La empresa estatal uruguaya de energía Ancap puso en marcha el cierre de plantas químicas y petroquímicas en el país. En la práctica, la decisión la tomó el directorio de Carboclor, su filial local, debido a la compleja situación económica y financiera por la que atraviesa su negocio en el país, que en años pasados fue una de las estrellas del sector.
El máximo órgano de decisión de Carboclor resolvió cerrar las plantas de solventes oxigenados y solventes alifáticos y aromáticos. En cambio, limitará su negocio a la operación de almacenaje y logística asociado a la terminal portuaria de Campana.
«En atención a que la medida implica desvincular al personal afectado a las operaciones de las plantas que se procederán a cerrar, el Directorio aprobó la presentación de un Procedimiento Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo de la Nación», informó la empresa a sus accionistas a través de un comunicado que envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Luego de terminar el 2016 con un rojo de US$ 18 millones, el peor desempeño de su historia, Carboclor volvió a perder otros US$ 1,7 millones en el primer trimestre del año. La empresa está en concurso preventivo de acreedores y su planta estuvo en marcha solo 42 días hasta marzo, lo que llevó a un descenso de entre 50% y 60% en los volúmenes de producción.