Las exportaciones de petróleo de Venezuela se desplomaron en 376.500 barriles por día (bpd) en 2020, según datos de Refinitiv Eikon y documentos internos de la estatal PDVSA, bajo las sanciones de Estados Unidos que han presionado financieramente al presidente Nicolás Maduro.
Las exportaciones venezolanas de crudo y productos refinados cayeron un 37,5% en 2020 a 626.534 bpd, el nivel más bajo en 77 años. La disminución fue aún mayor para las importaciones de combustibles, que retrocedieron un 51% en comparación con 2019, a 83,780 bpd, según los datos.
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aumentó el pasado año su presión sobre Maduro al sancionar a los principales socios comerciales de PDVSA. También limitó el suministro de combustible a la nación sedienta de gasolina.
Las sanciones, destinadas a forzar la salida del poder de Maduro han llevado a PDVSA a buscar nuevos clientes, depender de intermediarios en su mayoría desconocidos para revender su petróleo y profundizar los lazos con Irán, otro país sometido a sanciones estadounidenses.
La caída en la oferta de crudo de Venezuela fue varias veces mayor que la del mercado global, que disminuyó alrededor de un 9% el año pasado debido a las limitaciones de COVID-19.
Las exportaciones de petróleo de Venezuela variaron significativamente durante el año, cayendo en picada después que Washington impusiera sanciones a dos unidades del principal socio comercial de PDVSA, la rusa Rosneft, que luego se recuperaron cuando la estatal petrolera venezolana encontró nuevos clientes y buques para enviar su petróleo.
En diciembre, las exportaciones de crudo y refinados de PDVSA y sus empresas mixtas cayeron a casi 487.000 bpd, mientras que las importaciones de combustible, cruciales para surtir las estaciones de sevircio porque las refinerías nacionales apenas funcionan, se desplomaron a 7.500 bpd, según los datos. INDUSTRIA A NIVELES DE LOS AÑOS 40
La incapacidad de la estatal petrolera para reactivar las exportaciones y su nueva dependencia del combustible importado hundieron a la industria del país miembro de la OPEP a niveles no vistos desde la década de 1940, cuando Venezuela estaba impulsando la producción de crudo y planeaba sus refinerías.