Muchas son las preguntas que inundan la cabeza de cada argentino últimamente. ¿Qué pasará cuando termine la cuarentena? ¿Terminará la pandemia? ¿Se podrán hacer las mismas cosas que antes? El pasado es un anhelo que acompaña hace 120 días. Pero, más que mirar hacia el futuro, muchos se están perdiendo del presente.
El Coronavirus, ante cualquier pronóstico, logró penetrar en todas las sociedades y países, causando estragos, tanto en la mortalidad como en la economía. Su paso por el mundo continúa, hasta hoy, con incertidumbres y provocando temor. En la balanza, el Presidente siempre priorizó la salud de los argentinos, bajo la medida del confinamiento. Son pocos los trabajos esenciales que se ven exentos de esta decisión.
Sin embargo, ¿hasta qué punto están exentos? El sector de hidrocarburos, totalmente necesario para el desarrollo del país, y uno de estos empleos esenciales, sufrió suspensiones, rebajas salariales, accidentes por falta de trabajadores en actividad y negativas por las cámaras empresarias para ajustar los sueldos.
Si bien la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles (FASiPeGyBio) logró paliar los golpes, como el acuerdo de minimizar la reducción salarial pautada por las cámaras, está claro que el país atraviesa una pandemia con impactos económicos negativos, donde pocos se salvan. Pero, ¿eso quiere decir que debemos dejar de lado los derechos que nos pertenecen como trabajadores?
La Federación, desde el comienzo de la pandemia, se puso a disposición de la sociedad, habilitando infraestructura para utilizar como residencia de los enfermos, vehículos privados y viandas para sus trabajadores. Y, si bien la búsqueda por la solidarización con los 46 millones de argentinos es considerado un deber, nunca se dejaron de lado las necesidades principales de los trabajadores de hidrocarburos. Pero, el problema comienza a formarse en el momento donde no hay consensos con aquellos que forman parte del mismo sector.
Desde videoconferencias y envíos de comunicados, se logró conseguir el aumento del 13% para la rama del gas; la cual aumentó considerablemente su producción durante la pandemia. Por el lado de las refinerías, cuentan con una producción mayor a la de marzo y, aún así, las cámaras empresarias se niegan a reabrir la discusión por las paritarias del 2019.
Los trabajadores no encuentran aquel incentivo salarial. Un sueldo que no se ajusta a la inflación real, no sirve como una retribución honesta para los que se desempeñan en la industria. Y la Federación continuará exigiendo, por los medios posibles, que se respete y cuide a los que impulsan este país; que no es sólo de unos pocos, sino de todos los argentinos que lo construyen día a día.
Son más de 66 mil las familias que dependen de la FASiPeGyBio, y es cada vez más necesario el soporte y apoyo desde lo sindical. Es indispensable contar con organismos encargados de luchar y defender los derechos que son necesarios para transitar la vida que se merece la persona que trabaja, no sólo por su sueldo, sino por el bienestar y desarrollo de la Argentina.
* Secretario General de la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Combustibles