El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció el 7 de agosto el nombramiento de Flavia Royón como secretaria de Energía. Si bien la designación formal se produjo el miércoles 17, Royón ya viene trabajando en el cargo desde hace 15 días. Sin embargo, la funcionaria llegó de Salta sin un equipo de trabajo propio y hasta el momento solo pudo nombrar un director nacional. De este modo, se repite por tercera vez un modelo consistente en poner un secretario sin peso propio y lotear las distintas subsecretarias entre los distintos grupos de poder que integran el frente.
El mismo día que confirmó a Royón, Massa anunció que Federico Bernal encabezaría la subsecretaría de Hidrocarburos y Santiago Yanotti la subsecretaría de Energía Eléctrica, las dos áreas más importantes. Bernal responde a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y Yanotti es un hombre del jefe de Gabinete, Juan Manzur.
En Planeamiento Energético asumió Cecilia Garibotti, una abogada que viene de trabajar en el Banco Mundial, hija de Asunción Arias, una ingenieria que pasó por Enarsa como gerenta de Gasoductos. Por último, en la subsecretaría de Coordinación Institucional se mantiene Santiago Usandivaras.
Royón por ahora solo pudo ubicar a Jorge Pablo Guantay, ex director general de Hidrocarburos de Salta, como director nacional de Exploración, Producción y Transporte de Hidrocarburos.
Antecedentes
La debilidad de Royón ya la vivió el primer secretario de Energía de este gobierno, Sergio Lanziani, quien solo pudo nombrar a Osvaldo Arrúa, subsecretario de Energía Eléctrica, que había trabajado durante 25 años en el Consejo Federal de Energía Eléctrica. Durante la gestión de Lanziani, el hombre fuerte fue el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien comandó la gestión con dos bastoneros: Juan José Carbajales en la subsecretaria de Hidrocarburos y Esteban Kipper en CAMMESA quien en los hechos comandó el área de electricidad. De ese modo, Lanziani y Arrúa quedaron relegados a un papel decorativo.
A Darío Martínez le ocurrió algo similar. Llegó con su mano derecha Ariel Kogan, a quien designó como vicepresidente de CAMMESA. Sin embargo, en junio del año pasado Kogan fue desplazado por La Cámpora y si bien siguió ocupándose de la gestión cotidiana de la Secretaría de Energía, Martínez no pudo ser designarlo en ningún cargo y sobrevivió como asesor ad honorem de la presidencia de la nación. En esta etapa, el hombre fuerte fue el subsecretario de Energía Eléctrica Federico Basualdo.
Ninguna de esas dos experiencias terminó siendo exitosa, pero el gobierno insiste con la fórmula. En las próximas semanas se terminará de ver como se reconfigura el poder adentro del área. Por ahora, Bernal emerge como una de las figuras de mayor peso, pero habrá qué si el cristinismo conserva el mayor grado de poder en el área o prefiere relegar protagonismo en esta nueva etapa de recorte de subsidios.