PCR acaba de inaugurar el Parque Eólico San Luis Norte, que demandó US$ 210 millones y, a partir de 25 aerogeneradores, tiene una capacidad instalada de 112,5 megawatts (MW), el equivalente a un tercio de la electricidad que consume la provincia puntana. El 51% corresponde a PCR y el 49% restante a la metalúrgica ArcelorMittal Acindar. En una entrevista con EconoJournal en la localidad de Toro Negro, donde está ubicado el parque, el CEO de PCR, Martín Brandi, analizó la actualidad del sector eólico y solar y contó los proyectos que tiene por delante la compañía, que con casi 527,4 MW instalados es la segunda generadora de energía renovable del país.
“Es importante que las distribuidoras no sólo cobren el costo, sino que también paguen la energía si el gobierno quiere otro rol de Cammesa y que las compañías de generación firmen contratos con distribuidoras”, señaló Brandi sobre la intención del gobierno de otorgarle un nuevo rol a Cammesa, la compañía que administra el mercado eléctrico mayorista.
Para robustecer al sector de generación, Brandi también propone incorporar a los grandes usuarios de la red de distribución al Mercado a Término de Energías Renovables (Mater). Describió el original proyecto que quiere desarrollar PCR para repotenciar la Estación Transformadora de Olavarría, que permitiría el ingreso de 440 MW renovables nuevos en una línea que hoy está saturada. Brandi dirige una compañía con más de 100 años en el negocio petrolero en la Argentina, desde 1952 produce cemento y desde 2016 desembarcó en la generación de energías renovables.
– ¿Qué fue el proceso que llevó a la inauguración de este nuevo parque eólico?
Hace dos años esto era campo y hoy hay un parque eólico funcionando con los estándares más altos a nivel mundial. Lo hicimos con mucho profesionalismo porque logramos armar un equipo que alcanzó el objetivo en tiempo récord y atravesando dificultades como las restricciones en el SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina).
– ¿Qué proyectos tiene ahora la compañía?
El año pasado inauguramos tres parques eólicos, ahora el San Luis Norte y ojalá que este año también podamos comenzar a construir uno nuevo. Es parte de la prioridad de despacho otorgada, estamos trabajando en la ingeniería hace algunos meses y tenemos muchas ganas de comenzar la construcción del Parque Eólico Las Escondida (provincia de Buenos Aires, 110 MW de potencia), que tiene la prioridad otorgada en el Mater. Estamos trabajando en la venta de energía y el financiamiento para poder empezar este año. También tenemos 440 MW de prioridad de despacho otorgado que incluye una obra de ampliación de la capacidad de transporte.
– ¿Cómo es ese proyecto?
Estudiamos el sistema interconectado y detectamos un cuello de botella que si lo podemos levantar permitiría la inyección de 440 MW de generación eólica en las mejores zonas de la provincia de Buenos Aires, que son Bahía Blanca y Olavarría. El proyecto en concreto es una potenciación de la Estación Transformadora de Olavarría. Haciendo historia, las líneas de 500 kilovolt (kV) que vienen del Comahue están diseñadas para dejar la energía en Olavarría y esas mismas líneas siguen para Buenos Aires. Los capacitores que se instalaron tenían previsto que las líneas dejen en Olavarría menos energía. Apareció la eólica y Olavarría pasó a ser un nodo inyector. Este lugar dejó de ser un punto donde se deja la energía y podría ser de generación e inyección. Reemplazando los capacitores permitiría que la misma línea transporte 440 MW adicionales. Es una obra compleja, cara y lleva un tiempo largo de ejecución.
Cammesa
El gobierno tiene en carpeta que Cammesa, la compañía que administra el mercado eléctrico mayorista, vuelva a tener un rol como administrador de un mercado energético libre. Similar a la función que tuvo en su creación en 1992. De este modo, por ejemplo, la Argentina iría a un mercado energético con contratos directos entre los generadores y distribuidoras, sin la intermediación de Cammesa. La intención del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, es que la administradora se encargue del despacho de energía pero que deje de comprar combustible líquido para generación. El CEO de PCR se refirió sobre el tema.
– ¿Qué análisis hace sobre el cambio de rol de Cammesa que propone el gobierno?
Es positivo que se trate de ordenar que las distribuidoras cobren lo que cuesta la energía y, por lo tanto, tengan capacidad de pagar por la energía. Es importante que se saneen las distribuidoras antes de que reciban los contratos, porque hacerlo de manera apresurada podría no salir bien. Ojalá se den los pasos en el orden indicado, pero saneado el mercado. Es decir, que las distribuidoras cobren la energía lo que cuesta y no estén dependiendo de subsidios o de no pagar la energía para cerrar las cuentas a fin de mes. Es importante que estos pasos se den y que haya previsibilidad y orden. Si esto se hace de otra forma o de un día para el otro, sería un golpe para el sector.
– Además de lo que perciben las distribuidoras, ¿qué otras cosas tendría en cuenta en la transición hacia el nuevo rol de Cammesa que quiere implementar el gobierno?
El primer paso es que las distribuidoras cobren lo que cuesta la energía y ese camino no está totalmente recorrido. Segundo, que las distribuidoras muestren un comportamiento de pagar la energía. Es decir, no sólo que la cobren sino que también la paguen. Tercero, que esto se sostenga en el tiempo y puedan construir una capacidad crediticia. Es decir, que los generadores que les vendan energía tengan un cliente que es sujeto de crédito, porque si uno quiere buscar financiamiento y el que te va a financiar en el exterior no lo ve como un sujeto de crédito va a ser muy difícil que otorguen financiamiento para nuevos proyectos. Si este pasaje se hace antes de que las distribuidoras se conformen como sujeto de crédito, va a limitar la capacidad de invertir, porque se va a analizar que los generadores le venden energía a alguien que no es sujeto de crédito. No lo eran, están camino a serlo, para luego transferirse los contratos. Si no, se afectaría la capacidad de inversión y de atraer capital de afuera en forma de deuda para canalizar nuevos proyectos.
– ¿Esta transición de Cammesa la ve más en el corto, mediano o largo plazo?
Creo que lo importante es que se conozcan los pasos rápido, pero que se vaya avanzando con el tiempo. Entiendo que el espíritu de la Secretaría de Energía es dar a conocer las medidas lo antes posible, pero no necesariamente son de aplicación inmediata. Se tienen que dar los pasos, pero sabiendo hacia dónde vamos.
Mater y nuevas líneas de transmisión
– ¿Cómo ve el Mater en la actualidad?
Nos sentimos muy cómodos. El tema es que se va a encontrar con un fuerte cuello de botella con la demanda de los grandes usuarios porque es limitada. Por eso sería muy interesante incorporar a los grandes usuarios que están en las redes de distribución. Está previsto en la normativa, pero estaría bueno que se avance en facilitar aún más la comercialización entre un generador y los grandes usuarios de distribución. Ellos hoy pagan el costo de la energía. Mi idea es que las distribuidoras le facturen el servicio de distribución y que tengan una factura de Cammesa por la energía. Nosotros (generadores) le haríamos una propuesta que es superadora a lo que tienen hoy, que pagan el costo medio del sistema. Con esto, habría más demanda para los generadores.
– ¿Qué dimensión tiene esa demanda?
Calculamos en más de 1.000 MW. Es un mercado donde ya estamos en los grandes usuarios, pero en los grandes usuarios de la distribución la penetración de las renovables es baja. Quizá piensan que estando bajo el paraguas de una distribuidora tienen algún beneficio que perderían si hacen un PPA (Power Purchase Agreement, por sus siglas en inglés) de forma directa. Esto para nada es así, pero estaría bueno favorecer ese entendimiento.
– ¿Qué análisis hace sobre cómo superar el cuello de botella en el transporte de energía en el país, que es un gran limitante para el crecimiento de las renovables?
Es un cuello de botella, es cierto. Se buscaron soluciones transitorias. Pero tenemos que encontrar un marco que favorezca al desarrollo de nuevas líneas. Este problema no es sólo de la Argentina. Pero sería interesante que, además de mecanismos para financiar nuevas líneas, se avance en buscar tecnología para aprovechar al máximo lo que ya tenemos, como por ejemplo nuestro proyecto en Olavarría, que en el costo está incluido el aumento de la capacidad de transporte. Si bien no es una nueva línea, permite transmitir más energía. Son proyectos que se pueden hacer hasta que se vayan completando la línea AMBA I y Vivorata – Plomer.