“En Buenos Aires no piensan en nuestros recursos naturales. Por suerte, tenemos quienes los defiendan. En estas próximas elecciones, primero elegí por Neuquén y después al presidente que quieras”. Así arranca el spot del Movimiento Popular Neuquino con el que Guillermo Pereyra, senador y secretario general del sindicato de Petroleros Privados, busca imponerse en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) el mes que viene.
Su banca se pondrá en juego en las generales de octubre pero la docencia empieza con agosto. “Estamos con desventaja frente a los demás partidos porque tenemos dos pasos en el cuarto oscuro”, reconoció el dirigente a Econojournal y explicó el mensaje: “les estamos diciendo que pongan la lista 151 A y que, quien tenga preferencia por algún candidato nacional, corte boleta y la agregue”. “Está pegando muy bien”, aseguró.
La campaña de Pereyra se inició con una recorrida de diez días en el interior de Neuquén y se detendrá apenas esta semana por su actividad en el Senado. Iba a tomarse licencia, pero dijo que prefiere seguir porque hay muchos proyectos de su autoría en comisiones y no quiere que se pase la oportunidad de tratarlos.
El más importante y que servirá de bandera para la campaña es el que plantea una suerte de fondo de reparación histórica para las provincias que explotan no convencionales y que “ya tiene el visto bueno de los asesores”. Pereyra logró que ingrese en la comisión de Energía que preside y ahora negocia con el titular de la de Presupuesto, Esteban Bullrich, para que acceda a tratarlo en reunión plenaria lo antes posible. “Estoy en el sindicato, en la campaña, en el Senado, en todos lados”, casi bromeó.
Ya en una elección anterior -aquella que lo enfrentó en internas con el ahora gobernador Omar Gutiérrez- se jactó ante sus adversarios que él podía atender muchos mostradores y, por ahora, no hay ninguno que planee dejar.
Objetivos diferentes
El MPN necesita, por lo menos, salir segundo en las generales para quedarse con uno de los tres escaños neuquinos en la Cámara Alta (si obtiene un diputado, será de yapa). Sin embargo, sus principales dirigentes no parecieran estar dejándolo todo por librar esa batalla. Lo que desvela a Gutiérrez es recuperar la intendencia de la capital en septiembre y se nota en el despliegue propagandístico, de recursos y alianzas que viene dedicando a una elección para la que aún falta bastante más.
“Están balconeando la campaña”, aseguró un hombre del partido para quien “el que tiene ganas de ganar es Pereyra”. El senador no lo admite, pero reconoció que como cabeza de lista tiene “mayor responsabilidad”.
Lo cierto es que la línea, las propuestas y el discurso los definió él, una potencial derrota se cobrará en la sede del sindicato y una eventual victoria la celebrará el Movimiento todo. “Ahí el palco se va a hacer chico”, evaluó la misma fuente.
En el kirchnerismo están confiados en repetir la historia del 2015, cuando el candidato presidencial Daniel Scioli se impuso en la provincia como en toda la Patagonia y arrastró a las categorías legislativas a su triunfo. Al peronismo siempre le fue bien en Neuquén, aunque podría decirse que tuvo un traspié en el 2017, cuando la “ola amarilla” arrasó en las elecciones de medio término y le prodigó, con muy poca campaña, una banca de diputado al pastor evangélico y exconcejal David Schlereth.
En el Frente de Todos piensan que tal cosa no volverá a ocurrir. El pronóstico es dos y uno con el oficialismo provincial y de nada para los representantes del “cambio”.
Pereyra, por su lado, compara esta elección con la que ganó en 2013. Con aquella gesta “épica” que lo llevó a enfrentar a nada menos que a la lista auspiciada por el exgobernador Jorge Sapag y todo el aparato del Estado en unas PASO sin precedentes.
Presupuesto propio
Dicen que piensa que, si pudo en ese escenario adverso, también podrá en este. Es el único de la lista con presupuesto y estructura propia para mover la campaña. “Él empuja y arrastra al resto de los candidatos”.
¿Amor propio o ambición de cargos? “Un triunfo de Pereyra acá repercute directamente en Vaca Muerta”, evalúan algunos, aunque su fortaleza no sólo debe ser mostrada hacia afuera, sino también hacia adentro.
En el sindicato ya se empiezan a manifestar tendencias internas y el que pareciera su sucesor designado (él lo ungió para luego desmentirlo en cuestión de días), Richard Dewey, colisiona con las aspiraciones del ahora intendente de Rincón de los Sauces, Marcelo Rucci, quien en diciembre pasará a engrosar la lista de mano de obra desocupada.
El hombre es un impredecible como Pereyra, aunque con métodos menos refinados para la negociación.
Algunos pequeños conflictos desatados en Añelo con dudosos patrocinios levantaron sospechas, aunque desde el entorno del secretario general aseguraron que en esta todos tiran para su lado porque aún lo necesitan.
De hecho, Rucci fue el autor de un audio de Whatsapp que se filtró días atrás y que lo expuso convocando a la militancia a participar de un acto de Pereyra, con modos poco protocolares. Apenas 40 segundos de honestidad brutal: “Muchachos, lo importante es que la gente vaya al poli. Es importante que bajen todos, les pido a cada uno de los delegados que chequeen la gente de ustedes que nos acompañan. Y los que no, me dan los nombres, porque acá la pelea es de todos, no de uno solo. Si bajamos a las 4 y después se hacen los pelotudos y no van, eso no sirve». El intendente dijo después que era una charla “en confianza, con un grupo de compañeros”.