El récord de producción de shale oil en Vaca Muerta, con un alza del 35% interanual y 170 kbbl/d, fue el motor que, junto a la desinversión de campos maduros, impulsó una mejora clave en la eficiencia operativa de YPF. El crudo no convencional ya representa el 71% del total y las inversiones en el no convencional superaron el 70%.