José Luis Manzano se expresó optimista sobre el escenario político, económico y sectorial que se viene en la apertura del Energy Day, el evento anual que organiza EconoJournal en el salón Hípico Alemán de Buenos Aires. «Es una fecha compleja para tomar esta invitación, pero sentí que aceptarla era un acto de responsabilidad. Mis palabras tienen una carga emocional de apego para con la Argentina. Vengo a contar por qué estamos convencidos de lo que hacemos», confesó el presidente del holding Integra Capital, que es accionista de Edenor, Metrogas y Phoenix Oil & Gas, entre otras empresas del sector energético.
La actual situación, según sus palabras, debe verse con mucho optimismo en función de los candidatos que quedaron competitivos en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO). «Más allá de la diversidad en los contenidos de sus propuestas, los perfiles personales de Javier Milei, Sergio Massa, Patricia Bullrich y Juan Schiaretti están orientados a que haya más mercado y menos intervención estatal. Hoy, el 75% de la gente cree que la economía argentina funciona mejor si se la suelta más, no si se la aprisiona más. Está claro que sectores como el campo, la energía, la minería y la informática necesitan espacio», definió.
La primera ronda de las PASO, señaló, dejó afuera a las corrientes más estatistas y de izquierda. «Fue una elección de centro-derecha y centro moderado, con una coalición como la de Massa que mostraba una convivencia de políticas intervencionistas, otra como la de Juntos por el Cambio (JxC) que ofrecía una alternativa de mercado similar a la que gobernó con Mauricio Macri y otra como la de Milei que impulsaba mucho menos intervención estatal. Soy un convencido de que el país prospera en un contexto donde el grueso del sistema político apuesta por reglas de mercado, estabilidad en las normas y seguridad jurídica», celebró.
Que el acto electoral se haya dado sin violencia ni incidentes, acotó, habla de un sistema sano y sólido. «Si le sacás la inflación, la Argentina es el país más atractivo de Latinoamérica», aseguró.
También es favorable, a su criterio, lo que pasó en esta primera semana de transición, con gestos de buena voluntad hacia Estados Unidos y Brasil. «Es tan importante exponer que no hay una conspiración estadounidense contra la Argentina, como enviar a la futura canciller a reafirmar la relación comercial con los brasileños. A mi entender, debe aspirarse a vertebrar un multilateralismo pragmático, que también contenga el swap con China», proyectó.
A diferencia de lo que sucedió cuando ganó Carlos Menem, distinguió, actualmente la promesa de gobierno no está distanciada de su posterior ejecución. «Ahora todo es más transparente y fue votado. Hay un mandato popular que permitirá avanzar sin tantas trabas. Nadie se sorprende de que el primer viaje oficial sea a Estados Unidos», enfatizó.
A su entender, con Milei se canalizó el enojo del ‘que se vayan todos’ de 2001. «Nosotros tuvimos cruces con la coalición oficialista en Vicentín. Nos costó mucho la aprobación de Edenor porque había una visión estadocéntrica. Hoy la gente votó por menos intervención», remarcó.
Menos garrote y más zanahoria
Un eventual proceso de privatización de compañías, vaticinó Manzano, se hará rápido. «No tengo un vínculo con el nuevo gobierno. Pero veo que tratan de hacer lo que dicen y dicen lo que creen que van a poder hacer. Pienso que va a haber mucha ejecutividad», anticipó.
Para referirse al sector petrolero, el empresario eligió parafrasear a Alejandro Bulgheroni en relación con la reinversión de flujos. «Con el ’70-30′ de las divisas, el sector funciona. Se logró el autoabastecimiento y la soberanía energética con ese esquema, y poniendo a YPF en la Bolsa. Hay un comportamiento paradojal: cuando le atrapás los dólares, el exportador hace grandes esfuerzos para no entregarlos. Cuando se los liberás, los invierte. El funcionamiento es contraintuitivo: tenés que creer en los incentivos como manera de conducir la economía moderna», explicó.
En ese sentido, expuso, todo el mundo alude al lema ‘garrote y zanahoria’, pero el gran tema es la dosis. «La economía es como los caballos, tiene que haber más incentivos que garrote. Los caballos que entran nerviosos no ganan las carreras», comparó.
Con el volumen de datos que hay y los instrumentos de la Inteligencia Artifical (IA), indicó, hoy se puede subsidiar la demanda con precisión quirúrgica. «¿Por qué Permian todavía funciona tan bien? Porque hay poca intervención. Está la roca, la tecnología y el acceso al mercado de capitales. Antes Estados Unidos resolvía el abastecimiento petrolero con guerras, ahora lo hace con inversión tecnológica y capital humano. Acá estamos mejor porque no necesitamos inventar la tecnología, sino sólo desplegarla», ponderó.
Mercado fuerte, Estado inteligente
Para que la producción crezca en 1 millón o 1,5 millones de barriles, proyectó, el presidente de la Nación o el ministro de Economía se tiene que sentar con los CEO’s del sector, tener una charla interactiva y analizar sus ideas. «El éxito de los ’90 empezó con el Plan Houston de Alfonsín. Nosotros ganamos las elecciones y le dimos continuidad. Nos reunimos con los referentes de la industria y las multinacionales, quienes nos explicaron que era una locura parar las exploraciones del Plan Houston. Se había hecho sísmica por todos lados y había indicadores positivos. Nosotros los escuchamos, mantuvimos el programa y eso se capitalizó con el autoabastecimiento petrolero», se jactó.
Debe actuarse, desde su perspectiva, con la fuerza del mercado y con un Estado inteligente. «Hacen falta las dos cosas. Pero no tengo dudas de que el crecimiento va a ser explosivo. Hace un tiempo dije ‘Neuquén va a ser Texas’ y se murieron de risa. Los ingredientes para ser optimistas están», recalcó.
En su opinión, hay que usar la tracción exportadora para levantar el precio doméstico del barril. «El valor del crudo se fija mundialmente. Hay que dejar de cruzar en las refinerías y tener más producción. No hay lógica en subsidiar la nafta de una Ferrari. No se puede subsidiar el consumo de los sectores altos. Yo sigo siendo peronista, pero mi partido ha eludido el debate sobre cómo manejar los subsidios. Si se aplicara un tercio de la tecnología que se usa para segmentar y sectorizar votantes, el tema estaría resuelto», sostuvo.
Consultado sobre el futuro de las empresas de energía que conduce, reveló que la idea de Phoenix es «extender las fronteras de Vaca Muerta» mediante las áreas Confluencia Norte y Sur. «Con Edenor, en tanto, disponemos de una red buena para unos 42 grados de temperatura. Pero el calentamiento está y si tenemos un fin de año de 45 grados, vamos a sufrir. La red, sin adecuarse al presente, no sólo no es inteligente: es boba. Sólo descarga hacia abajo, no puede tomar energía», cuestionó.
Será importante, añadió, avanzar con gradualismo en la revisión tarifaria. «Asimismo, tenemos una pequeña disputa con nuestros colegas generadores, que son bastante ingeniosos y reciben más que nosotros de las facturas. Eso se tiene que balancear», completó.