HOUSTON.- La suspensión impuesta al otorgamiento de nuevos permisos de exportación de gas natural licuado (LNG) en Estados Unidos terminaría dentro de un año, según la secretaria de Energía, Jennifer Granholm. “Para cuando nos reunamos aquí en este lugar el próximo año, todo habrá quedado en el espejo retrovisor”, dijo Granholm en el CERAWeek by S&P Global, en Houston. El freno temporal a los permisos, que generó polémica en la industria energética mundial por la falta de definiciones sobre la duración del mismo, sería levantado cuando esté listo un análisis que determinará los efectos de nuevos proyectos de exportación de gas licuado en base a factores ambientales y económicos, entre otros, explicó la funcionaria del gobierno de Joe Biden.
Frente a una audiencia de más de 1200 directivos y especialistas del sector, la secretaria de Energía explicó que la Ley Nacional de Gas obliga al gobierno a aprobar autorizaciones para proyectos de LNG si están dentro del interés público. «Hacemos un estudio periódico para determinar si las cosas han cambiado, qué es de interés público, cómo debemos avanzar», explicó.
Los permisos de exportación otorgados por el Departamento de Energía (DOE) son necesarios para exportar LNG a los países con los que EE.UU. no tiene firmados acuerdos de libre comercio, entre los que figuran los que integran la Unión Europea y Japón. Este factor explica porqué el tema generó tanto ruido en la industria.
Interés público
EE.UU. actualmente tiene una capacidad de licuefacción de 14 bcf por día. Hay proyectos en construcción por 12 bcf y otros 22 bcf que fueron aprobados por DOE pero que tienen pendientes una decisión final de inversión (FID). Granholm aclaró que ninguno de estos 48 bcf de capacidad de exportación están alcanzados por la suspensión de permisos.
Pero para cualquier otro proyecto que se presente en el futuro se considerará si cumple con el interés público según una serie de factores. «El DOE inició una pausa temporal en las exportaciones de LNG para que nuestros laboratorios realicen una evaluación basada en datos sobre qué significan unas mayores expansiones en las exportaciones estadounidenses para nuestro clima, para la energía global, para la seguridad nacional y global de nuestros aliados y para los precios internos«, explicó la secretaria.
Granholm se mostró confiada en que la pausa no durará más allá de marzo del año próximo. Parecería difícil que EE.UU. no autorice nuevos proyectos. No obstante, el asesor principal de Energía e Inversiones del presidente Biden, Amos Hochstein, sembró dudas cuándo se refirió al tema el mes pasado. “La línea de tiempo será de 10, 12, 14 meses. Luego tomaremos una decisión sobre lo que haremos. ¿Seguiremos haciendo una pausa? ¿Aprobaremos nuevos proyectos o ninguno?”, respondió a una consulta del medio Al-Arabiya.
El asesor principal sobre Política Climática Internacional del presidente Biden, John Podesta, dijo presente este lunes también en el CERAWeek y aseguró que EE.UU. «sigue siendo un proveedor confiable para Europa y Asia». «Lo que la secretaria (Granholm) hizo, que fue apropiado, fue decir que nos tomemos una pausa, veamos qué implica económicamente esto, intentemos entender cómo es el mercado y cuáles son las consecuencias ambientales de la producción, transporte y distribución de todo ese gas», dijo Podesta.