En los primeros nueve meses de 2023, la Argentina importó naftas y gasoil por US$ 1.172 millones que alcanzaron para cubrir un 10% del consumo en el mercado doméstico. Lo paradójico es que, según estimó Andrés Cavallari, gerente general de Raízen, un 50% de ese volumen terminó en el tanque de habitantes de países limítrofes que cruzaron la frontera para cargar combustibles en ciudades fronterizas. A raíz de ese absurdo, combustibles importados que le costaron al país más de US$ 500 millones se comercializaron fuera del país a precio mucho más bajos que lo de la región. El costo de la incomprensible política de combustibles del gobierno de Alberto Fernández.