El gobierno del Frente de Todos volvió a tener una jornada vertiginosa en el afán de intentar controlar la crisis política que tiene contra las cuerdas a la macroeconomía. Aunque en las últimas horas de este jueves se empezaron a conocer algunos de los nombres que acompañarán a Sergio Massa en su tarea al frente de un super Ministerio de Economía que incorporará también a las carteras de Producción y Agricultura, aún no se sabe si habrá cambios en la Secretaría de Energía y en el resto de los organismos y empresas públicas vinculadas al sector.
Por eso, algunas voces del gobierno señalaron que el neuquino Darío Martínez continuaría como titular de esa cartera, aunque habrá que esperar al lunes cuando se presente formalmente el nuevo organigrama para saber cómo queda la composición del área.
En la estrategia de posicionarse como nuevo hombre fuerte del Poder Ejecutivo, Massa tiene la necesidad política de mostrar que al menos puede poner un pie en Energía, probablemente el área más tumultuosa del gobierno del Frente de Todos, que terminó de detonar el poder político de ex ministros como Martín Guzmán y Matías Kulfas.
Si el ex intendente de Tigre realmente pretende renovar las expectativas del mercado e instalar que posee poder real para desalambrar un área controlada por el cristinismo, debería ser capaz de designar a un hombre de su confianza en la Secretaría de Energía, al menos en alguna de las subsecretarías que componen la cartera.
Continuidad
Pese a eso, la mayoría de las fuentes consultadas por este medio coincidió en señalar que, a raíz del buen entendimiento que existe entre el hasta ahora presidente de la Cámara de Diputados y Máximo Kirchner, las chances de relegar al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, o el interventor del Enargas, Federico Bernal, son remotas.
Aún así, en despachos oficiales admitieron que con el paso de los días, la incapacidad de Massa de avanzar sobre Energía podría ser leída como una señal de debilidad que podría acentuarse con el tiempo si no logra encauzar la discusión por tarifas, subsidios y precios relativos de la energía.
Durante la afiebrada tarde del jueves circularon versiones varias con relación al futuro del sector. Desde un presunto veto del cristinismo a la candidatura del Diego Bossio, ex titular de la Anses, a una negativa a aceptar el cargo por parte del ex ministro Miguel Peirano, hoy director de la Cámara Argentina de Energía (CADE), pasando por un ofrecimiento que no fue a Aníbal Fernández, los rumores trascendieron efímeramente durante la tarde. Sin embargo, hacia el caer de la noche, la versión más repetida es que no se producirían cambios en la nómina actual.
4 Responses
Gracias Econojournal, siempre útiles las notas.
Massa podría ser un cambio significativo (respecto al status quo de AF/MG o SB) frente los 4 jinetes del apocalipsis fiscal que determinan las 4 ventanillas del modelo Heymann-Navajas (1988): 1. Provincias, 2. Servicios Públicos, 3. Gasto Social y 4. Sector Privado. Sin embargo Massa no parece tener un plan para 2, que fue la razón de la renuncia de MG y el talón de Aquiles de AF desde el día 1 de su gestión (como yo le dije en la cara en 20/12/19). Por lo tanto Massa va a tener que hacer un esfuerzo muy grande en domar a los otros 3 jinetes del apocalipsis. El plan Massa es esto y el dólar agro para conseguir reservas y de ahí remar. Va a necesitar que Dios sea más que argentino, de Tigre.
Massa hará lo que necesite hacer para ser el candidato del peronismo unido en 2023. Y CFK deberá optar entre el llano o acompañarlo.
es arriesgado por cierto y hay una mezcla de cerrazón ideologíca, incapacidad e ignorancia, amen de la obsesión por la renta…. le puede salir bien, en cuyo caso ocaso y fin de CFK, o le sale mal y se incinera (probablemente junto a CFK)
Massa está donde está porque la que aceptó eso fue CFK. No sólo ahora, sino cuando se configuró el FdT. Por lo tanto, CFK tiene en claro que Massa quiere ser el próximo presidente. De hecho, en estos tres años el ex presidente de la Cámara de Diputados tejió una muy buena relación con Máximo Kirchner. El Kirchnerismo ya no juega a la política en solitario; lo probó en 2017 y perdió, aunque por no tanto. Pero en esa misma interna que tuvo con el peronismo divivido quedó claro que es el sector que, por lejos, más votos aporta. Y CFK hará lo que tenga que hacer (ingesta de sapos mediante, de ser necesario) para que no haya, otra vez, un desastre como el de 2015 – 2019.