El “dólar soja 2”, vigente hasta el 30 de diciembre, está generando una fuerte preocupación en las productoras de biodiesel que abastecen el mercado local. El tipo de cambio especial para el sector sojero implementado por el ministro de Economía, Sergio Massa, provocó un aumento en el precio local del aceite de soja, la materia prima principal para las plantas de biodiesel, que se convirtió en una amenaza para las 28 pymes de esta industria. El precio del aceite oleaginoso saltó de alrededor de US$ 850 a casi US$ 1.100 por tonelada. En la primera versión del “dólar soja” de septiembre pasado también había aumentado el precio y había provocado paradas en distintas plantas de biodiesel.
Otro efecto que generó el “dólar soja 2” en los biocombustibles es una caída en la disponibilidad del aceite para producir biodiesel que se sentirá en el primer trimestre del año. En los hechos, en el sector prevén que, además del aumento del precio, el principal impacto del tipo de cambio sojero será la necesidad de importar a un precio mayor cerca de 50.000 m3 mensuales más de gasoil.
Más gasoil importado
Fuentes de la industria de biodiesel indicaron a EconoJournal que “en estos tres primeros meses del año vemos que el gobierno va a tener un problema porque va a faltar biodiesel en el mercado local y se va a necesitar más gasoil para reemplazarlo. Es decir, el gobierno tendrá que importar más gasoil para cubrir el faltante de biodiesel”. Durante el invierno de 2022 la Argentina sufrió escasez de gasoil y tuvo que importar más barcos de urgencia.
Las mismas fuentes advirtieron que “el panorama es muy preocupante, hay varias plantas que en enero están alcanzando sólo un 50% de abastecimiento de aceite de soja de lo que realmente necesitan para cubrir todo el mes. Esto significa que en el primer trimestre posiblemente haya un 50% menos de producción de biodiesel”. También aclaró que otras plantas pudieron anticiparse y adquirieron el aceite que necesitan para enero, pero comenzaran a tener un faltante de aceite a partir de febrero.
El sector
Por la Ley 27.640, en la Argentina el biodiesel se mezcla en un 7,5% con el gasoil que se vende en el mercado local. Quienes abastecen este mercado son 28 pymes que le venden el biocombustible a las refinadoras como YPF, Raízen (Shell), Axion Energy y Puma (Trafigura), pero que le compran la materia prima a las grandes aceiteras como Dreyfus, Bunge, Aceitera General Deheza (AGD), LDC Argentina, Patagonia Bioenergía, Cargill y Molinos Río de La Plata, entre otras.
Las pymes de biodiesel vienen conversando con la Secretaría de Energía sobre el efecto negativo de la implementación del dólar sojero en este sector ya que más del 85% de su estructura de costos lo tiene el aceite derivado de este poroto. El sector le reclama a la cartera conducida por Flavia Royón que implemente una medida para bajar el costo del aceite en el mercado local. Dar respuesta a esto no es tarea sencilla porque buena parte de la gestión de Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda depende de las divisas que las reservas del BCRA obtienen justamente por el “dólar soja”.
Aumento del precio y menor disponibilidad
Las grandes agroexportadoras le venden el aceite de soja a las pymes de biodiesel al dólar oficial. En el esquema del dólar sojero, las cerealeras liquidaron los porotos y sus derivados con un tipo de cambio de $ 230, pero el costo implícito en dólares lo trasladaron al precio del aceite, según explicaron productores de biodiesel a EconoJournal. Con este efecto, las pymes de biocombustibles se ven perjudicadas en esta cadena al aumentarse considerablemente su principal materia prima.
El otro problema es de disponibilidad del producto. En esta época hay menos porotos para moler y esto genera que haya menos volúmenes para elaborar aceite porque el “dólar soja” elevó el precio de la oleaginosa y las grandes cerealeras comenzaron a tener márgenes negativos en la molienda. Otro factor es la sequía que está atravesando el sector agroexportador. También, la cadena sojera tiene sectores que especulan para acopiar los porotos para venderlo al mayor precio posible. Al “dólar soja 2”, la sequía y el aumento de los costos se suma una razón estacional, ya que habitualmente entre diciembre y marzo cae un poco la actividad de la molienda porque se está entrando en la próxima cosecha.