algunos días en efectivizarse, pero en el gobierno confían que permitirá destrabar no sólo los pagos de gasoil sino también los de Gas Natural Licuado (LNG, por sus siglas en inglés) que corren por cuenta de Enarsa.