La industria petrolera argentina vive un año de transición. El foco está colocado en la competitividad y en lograr mejores parámetros de productividad laboral para optimizar los costos de desarrollo de los campos locales de petróleo y gas. El gran objetivo, en los hechos, es despejar la ecuación económica para avanzar con la explotación de los yacimientos no convencionales.
En ese sentido, algunos indicadores emergentes dan cuenta de un reciente incremento de la actividad en Vaca Muerta en los últimos meses. Concretamente, durante el mes de mayo se registró un fuerte aumento de la cantidad de etapas de fractura realizadas en la completación de pozos perforados en campos de shale gas y shale oil en la cuenca Neuquina.
Según información suministrada por operadoras petroleras y de servicios, en mayo se completaron más de 250 etapas de estimulación hidráulica (fracturas, en la jerga petrolera) en Neuquén. La cifra es un 78% superior que el promedio de 143 fracturas mensuales completadas durante el año pasado.
«Se observa una recuperación en el nivel de actividad de completación. Tras un 2016 de baja de la inversión se empieza a notar un repunte en la inversión en Vaca Muerta», indicaron a EconoJournal desde una empresa de servicios.
La estimulación hidráulica de los pozos es la instancia determinante a la hora de producir recursos no convencionales de hidrocarburos, dado que incide de manera central en la productividad de los pozos. Del total registrado en mayo, YPF llevó adelante un 75%, Pan American Energy (PAE), un 15%, y XTO, el 10% restante.
En abril, en tanto, se completaron más de 190 etapas en proyectos shale en Neuquén; más que en cualquier mes del 2016.