Aunque el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania tiene un impacto directo en los mercados de hidrocarburos, el contexto ya era difícil previamente. Así lo aseguró Marcos Bulgheroni, Group CEO de Pan American Energy (PAE) durante su participación en la segunda jornada del Encuentro de los CEO’s, en la XIII edición de Argentina Oil & Gas (AOG) Expo 2022. “La relación entre oferta y demanda era tirante. Las políticas energéticas de muchos países en los últimos años parecían estar más guiadas a castigar a la industria que a hacerla protagonista”, explicó.
Desde su óptica, esto generó una retracción de la inversión que se conjugó con una demanda recuperada después de la crisis provocada por la pandemia. “La ecuación es simple: a mayor demanda y menor oferta, los precios suben. La guerra no hizo más que complicar esta situación”, remarcó.
Según sus precisiones, hoy se observa un nuevo mundo, signado por un shock de oferta, producto de las sanciones de Occidente a Rusia. “Por los próximos años habrá un reacomodamiento al nuevo equilibrio”, pronosticó.
Rusia, indicó, actualmente produce alrededor de 11 millones de barriles diarios, exporta 7,3 millones y, de ese total, destina unos 4,7 millones a Europa. “El reacomodamiento de los agentes del mercado implica una interrupción de contratos y una búsqueda de nuevos horizontes. No es una dinámica fácil. En el caso del gas, que es un negocio menos elástico, la problemática es incluso más compleja”, advirtió.
Está claro, expuso, que Europa debe reemplazar el gas ruso en un mundo de sanciones. “Para fines de 2022, la idea del Viejo Continente es sustituir dos tercios del fluido que importa desde Rusia. Así, las políticas de seguridad nacional toman preeminencia sobre el mercado. Azerbaiyán, Argelia y Noruega se erigen como proveedores naturales para ese reemplazo, pero no pueden abastecer a toda la demanda en el corto plazo”, sostuvo.
El gran problema está en el gas natural licuado (GNL), prosiguió, lo que presiona los precios hacia arriba para redireccionar parte de las embarcaciones que tenían a Asia como destino. “A nivel interno, en este escenario hay que reconocer las falencias propias y adoptar políticas que incentiven a la industria a invertir no sólo en fuentes renovables, sino también en la industria de Oil & Gas”, opinó.
En shock
Para Bulgheroni, el mercado está ajustado, viene de sufrir muchas restricciones financieras para las empresas y falta de inversiones para reemplazar reservas. “En este contexto, los inversores están mirando con atención a Venezuela, Canadá y el Mar del Norte, aparte de contemplar un eventual pacto con Irán. No obstante, gran parte de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) están produciendo por debajo de su cuota. Sólo Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos tienen una reserva extra como para robustecer la oferta, pero sus barriles no se están vendiendo en el mercado”, describió.
Es difícil, admitió, predecir lo que sucederá con los precios, pero hay un proceso técnico vinculado con el reajuste de los contratos que tenía Europa con Rusia. “Todos los agentes del mercado están buscando nuevos proveedores. Este proceso no demandará menos de entre tres y seis meses. Por ende, no me imagino un cierre de 2022 con precios más bajos que los actuales”, anticipó.
Según el empresario, en los últimos años, se llegó a un extremo que no ayudaba a resolver el problema de bajar las emisiones y tener una menor huella de carbono. “Esto llevó a que empresas con proyectos interesantes, en una industria que necesitaba reemplazar reservas, no obtuvieran financiamiento. Estos shocks ayudan a que la industria y el capital vean más en detalle qué es lo verdaderamente importante y cuál es una situación de equilibrio razonable y lógica. El mercado financiero debe entender que hace falta más energía abundante y barata, sin que esto implique dejar de respaldar a los proyectos renovables y de reducción de huella de carbono”, aseguró.
Mucho por hacer
Según Bulgheroni, no hay dudas de que, a priori, los precios altos son una mala noticia para la balanza comercial energética de la Argentina. “No alcanza el crecimiento de los valores de los commodities del agro para compensar la suba de la energía. Los precios nos obligan a reajustar la estrategia original. Eso va a tener un costo. Lo positivo es que estas situaciones obligan a reorganizar las prioridades. Y dentro de ellas, todos sabemos que hay que desarrollar Vaca Muerta, entre otros proyectos de Oil & Gas”, expresó.
A su criterio, Vaca Muerta permitirá cambiar la matriz del país. “Las reservas son seis veces el consumo de la Argentina por los próximos 30 años. Pero necesitamos ampliar la capacidad de transporte y encontrar mercados para vincularnos con el mundo. Después de muchos años de desarrollo de la cuenca, toda la industria sabe cómo producir más eficientemente”, afirmó.
La licitación del Gasoducto Néstor Kirchner, resaltó, es clave para lo que viene. “Luego habrá que avanzar con Salliqueló y unir Vaca Muerta con el Norte Grande. Ampliar nuestra capacidad interna es una pre-condición para llegar a los mercados externos. Imagino un anillo Vaca Muerta-Buenos Aires-Porto Alegre, con al menos dos caños (uno desde Montevideo y otro desde Uruguayana). Sólo así bajaremos los costos de transporte”, indicó.
No menos relevante, agregó, será la construcción de una planta de GNL, a través de un consorcio que puede liderar YPF y debe incluir a todas las productoras. “Del gobierno necesitamos lo de siempre: señales claras y de largo plazo, garantías de que el gas va a fluir, acuerdos país a país y acceso a las divisas. La industria siempre ha aportado ingentes divisas a la balanza comercial argentina. El saldo es históricamente positivo”, completó.
Un comentario
y esto nos muestra una vez más que por la falta de inversión en países como Colombia para mejora la producción y encontrar otros yacimientos seguiremos dependiendo de estos grandes….