Daniel Bustos es vicepresidente y director comercial de Excelerate Energy. Con sede en Texas, es una de las principales empresas en brindar soluciones de GNL y de combustibles a nivel global. Bustos participó del Ciclo de Entrevistas de EconoJournal, donde dejó definiciones sobre el panorama internacional y regional del gas natural licuado y explicó la importancia de la flexibilidad en el sistema energético argentino.
Excelerate es reconocida en el país por su terminal de regasificación en Escobar y la provisión de barcos regasificadores para atender las demandas estacionales, principalmente en invierno. Días atrás, uno de sus buques, el Exemplar, arribó al puerto de Ingeniero White en Bahía Blanca y comenzó a regasificar gas natural, trayendo alivio a un sistema falto del combustible debido a la baja producción en Vaca Muerta.
No obstante, Bustos lucha por cambiar la percepción pública que impera sobre las operaciones que la empresa realiza en el país. “No nos gusta que nos vean como ‘la empresa del barco’”, señaló el ingeniero nuclear egresado del Instituto Balseiro, al defender el razonamiento sistémico detrás de las importaciones de GNL.
Demanda internacional y producción en EE.UU.
La producción de gas natural licuado retrocedió a nivel internacional por las disrupciones en la cadena de producción y de logística causadas por la pandemia. El desbalance entre la oferta y la demanda se evidenció durante el último invierno en el hemisferio norte, con precios más altos debido a una recuperación en la demanda que fue más rápida que la esperada.
“La producción de GNL tuvo una caída muy importante en el último año. Estados Unidos redujo su producción bastante. Todos los países con cierta flexibilidad para reducir su producción lo hicieron”, señaló Bustos. Respecto al alza en los precios internacionales del GNL considera que la subida fue muy puntual y se explica prácticamente por muy pocas operaciones. “Lo que estoy viendo es que la demanda se ha sostenido de una forma bastante interesante, hay todavía algunos países que estar recuperando y sosteniendo los stocks. El Brent hoy está a 71 dólares y es un barril que tiende a arrastrar los precios del GNL”, analizó.
Consultado por la capacidad de Estados Unidos para recuperar sus niveles de producción, Bustos ve una normalización para mediados de 2022. “Estados Unidos está enfrentando bastantes problemas con la disponibilidad de personal capacitado. La gente se está trasladando entre industrias, generando picos de déficit de personal que va a complicar el recupero de la producción en ciertas áreas, incluso en aquellas con buenos precios. Creo que se va a normalizar la producción a mediados de 2022 antes que a finales de 2021”, dijo el VP de Excelerate.
Sudamérica
Argentina y Brasil son mercados en los que Excelerate ve grandes oportunidades a través de los intercambios de energía dentro de la región. La flexibilidad para exportar e importar gas y electricidad con Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia es un elemento central de cara al futuro.
“Lo más importante que se puede ver de países como Brasil y Argentina es el portfolio de recursos. La colaboración más interesante es el desarrollo de renovables conjuntamente con acceso a GNL. El GNL se ha transformado en los últimos años en un combustible muy flexible”, remarcó Bustos.
En el caso de Brasil la nueva ley de gas natural abrió el mercado y está generando nuevas oportunidades. “La nueva ley de gas está forzando a Petrobras a retirarse y eso le trae muchas oportunidades a jugadores regionales, incluido Excelerate. Nosotros hemos abierto una comercializadora de gas en Argentina y otra en Brasil. Maximizar el valor de todos estos intercambios que tenemos en la región será un valor enorme para estos países”, explicó.
Diferente es el panorama en Bolivia, que “está enfrentando una declinación de producción de gas que va a tomar muchos años para revertir, si es que lo logra”. “Las empresas pueden operar pero el Estado no les ha permitido tomar riesgos de exploración. La ley es muy penalizante para la exploración y el resultado es el que se esta viendo”, dijo Bustos.
Flexibilidad y recursos
Bustos entiende que el GNL jugará un rol protagónico en la búsqueda por lograr un sistema energético más flexible. La posibilidad de despachar GNL en tiempo y forma en función de los cambios en la demanda y a precios muy competitivos frente a otras alternativas fundamentan ese protagonismo.
Como ejemplo de esa flexibilidad cita la operación actual con el buque regasificador Exemplar en Bahía Blanca. “En estos días Excelerate ha estado inyectando más o menos un 20-25% de las necesidades de gas del país. Pero si la temperatura sube un poquito la inyección va a caer a cero. Es la gran ventaja que tiene este servicio. Mezclando flexibilidad y previsibilidad en los recursos naturales es la ecuación de los países exitosos en general”, remarcó.
El vicepresidente de Excelerate es consciente de que la mejor opción es la producción y abastecimiento con gas local, pero la necesidad de flexibilidad se impone por las características del mercado local, que carece por ejemplo de las cavernas para almacenar gas que se aprovechan en Europa y Estados Unidos. “En Argentina desgraciadamente no hay esas oportunidades de almacenamiento cerca de los lugares de consumo. Entonces los barcos proveen ese almacenamiento crítico y terminan dando la flexibilidad que el sistema necesita. Para generar esa flexibilidad en el campo el costo es enorme. Hay que ampliar la red de gasoductos a un nivel excesivo”, comparó.
La importación de GNL por barco también se justifica desde los costos. “IEASA hizo una gestión de compra de GNL bastante interesante. La gente habla de los 10 dólares pero el gasoil esta a casi 20 dólares el MM Btu equivalente. Ellos dejan la oportunidad de ver cómo viene el invierno y compran un poco más o un poco menos. El GNL tiene que ser el último recurso, eso no tengo dudas”, evaluó. Agregó que “en un día normal de importación el costo del barco es el 3% del costos total de la terminal, incluyendo el combustible”.
Bustos destaca las inversiones realizadas por Excelerate en el país, que van más allá de la percepción pública que existe sobre el buque regasificador. “Una de las cosas que no nos gusta es que nos vean como ‘la empresa del barco’. Si bien tenemos 500 millones de dólares de barcos en Argentina la gente nos ve como que nos vamos en cualquier día y no es así. Nosotros hemos invertido muchísimo dinero en hacer los barcos más adecuados al sistema argentino. Estamos buscando realizar inversiones porque vemos que el GNL le va a traer flexibilidad al sistema en el futuro aún con un sistema energético en general muy exitoso, más allá del GNL”, dijo.
Argentina
El debate sobre las mejores oportunidades que tiene el país en materia energética se cuela durante la entrevista. Bustos entiende que el principal valor del país es trabajar regionalmente en flexibilizar la exportación e importación de energía y darle el lugar que el petroleo está teniendo en la mesa inversiones.
“Una vez alguien me dijo que Argentina debería ser el próximo Catar. Yo dije que a mí me encantaría que Argentina sea el próximo Kuwait. Lo que hacen es comprar un poco de gas cuando no es suficiente y exportan petróleo en lugar de quemarlo. La ecuación de Argentina es mucho más rica en realidad. Una cosa interesante es que el gobierno sin hacer demasiado ruido ha dejado a los exportadores la posibilidad de exportar gas cada vez que fue posible. Ese tipo de cosas va a ser fundamental para el futuro, especialmente teniendo en cuenta la situación de Bolivia”, razonó Bustos.
Respecto al proyecto de ley de hidrocarburos sobre el que trabaja el gobierno, Bustos indicó que van a esperar a que avance más para poder opinar al respecto “de forma muy transparente y abierta”. “En general, Argentina necesitaba refrescar la ley porque han cambiados todos los fundamentos. Pero esto es similar a lo que ha ocurrido con la ley de gas en Brasil. La hemos seguido con mucho cuidado”, dijo el hombre de Excelerate.