Dioxitek negociará con Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) un nuevo contrato de suministro de dióxido de uranio que le permita realizar inversiones para mantener operativa su planta en Córdoba. La inversión necesaria asciende a un valor de US$ 14 millones y se ejecutaría a lo largo de cinco años, según pudo saber EconoJournal. El contrato será fundamental para sostener en el mediano plazo la producción en una planta que es estratégica para el suministro de combustible para Nucleoeléctrica, la empresa estatal operadora de las centrales nucleares.
Las empresas negociaron hace poco más de un mes una adenda al contrato vigente, mejorando la tarifa que Nucleoeléctrica abona a Dioxitek por el servicio de conversión de concentrado de uranio a dióxido de uranio. La estatal Dioxitek importa el concentrado de uranio y entrega el producto convertido a la empresa Conuar, encargada de la fabricación final de los elementos combustibles para las centrales atómicas.
La adenda firmada duplicó la tarifa de conversión por kilo de dióxido de uranio abonada por NA-SA y es retroactiva a enero de 2024, según comentó el presidente de la generadora estatal, Alberto Lamagna, en la reunión anual de la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear (AATN).
La empresa arrastraba una deuda de 4000 millones de pesos de la gestión pasada. La mejora en la tarifa permitirá solucionar la urgencia económica en la que se encontraba la empresa, aunque deberá ser rediscutida para poder afrontar obras vitales para la operación en la planta de Córdoba, según indicaron desde Dioxitek ante una consulta de EconoJournal. Las empresas negociarán un contrato nuevo este mes, con miras a una reactivación de la producción en febrero.
La inversión total necesaria para que la planta pueda operar por al menos una década más asciende a 14 millones de dólares, a ejecutar en distintas obras a lo largo de cinco años, aunque el grueso de la inversión se concentrará durante 2025. «Con una tarifa mas razonable, el resultado económico de la compañía permite perfectamente direccionar los recursos a garantizar la producción en el tiempo y cumpliendo los estándares exigidos por la Autoridad Regulatoria Nuclear», afirmaron desde la compañía.
Planta en Córdoba y NPU
La operación en la planta radicada en la ciudad capital de Córdoba continuará por varios años más, al menos mientras se resuelve el futuro de la nueva planta de conversión de dióxido de uranio en Formosa, cuya construcción esta virtualmente paralizada por falta de financiamiento estatal. El gobierno había incluido a Dioxitek en el listado de empresas estatales a ser abiertas al capital privado en la versión original de la Ley de Bases, pero finalmente fue retirada de la versión final, dando
El parque nuclear argentino demanda 230 toneladas de dióxido de uranio por año, más un poco de uranio enriquecido importado, que se mezcla con el dióxido para producir combustibles con uranio levemente enriquecido (ULE) para la central Atucha I. La planta de Córdoba tiene una capacidad de producción nominal de 120 toneladas anuales, lo que obliga a importar una parte del dióxido.
El proyecto de Nueva Planta de Uranio (NPU) de Dioxitek en Formosa permitiría una producción de aproximadamente 280 toneladas, más que suficiente para cubrir toda la demanda actual. Complementariamente con la planta de Córdoba, podrían abastecer la producción necesaria en caso de construirse una nueva central de uranio natural y agua pesada. Por otro lado, habría un ahorro de 50 toneladas anuales en el consumo de dióxido si se avanzara con el proyecto para que Atucha II también utilice combustible ULE.
Por el momento el proyecto en Formosa quedó virtualmente paralizado por falta de financiamiento nacional. «Despidieron a todo el personal de la gerencia de NPU, ya se había echado a la mitad y ahora terminaron por despedir al resto», señaló una fuente con conocimiento del tema.
En su informe de gestión presentado al Senado en noviembre, el jefe de gabinete, Guillermo Francos aseguró que el gobierno no tomó decisiones para detener el proyecto. «El Ministerio de Economía aclara en primer término, que se está avanzando en los Proyectos de la Nueva Planta de Uranio (NPU) y en un plan de inversiones para continuar operando la Planta de Producción de Dióxido de Uranio ubicada en la
Ciudad de Córdoba», señaló Francos en el reporte.
«Durante la gestión anterior de Gobierno, en el mes de septiembre del 2023 se dejaron de recibir partidas de parte de Tesoro de la Nación, por lo que el ritmo de la obra de la NPU se ha disminuido y DIOXITEK se encuentra en una situación deudora con algunos proveedores; sin embargo, las obras se mantienen activas, y se están haciendo las inversiones y tomando todos los recaudos para que esta ralentización no perjudique la infraestructura y los equipos existentes en la NPU», añadió.
Importaciones de uranio
Por otro lado, Dioxitek informó este jueves que canceló la deuda remanente que mantenía con la firma kazaja Kazatomprom por la compra de concentrado de uranio. “El lunes 9 de diciembre, Dioxitek S.A. finalizó el pago de la primera fase del contrato con Kazatomprom, abonando el 5% restante del total y asegurando así la entrega de las partidas pendientes de concentrado de uranio”, aseguró la compañía.
A su vez, Nucleoeléctrica informó que el miércoles 4 de diciembre adjudicó a través de una licitación la compra de 140 toneladas de concentrado de uranio a un proveedor alternativo. “También se trabaja para cerrar próximamente otro contrato para adquirir 110 toneladas de dióxido de uranio, que complementarán la producción local y reforzarán el suministro necesario para la fabricación de elementos combustibles”, concluyó Nucleoeléctrica.