La suba del impuesto a los combustibles prevista para el próximo 16 de diciembre derivaría en un aumento de 3,3% en las naftas y 2,3% en el gasoil. Sin embargo, no es la única variable que le está metiendo presión sobre los surtidores. Un fallo judicial a favor de los productores de biocombustibles, la depreciación mensual del tipo de cambio y la suba que registró el barril de crudo en las últimas semanas podría forzar un ajuste todavía mayor.
Fallo judicial
El juez federal de Río Cuarto, Carlos Ochoa, hizo lugar la semana pasada a un reclamo de la empresa Bio 4 para que la Secretaría de Energía actualice sus precio a través de una fórmula polinómica contemplada en la ley de biocombustibles, que le garantiza a las compañías del sector no solo cubrir sus costos sino tener rentabilidad. De este modo, el precio que recibe esa firma pasó automáticamente de 32,80 a 44,90 pesos por litro de bioetanol. Es decir, una suba cercana al 35 por ciento.
A partir de esta jurisprudencia, el resto de los productores de bioetanol —y probablemente varios de biodiesel— seguirán el mismo camino, situación que terminará metiéndole más precios al precio de los combustibles, aunque la batalla judicial está abierta ya que el gobierno apelará la medida.
Los problemas para los productores de biocombustibles comenzaron el año pasado cuando el entonces secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, dejó de aplicar de manera automática el cálculo mensual y comenzó a establecer ajustes arbitrarios. Luego de la llegada de Alberto Fernández los precios directamente fueron congelados y en el sector afirman que la última suba de 10% autorizada en octubre no alcanza para cubrir los costos.
La crisis que atraviesan las compañías es de tal magnitud que muchas dejaron de producir y a raíz de ello no se está cumpliendo con el porcentaje de corte que prevé la ley. “Presentar un recurso en la justicia fue una acción desesperada por el congelamiento del precio de los biocombustibles durante 9 meses y la actualización autorizado en octubre, las empresas no llegamos a cubrir nuestros costos y debimos cerrar nuestras plantas. De alguna forma, el gobierno tiene que buscar la manera de solucionar la cuestión de fondo porque la producción de bioetanol es clave para que las naftas puedan alcanzar el octanaje que requiere la regulación”, aseguró a EconoJournal Manuel Rom, presidente de Bio 4.
Se recupera el barril
La suba en la cotización internacional del crudo es otro de los problemas que enfrenta el gobierno para contener precios. Cuando YPF aplicó el último aumento el mes pasado, el precio del Brent que venían tomando las petroleras era de 42,5 dólares por barril. Este jueves ya se ubica por encima de 48 dólares, un 13 por ciento más.
El valor del crudo explica entre un 65% y 70% del precio de las naftas. Por lo tanto, solo por el ajuste del barril el precio en el surtidor debería subir un 8/9%.
Si se suma el ajuste del impuesto, el ajuste de los bios forzado por la justicia, que por ahora beneficia a solo una firma de Río Cuarto, y la suba del precio del crudo, el aumento de los combustibles debería estar muy por encima del 10%. Aunque el gobierno no está dispuesto a autorizar esa suba.