El comercio de litio y otros metales estratégicos para la transición energética con Estados Unidos se verá afectado por la flamante “ley climática” que impulsó el gobierno estadounidense de Joe Biden. La ley incluye beneficios fiscales que podrían conducir a los fabricantes de baterías para vehículos eléctricos a cambiar los componentes utilizados en el largo plazo. Pero el acceso a esos beneficios dependerá del origen de los metales, con preferencia para las materias primas provenientes de países que cuentan con acuerdos de libre comercio con EE.UU.
Bank of America Global Research (BofA) publicó la semana pasada un reporte en el que analiza el posible impacto de la Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act) sobre la industria de los vehículos eléctricos. Impulsada por el presidente Joe Biden, la denominada “ley climática” modificó y prorrogó los créditos fiscales que existen para los consumidores que compran un vehículo eléctrico de fabricación local.
El crédito es de US$ 7500 y puede solicitarlo cualquier persona con un ingreso anual inferior a US$ 150.000 (menos de US$ 300.000 para los grupos familiares). Para la compra de eléctricos usados también habrá un crédito de US$ 4000. Además elimina las restricciones que existían para aplicar el crédito a la compra de un coche eléctrico de grandes fabricantes como Tesla o GM.
Origen de los metales
El origen de los metales que se utilizarán en la fabricación de las baterías es un punto central. La ley climática establece que el crédito fiscal se puede aplicar sobre coches con baterías que tengan un porcentaje mínimo de metales minados en Estados Unidos o en países con los que tiene un acuerdo de libre comercio.
De los metales críticos que componen una batería (como litio, níquel, cobalto y manganeso), al menos un 40% debe provenir de operaciones mineras en Estados Unidos o ser importados desde países con los que tiene firmado un Tratado de Libre Comercio (TLC). Ese porcentaje subirá a 80% a partir del 2026.
En la industria estadounidense consideran que los porcentajes son exigentes para las cadenas de suministros existentes y se necesitarán inversiones en minería para incrementar la oferta de metales. «Alcanzar esos umbrales requerirá de grandes esfuerzos”, dice el informe de BofA. “De hecho, los metales representan casi dos tercios de los costos de las baterías de vehículos eléctricos. Dado el origen del suministro, los objetivos pueden ser más fáciles de alcanzar para el litio y más difíciles para el níquel”, añade.
Tendencias en baterías
Estos requisitos de origen pueden acortar en un primer momento la lista de vehículos que pueden acceder a los créditos. Pero los autores del reporte consideran que la ley podría impactar en la manufactura de baterías en el largo plazo, llevando a cambios en la composición de las mismas para cumplir con los porcentajes mínimos.
Por ejemplo, las baterías de litio que utilizan cobalto y níquel podrían perder más terreno aún frente a las baterías de litio ferro-fosfato (LFP). Sobre el cobalto, el reporte señala que “es poco probable que haga una contribución significativa para calificar para el crédito fiscal”, ya que se extrae principalmente en la República Democrática del Congo y luego se procesa en China.
“Las baterías de cobalto y níquel tienen mejor performance, más densidad energética, más capacidad de ciclado. Además son menos pesadas. Por lo que las baterías de litio ferro-fosfato tienen esas dos contras. Pero lo que tienen a favor es que no requieren ningún mineral particular como el cobalto o níquel. Tienen hierro y fósforo, entonces son más sencillas de fabricar porque los materiales son más accesibles”, dijo Eduardo Gigante, ingeniero industrial y consultor en minería de litio consultado por EconoJournal.
Por otro lado, los analistas de BofA advierten que es necesario incrementar la producción de litio. “La industria debe concentrarse en impulsar la producción de litio, potencialmente también en los EE.UU.”, dice el reporte.
Socios comerciales
Actualmente Estados Unidos tiene tratados de libre comercio con veinte países. En la lista figuran Australia y Chile, los dos principales productores de litio del mundo.
Otros potenciales productores de litio son Canadá y México, que integran con Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. “Creo más en Canadá, que parece ser que tiene posibilidades de tener más litio. México tiene litio pero en arcillas. No hay todavía una metodología de extracción del litio a partir de las arcillas. Además el abordaje de México en cuanto al tema del litio es muy particular. Es similar al de Bolivia, país en el que ese tipo de abordaje no tuvo éxito”, analizó Gigante.
Litio argentino
Argentina es también líder mundial en producción de litio. Fue el cuarto productor mundial de carbonato de litio en 2021 y podría superar a Chile en los próximos años. El país tiene dos proyectos en fase de producción, pero hay ocho proyectos más que entrarán en etapa deproducción en los próximos tres años.
El litio argentino es relevante para la industria estadounidense. Más del 90% de las importaciones de litio en Estados Unidos provinieron de Argentina y Chile entre 2016 y 2019, de acuerdo a un reporte del Departamento de Energía. En el ranking de compradores del litio argentino, Estados Unidos figura en el cuarto lugar, representando el 10% de las ventas de litio al extranjero en lo que va del 2022, según un informe de la Secretaría de Minería.
Estados Unidos viene manifestando su interés en alcanzar una mayor asociación comercial con Argentina. En la decimonovena edición del Consejo de las Américas celebrada en agosto en Buenos Aires, el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, señaló al litio como una de las áreas de interés.
“Estados Unidos quiere tener una relación con Argentina para que sea líderen América Latina, ayudar con la infraestructura, para que pueda incrementar la producción de alimentos, energía, litio y tierras raras. Nosotros no necesitamos el petróleo y gas, tampoco los alimentos, pero queremos ayudar al mundo y asociarnos con ustedes”, dijo Stanley. Los dos países no cuentan con un acuerdo comercial.