La conducción de Enarsa tomó la decisión de rescindir el contrato que tenía YPF para operar la terminal regasificadora de Gas Natural Licuado (GNL) de Bahía Blanca. La medida se implementó en diciembre, pero aún no había trascendido, según confirmaron a EconoJournal allegados a la empresa estatal de energía.
YPF controla desde 2008 –cuando entró en funcionamiento- la planta de regasificación montada en el muelle de MEGA, en el puerto de la localidad bonaerense. Allí se descargan la mayor cantidad de cargamentos de GNL que importa la Argentina.
Enarsa rescindió ese contrato que beneficiaba a la petrolera que preside Miguel Gutiérrez, aunque la decisión se hará efectiva en enero de 2018. Para eso, era necesario notificar a YPF con un preaviso de 12 meses; paso que se cumplió formalmente a fines de diciembre pasado.
YPF cobra a razón de US$ 1,40 por millón de BTU por la regasificación de cada barco de GNL que arriba a la terminal. De ese monto obtiene su remuneración correspondiente a la operación de la planta. En Enarsa, cuyo titular es Hugo Balboa, un ejecutivo de máxima confianza del ministro Juan José Aranguren, consideran que esa tarifa podría ser más barata. La revocación del contrato que favorecía a YPF se explica fundamentalmente a partir de esa concepción.