El gobierno presentó el mes pasado un proyecto de ley para promover la inversión en plantas de licuefacción de Gas Natural Licuado (LNG, según su sigla en inglés). Fue luego de que la petrolera YPF, controlada por el estado argentino, firmada en septiembre del año pasado un acuerdo con la malaya Petronas para desarrollar de manera conjunta un proyecto integrado de GNL en Argentina que abarcará el upstream con la producción de gas no convencional, el desarrollo de gasoductos e infraestructura, la producción de GNL, su comercialización y la logística internacional. La intención es aprovechar la potencialidad de Vaca Muerta, aunque el riesgo es grande ya que demandará una inversión millonaria durante varios años. Javier Rielo, el CEO de Total Energies, una empresa con amplia experiencia en este tipo de emprendimientos, desmenuzó el último miércoles en el Midstream & Gas Day, organizado por EconoJournal, la complejidad que supone una iniciativa de esas características.
Rielo puso en duda la conveniencia de avanzar con la construcción de una planta de LNG en el país. “Para hacer un actor de LNG hay que pensar en una producción de 9 o 10 millones de toneladas por año. Hay que tener un proyecto integrado. Una planta de LNG por sí sola no hace nada. Hay que tener una planta de LNG y un caño que transporte el gas, algo así como un Gasoducto Néstor Kirchner III, y 200 pozos en producción para garantizar el volumen necesario con facilidades para que se lo pueda tratar. Cuando se contabiliza todo eso estamos hablando de más de 10.000 millones de dólares”, sostuvo, poniéndole paños fríos a la iniciativa.
“En Australia nosotros construimos un proyecto de 9 millones de toneladas, pero nos salió 20.000 millones de dólares. Construimos otro proyecto offshore de 9 millones de toneladas y costó 40.000 millones de dólares. Esos son los números que estamos manejando. El proyecto de Petronas, que tuve oportunidad de ver, es de 20/25 millones de toneladas y supone un desembolso de ciertas decenas de miles de millones de dólares”, señaló Rielo.
Luego advirtió sobre los plazos que demandaría la obra. “Si todas las luces son verdes, un proyecto de esas características no va a estar terminado en menos de 7 años. Después hay que meter todo eso en un modelo económico y es necesario empezar por el precio. El año pasado todos pensábamos que el precio del LNG era 40 o 50 dólares por millón de BTU y hoy estamos con un precio internacional de 7 u 8 dólares. ¿Cuál va a ser el precio mañana? ¿Quién sabe? Cada vez que hicimos pronósticos nos equivocamos”, remarcó.
“Es todo muy complejo y si se le agrega el Project Finance es todavía peor porque hay que presentar contratos por 15 años de duración con, por lo menos, 90% de la capacidad de la planta vendida. Además, está el costo de Project finance. En Australia el costo del Project finance era Libor más 7/8%. En Argentina no sé si vamos a conseguir 7/8%”, sentenció.
Para Rielo la clave es venderles a los países limítrofes. “El abastecimiento interno de gas va a estar asegurado con la primera inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner. Tenemos que atacar el mercado regional. No son inversiones significativas y tenemos una demanda que podemos abastecer por un volumen similar al de la planta de LNG que están pensando Petronas e YPF”, concluyó.