El Fondo Monetario Internacional volvió a insistir este domingo en que la reducción gradual de los subsidios a la energía es un punto clave del principio de acuerdo alcanzado con el gobierno argentino. “Estuvimos de acuerdo en qué será importante una estrategia para reducir los subsidios a la energía de manera progresiva”, aseguró en Twitter la número dos del FMI, Gita Gopinath. Pese a la supuesta voluntad de avanzar en esa dirección, el economista Nicolás Arceo, director de la consultora Economía y Energía, detalló este lunes cinco factores que harán virtualmente imposible la reducción de subsidios a lo largo de 2022.
En diálogo con Radio Con Vos, Arceo aseguró que el aumento de los subsidios a lo largo de los últimos años, y particularmente en el último año, no solo tuvo que ver con el tipo de política tarifaria sino también con un aumento significativo en la demanda, un nivel de crisis hídrica muy importante, que redujo la generación hidroeléctrica más de 30% el año pasado, y un contexto de precios internacionales de la energía y en particular del gas natural que se encuentra hoy en sus máximos históricos. Esa situación llevó a que el año pasado se gastaran casi 11.000 millones de dólares en subsidios. “Es el tercer año con mayor nivel de subsidios si uno lo mira en términos del Producto Bruto Interno. Todavía no estamos en los niveles máximos que se alcanzaron a mediados de la década pasada, pero si preocupa claramente la velocidad de crecimiento de los subsidios a la energía a lo largo de los últimos dos años”, aseguró el ex Subsecretario de Planificación Económica del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (2012) y ex vicepresidente de Administración y Finanzas de YPF (2012-2015).
Luego Arceo detalló cuáles son los cinco factores que van a generar un aumento tendencial de los subsidios durante este año, salvo que haya un aumento de tarifas muy agresivo, que debería superar al menos el 50% de inflación anual proyectada.
- Suba del dólar. “El primer factor que va a generar un aumento de subsidios en 2022 va a ser una tasa de depreciación de la moneda más significativa que la verificada en 2021, dado que el sector energético es un sector en términos generales dolarizado, tanto por el precio de venta del gas natural en el mercado local en dólares y por el peso que tienen las importaciones de combustible”, afirmó Arceo.
- Mayor consumo energético. “En segundo lugar se verifica un aumento significativo en los niveles de consumo de energía asociado a la recuperación de la actividad económica, los cambios en los patrones de consumo producto de la pandemia y el abaratamiento tarifario que genera un aumento en el consumo unitario”, agregó.
- Suba de los precios internacionales. Arceo sostuvo que los precios internacionales tienen un impacto directo sobre la economía argentina. “Es cierto que buena parte de la oferta es local, pero hay un componente que es importado y el aumento del precio internacional del GNL va a generar un incremento en el nivel de subsidios significativo. El año pasado importamos a un promedio de 8 dólares por millón de BTU y este año, en un buen escenario, vamos a importar a un promedio de 20 dólares por millón de BTU. Esto implica un incremento en el nivel de subsidios solo por el efecto precios, sin considerar un cambio en las cantidades, de aproximadamente 1500 millones de dólares”, subrayó.
- Menor importación de gas de Bolivia. “Otro factor es que Bolivia nos va a vender menos gas. Ya le informó al gobierno argentino que no puede mantener los volúmenes de suministro de gas natural del año pasado. Tenemos que reemplazar ese gas con combustibles líquidos o con GNL. Dependiendo de cuánto reduzca Bolivia la oferta y con qué la sustituyamos, esto va a implicar entre 900 y 1300 millones de dólares más de importaciones”, remarcó Arceo.
- La crisis hídrica. Por último, Arceo sostuvo que “lo que se esperaba a fines de 2021 era una recuperación de la crisis hídrica para este año, pero eso no se está visualizando a lo largo del mes de enero”.
Las tarifas
El cuadro trazado por Arceo, llevó a que le preguntaran cuál debería ser el aumento de tarifas para compensar la situación descripta. “Para lograr que los subsidios no se incrementen en el 2022 la política tarifaria debería ser agresiva y al menos debería mantener la tasa de depreciación de la moneda más un incremento adicional para compensar fundamentalmente el encarecimiento de las importaciones energéticas”, señaló.
-¿De cuánto debería ser el aumento?
-Si lo que estamos considerando es una inflación en torno al 50%, lo que necesitarías es un incremento tarifario por encima de ese valor para compensar los mayores costos de importación de la energía.
-¿El aumento con un esquema de segmentación debería ser aún mayor?
-Claramente, si lo que se requiere son incrementos por encima del 50% y a los sectores populares no se le aplican incrementos o están muy por debajo de ese porcentaje, los sectores de altos ingresos deberían percibir incrementos más significativos.
-Si al 10% más rico de la población se le aumenta un 200%, ¿eso cambia la cuenta de subsidios?
-La mejora, pero todavía faltaría para lograr una estabilización en el nivel de subsidios. Sin factores internacionales, para mantener los subsidios relativamente estables lo que se necesitaría es que las tarifas sigan a la inflación. Si el incremento de tarifas va a ser del 20% (NdR: así lo anunció el gobierno, al menos para los hogares), va a haber un aumento en los niveles de subsidios durante este año.
Por último, Arceo se diferenció de aquellos sectores del Frente de Todos que reivindican el congelamiento tarifario como un elemento clave para darle mayor competitividad a la economía. “El problema de los subsidios no es solo fiscal sino centralmente distributivo. Los subsidios a la energía son regresivos. ¿Esto qué quiere decir? Que proporcionalmente el Estado le da más al que más tiene. Es un Robin Hood, pero al revés. No voy a entrar en la discusión de si hay que bajar el gasto público o no, lo que estoy diciendo es que gastando lo mismo se puede gastar mejor y se le puede transferir más a los que menos tienen. Hoy Argentina gasta en subsidios a la energía el doble de lo que destina en programas focalizados hacia los sectores de menores ingresos. La discusión central no es fiscal sino distributiva”, concluyó.
Un comentario
nuestra politica energetica, de hecho, ha sido el subsidio y la importacion. es por demas dificil y necesario un plan energetico que revea todo lo hecho, incluidos los costos, hasta aqui y en el marco de un plan estrategico energetico se diseñe un plan sustentable en el tiempo. tengo claro que un plan estrategico energetico sin saber que pais queremos es casi imposible. mientras subsidiemos e importemos, como vamos a encararlas inversiones necesarias?