La secretaría de Energía publicó este miércoles en su página web el informe técnico que servirá de base para la audiencia pública del próximo 15 de marzo donde se analizará qué porción del costo total del gas en boca de pozo será subsidiado por el Estado. En el documento se aclara que si las tarifas permanecen congeladas se debería disponer de una partida adicional de 56.087 millones de pesos, por encima de lo ya previsto en el presupuesto 2021. La forma de evitarlo sería ajustar un 63% el precio del gas en boca de pozo que paga el usuario, lo que derivaría en un aumento tarifario que, de acuerdo al mes, oscilaría entre 26% y 35%, sin contar los ajustes que se puedan aplicar en transporte y distribución.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, viene insistiendo desde hace tiempo, públicamente y sobre todo puertas adentro, con la necesidad de mantener los subsidios a la energía estables con relación al Producto Interno Bruto, en torno al 1,7%. “Que el Estado nos subsidie a nosotros buena parte de la tarifa significa que se paga de alguna forma, o en la forma de impuestos, o se toma deuda y eso termina siempre con algún problema, o hay que emitir y esa emisión en la economía argentina termina presionando sobre el tipo de cambio”, aseguró el ministro en C5N a comienzos de febrero, ante una audiencia que suele reivindicar los subsidios, pero muchas veces no tiene del todo claro los costos de ese tipo de medidas.
En el organigrama formal la secretaría de Energía, que encabeza Darío Martínez, está bajo la órbita del Ministerio de Economía. Por lo tanto, si Guzmán quiere mantener estables los subsidios cualquiera podría suponer que se van a mantener estables. Sin embargo, en el gobierno que encabeza Alberto Fernández todo es bastante más complejo. En los hechos el área energética está bajo el control de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien está convencida de que el incremento tarifario debe ser significativamente menor, tal como lo expresan los delegados que puso como interventores en los entes reguladores. Fuentes oficiales aseguraron a EconoJournal que Guzmán tiene diálogo directo con la vicepresidenta e intentó convencerla de mantener los subsidios estables.
¿Quién paga la cuenta?
Más allá de cuál termine siendo el aumento, el documento distribuido por la secretaría de Energía este miércoles pareciera destinado a dejar en claro que, tal como dijo el propio Guzmán en C5N, siempre hay alguien que paga la cuenta.
El costo total de abastecimiento de la demanda prioritaria de gas está estimado en 221.605 millones de pesos, equivalentes a 2059,2 millones de dólares, a partir de un precio promedio ponderado de 3,91 dólares por millón de BTU.
Si no hay aumentos de tarifas, el Estado Nacional debería desembolsar 132.963 millones de pesos, pero la partida presupuestaria prevista para este año es de 76.785 millones de pesos. Por lo tanto, habría que desembolsar 56.087 millones adicionales y los subsidios en ese caso pasarían a cubrir el 60% del costo total estimado para 2021. Ese es el precio que tiene la continuidad del congelamiento.
Ahora bien, si el Estado Nacional decide desembolsar solo los 76.785 millones de pesos previstos en el presupuesto para subsidiar el costo del gas, entonces el precio que paga el usuario por el gas en boca de pozo debería subir un 63%.
En la boleta de un usuario residencial R31 ese precio del gas en boca de pozo supondría un aumento que oscilaría entre 26% en marzo y 35% en julio, de acuerdo a la variación estacional del precio. En ese caso, el Estado solo cubriría 76.785 de los 221.605 millones de pesos, es decir, el 35% del costo total que supone el abastecimiento de la demanda prioritaria.
A ese aumento habría que sumarle luego la recomposición que se autorice a los segmentos de transporte y distribución, luego de la segunda audiencia pública del gas prevista para el 16 de marzo. Esa es tarea del interventor del Enargas, Federico Bernal, quien dejó trascender que no autorizará más de un 9% de aumento en la tarifa final. Si así fuera, ese 9% se sumaría al ajuste del precio del gas en boca de pozo, redondeando un ajuste en línea con la inflación.
Sin embargo, parece difícil que obtenga luz verde por parte de la vicepresidenta el aumento necesario para mantener los subsidios estables, sobre todo en un año electoral. Si no hay aumento del gas en boca de pozo de hasta el 35%, entonces habrá que disponer de una partida adicional de 56.087 millones de pesos y si la suba autorizada es menor habrá un incremento de los subsidios, pero por debajo de esa cifra.
¿Cómo se compone el precio del gas?
El costo total de abastecimiento de la demanda prioritaria son 2059,2 millones de dólares a un promedio ponderado anual de 3,91 dólares por millón de BTU. ¿Cómo se llega a esa cifra?
El documento oficial detalla que el precio promedio ponderado del gas producido en el país es de 3,53 dólares por millón de BTU (con un máximo de 3,575 dólares en la Cuenca Neuquina y un mínimo de 3,408 en Tierra del Fuego). A esa oferta se le debe sumar el gas proveniente de Bolivia, con un costo de 5,14 dólares por millón de BTU, y el GNL importado para el que se estima un precio de 7,25 dólares por millón de BTU, más un costo fijo y variable, que se estima entre 1 y 1,3 dólar por millón de BTU.
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Datos que faltan en esta nota: Costo de produccion (break evens) promedio del gas producido en el pais (Conv. y No Conv) menor a 2 usd. Implica tasas de retorno promedio a la industria productora para los proximos 4 años de cerca al 80%. Y esos costos incluyen por supuesto los costos de desarrollo…