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YPF tomó la decisión de revisar los contratos firmados por la petrolera bajo control estatal con la constructora brasileña Odebrecht, que aceptó el pago de sobornos por US$ 35 millones para operar en la Argentina. El comité de Compliance de la mayor empresa del país, cuyo titular es Fabián ‘Pepín’ Rodríguez Simón, uno de las espadas del presidente Mauricio Macri en el área judicial, ya está analizando los dos contratos rubricados con la empresa brasileña por los que se pagó un total de US$ 350 millones para ampliar y reparar la refinería ubicada en Ensenada. Son obras ya realizadas que se ejecutaron entre 2009 y 2015. Se trata, en rigor, de en un trámite protocolar que impuso el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez: cuando un proyecto de la petrolera queda salpicado en una polémica pública, el comité revisa en detalle lo actuado. Pasó lo mismo con el contrato firmado con Chevron para explotar un yacimiento no convencional en Vaca Muerta. “No implica que exista ningún tipo de ilícito”, indicaron allegados a la petrolera.

YPF aún no fue notificada de la presentación realizada por la legisladora Graciela Ocaña, que en mayo se sumó a la alianza Cambiemos (probablemente sea candidata a deputada nacional) y hace 10 días pidió a la Justicia que analice los contratos de construcción de la unidad de Reformado Catalítico Continuo (más conocido como CCR) y el desmontaje de las instalaciones destruidas en el incendió de la refinería tras la inundación de La Plata en abril de 2013.

Este medio accedió a documentación de Odebrecht y de YPF para constatar el valor de las obras cuyos contratos están en revisión. La más importante –la instalación del CCR- se firmó en 2009 cuando la conducción de YPF estaba en cabeza de Sebastián Eskenazi, hombre fuerte del Grupo Petersen, que había ingresado a la petrolera en diciembre de 2007 en asociación de la española Repsol. La segunda contempló el desmontaje de las destruidas cámaras de la unidad de Coque tras el incendio de 2013, ya con Miguel Galuccio como presidente de YPF.

El contrato inicial para la construcción del CCR se firmó en octubre de 2009. Estipuló un presupuesto en dólares de US$ 158 millones y una cuota en pesos para costos locales de $ 390 millones. Al momento de la firma del documento, que Odebrecht ganó en una licitación realizada por YPF, el proyecto sólo contaba con una ingeniería simple. Una vez realizada la ingeniería detalle el proyecto se encareció el presupuesto en pesos, que se elevó hasta los $ 583 millones. “El contrato original era por US$ 193 millones, pero como YPF compró de manera privada algunos equipos, el monto se redujo a US$ 158 millones. Lo que se hizo, en todo momento, fue mantener los precios unitarios de los productos e insumos. Cuando se terminó la ingeniería final de detalle, la cantidad de insumos locales y la mano de obra necesaria se elevó. Eso explica el salto en el presupuesto en pesos, que pasó de 390 a 583 millones”, explicaron fuentes cercanas a la constructora brasileña.

El monto final que abonó por YPF se actualizó luego por el impacto de la inflación. La fracción en dólares se mantuvo prácticamente invariante: se terminó pagando US$ 168,5 millones, sólo US$ 10 millones que lo presupuestado por la inclusión de algunos servicios adicionales en el proyecto. La actualización final de los montos es una práctica común en proyectos de infraestructura de esta envergadura.

La cotización en pesos del contrato sí sufrió un salto significativo, aunque allegados al proyecto argumentaron, con verosimilitud técnica, que el incremento obedeció al efecto de la inflación, que superó un promedio del 20% anual entre 2010 y 2014. En total, YPF terminó pagando $ 902 millones por los costos en moneda local (mano de obra y materiales de fabricación local) contra los $ 583 millones que había arrojado la ingeniería de detalle realizada en 2010. Fueron 319 millones adicionales que lo previsto, $ 271 millones asignado a costos directos y $ 48 millones en gastos indirectos.

Uno de los indicadores que se tomó en cuenta fue el coeficiente UOCRA -mide el costo de una cuadrilla tipo-, que pasó de 15,21 a 44,35 puntos entre 2010 y fines de 2013. La evolución del costo de mano de obra indirecta en blanco, que se calculó en base a datos del Indec, pasó de 100 a 230 puntos. En tanto que el Índice de Precios mayoristas, se elevó de 100 a 225 puntos; el gasoil se encareció de 2,53 a 7,40 pesos por litro; y el indicador que sigue el valor del acero se incrementó 3900 a 7332 puntos.

“Para actualizar el precio del contrato se utilizó una fórmula polinómica, que cruzó distintos indicadores para medir la evolución de variables estratégicas del proyecto, como el valor del acero, gasoil, el coeficiente UOCRA y el índice de precios. La mayoría de duplicó y hasta triplicó en el período de construcción”, indicaron allegados a Odebrecht.

Medido en dólares, YPF pagó cerca de US$ 320 millones por la construcción del CCR, según en los documentos que repasó este medio. El monto no incluye el IVA porque así lo facturan (a diferencia de la obra pública) las grandes empresas privadas como YPF, que operan como contribuyentes y agentes de retención ante el fisco.

El segundo contrato entre YPF y la constructora brasileña tuvo como objeto el desmontaje del coque incendiado en 2013. El monto original fue de $ 201 millones, aunque se tomó  un valor referencial dado que no se conocía el daño real en la refinería. Finalmente se pagaron $ 273 millones porque fue necesario desmantelar casi toda la unidad de coque en 14 meses de trabajo.

 

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