De cara a la transición energética, el rol de los biocombustibles se reivindica y se plantea como uno de los caminos hacia la descarbonización definitiva del transporte. En la última década, los productos bio ganaron terreno en el mercado nacional e internacional y se catalogan como una alternativa preferible al uso de combustibles fósiles. Así lo consignaron desde la empresa santafesina DH-SH, dedicada a la logística, saneamiento y gestión integral de los residuos de la industria aceitera.
“El punto de quiebre lo marca el hecho de que la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) que emiten los biocombustibles cuando son combustionados es la misma que capturarán luego al volver a crecer en las plantaciones, cerrando el ciclo de carbono”, explicó Noelia Cappello, ingeniera Ambiental, responsable de Ambiente de DH-SH, que pone el foco, principalmente, en la recolección y acondicionamiento del aceite vegetal usado para la producción de bio.
Los de segunda generación tienen su valor agregado: “Al ser producidos no sólo de gramíneas forrajeras sino también de aceite vegetal usado, añaden un beneficio adicional: el de poder recuperar residuos y transformarlos en recursos”, destacó la especialista. Y agregó que «si bien los combustibles fósiles también vuelven a regenerarse, esto sucede en un período excesivamente mayor al de una vida humana».
Entrada de divisas
En el último año, las exportaciones de biodiesel permitieron un ingreso de divisas de US$ 468 millones, en un contexto de exportaciones atípicamente bajas como resultado de la pandemia. Entre los años 2012 y 2019, de acuerdo a datos de INDEC, las exportaciones de biodiesel generaron un flujo positivo de divisas que promedió los US$ 1.089 millones anuales.
Además, el establecimiento de fábricas, tanto de biodiesel como de bioetanol a base de caña de azúcar y a base de maíz ha generado grandes inversiones en los últimos 15 años. “Asimismo, el avance en los encadenamientos productivos permite agregar valor a las materias primas, lo cual hace posible, en parte, colocar en el extranjero productos que generan un mayor ingreso de divisas respecto a la comercialización de productos sin procesar”, añadió Cappello.
La recuperación de biocombustibles
En base al informe realizado por el Licenciado Agustín Toborra para el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA, 2020), se destaca que en el mundo existe una tendencia creciente a aplicar mecanismos que exijan la utilización de biodiesel para diésel fósil, estableciendo mandatos de mezcla obligatoria y generales, como así también indirectamente a través de fijación de metas de reducción de gases de efecto invernadero (GEI).
Cappello explica la aplicación de este sistema en la empresa de DH-SH emplazada en Capitán Bermúdez que trabaja desde hace 20 años con el cordón aceitero más grande del país: “A partir de la recepción de fondos de tanque de biocombustibles recuperados, extraemos la fracción factible de ser utilizada como biocombustible. Se comenzó con una fracción de 25% bio y 75% gasoil, y luego se escaló a iguales proporciones, es decir 50 y 50. Los resultados son muy buenos ya que no se notaron variaciones en el rendimiento del motor”. El próximo paso es invertir la primera ecuación a 75% de bio y 25% de gasoil hasta llegar a la utilización de 100% biocombustible.