El etano es un hidrocarburo que suele encontrarse en cantidades apreciables en el gas natural y es utilizado por la industria petroquímica como uno de sus principales insumos.
En la Argentina se genera la cantidad suficiente para abastecer un polo petroquímico que transforma ese recurso en 1,5 millones de toneladas (Tn) anuales de materias plásticas. En este rubro, el gigante estadounidense Dow Chemical Company ejerce un rol preponderante, con un 44% de la capacidad instalada.
Diego Ordoñez es el flamante CEO de la compañía en la Argentina, con apenas unos meses en el cargo. Sin embargo, es un histórico dentro de la organización, en la que construyó toda su carrera profesional a lo largo de casi tres décadas. Su impronta dentro de la filial local está en marcha.
Durante su último rol como Global Director New Business Development Feedstocks & Energy lideró el negocio de hidrocarburos en todo el mundo para una corporación que maneja ingresos anuales superiores a los u$s 58.000 millones.
A tono con la magnitud de esa cifra, Ordoñez no duda en afirmar que «el mercado del gas en la Argentina es insignificante». Y vaticina que, en los próximos dos años, el país podría sumar una producción adicional de al menos 15 millones de metros cúbicos (m3/día) a los 133 millones que se extraen diariamente. «El precio del millón de BTU puede estar por debajo de los u$s 3 si logramos aumentar los volúmenes y generar una masa crítica que ayude a pensar en nuevos proyectos petroquímicos», se entusiasma el directivo, en diálogo con Revista TRAMA.
«Para lograr que el precio del gas en Vaca Muerta esté por debajo de los u$s 3 por millón de BTU es clave que la demanda del fluido crezca sustancialmente a partir de los mercados de exportación, como lo que se está haciendo con Chile o lo que hizo YPF con la barcaza pensada para exportar 2,5 millones de m3/día de LNG.»
¿Qué puede hacer el Gobierno para fomentar ese proceso?
El Gobierno ha autorizado a los privados a que hagan contratos. Otra manera de fomentar el proceso es iniciar una renegociación del contrato con Bolivia, que recién vence en 2026. A su vez, puede avanzar en la integración con Brasil para lograr una mayor masa crítica en lo que se refiere a Vaca Muerta.
En líneas más generales, el Estado debe proponer un marco y respetarlo. Si eso no sucede, la estructura contractual que pudimos imaginar los privados se destruye incluso antes de empezar. Muchos de los nuevos proyectos requieren financiamiento; es decir, algún tipo de endeudamiento. Es por eso que la Argentina debe volver fuerte al mercado de capitales.
Hoy hay empresas que están dispuestas a poner equity, pero no a la escala que demanda el país, lo que obliga a regresar a los mercados de capitales.
¿Qué piensa de la imposición de nuevas retenciones?
La nueva imposición de retenciones se encuadra en cambios en las reglas de juego. Cuando llega la hora de evaluar alternativas de inversión, se analiza cuál es el escenario base y el alternativo. El escenario base es que no habrá retenciones, pero finalmente sucedió lo contrario y eso no ayuda. Lo mismo ocurre con los subsidios a la producción de gas. Puede gustar o no, pero el Gobierno se comprometió y aquello acordado se debe pagar.
En el caso de El Orejano, no estamos cobrando como se debe. Hace unos meses, nos pagaron el primer trimestre de este año.
Y en teoría nos pagarán 2017 en cuotas, a lo largo de 2019 y 2020. Más allá de lo que significa desde un punto de vista económico-financiero, está la palabra no cumplida y eso pesa cuando se evalúa un nuevo proyecto.
¿Dow está evaluando una ampliación de la capacidad instalada?
A la hora de pensar en un proyecto petroquímico hay dos patas: la materia prima y su precio. En cuanto a la primera, debemos evaluar la disponibilidad tanto de etano como metano, y si existe en la red argentina la posibilidad de concretar un proyecto de escala regional. Sin eso, no se puede hacer nada.
Luego, debe analizarse cuál es el precio de esa materia prima. Hoy, somos positivos con el país. En el caso del etano, la base del precio tiene que ver con el gas natural que se opera en el mercado. Como todos los commodities, ese valor está definido por cuál es el productor marginal de ese mercado y quién lo será en el futuro.
Ahí, llegamos a Vaca Muerta. Y el próximo paso es preguntarse cuál será el punto de equilibrio de esta formación, algo que vemos al detalle, día a día, de la mano de YPF. A medida que nos acerquemos a una cifra inferior a los u$s 3 por millón de BTU podemos pensar en ampliar o en crear un proyecto petroquímico, siempre que haya un horizonte de volumen.
¿Qué plazos evalúan para concretar un nuevo emprendimiento?
En la Argentina la tendencia por volumen producido de gas y por contenido de etano es mayor que el promedio. De aumentar la producción gasífera con esta combinación, donde el gas más rico desplaza al menos rico, podemos pensar que a principios de la próxima década alcanzaremos una cantidad suficiente para hacer una evaluación petroquímica.
Sin embargo, en el paraguas de los mercados regionales y globales se tiene en cuenta el volumen, pero también su precio. A su vez, cuando se monta una planta debe pensarse a quién venderle. Hoy, de lo producido en Bahía Blanca ya exportamos un 30%. Por eso, al evaluar una ampliación debemos tener en cuenta que es un 100% pensada a la exportación con un horizonte a 10 ó 15 años. A priori, se trata de una gran noticia para la Argentina, pero me pregunto si habrá incentivos. ¿Cuál será el rol del Mercosur? ¿Qué quiere hacer la Argentina con lo último que pasó en Brasil?
¿Cuál es el rol que juega Dow en este mercado?
Jugamos un rol muy importante junto con otros actores, como es el caso de YPF en El Orejano. Si se analizan los últimos cuatro años y se observa cuáles son las empresas que están siendo más agresivas en materia de inversión y desarrollo, claramente podemos decir «misión cumplida».
El Upstream está encaminado y ahora vamos por el Midstream. En ese sentido, nosotros podemos apostar con equity o a través de distintos caminos, pero actualmente estamos viendo cómo evoluciona el segmento.
¿Qué está haciendo la firma en el negocio del Midstream?
El Midstream es importantísimo para nosotros. Por eso participamos en Compañía Mega, la asociación con YPF y Petrobras. El eje principal del negocio es agregar valor al gas natural a través de la separación y el fraccionamiento de sus componentes ricos, con el fin de recuperar etano (que constituye la principal materia prima de la industria petroquímica). La razón por la que ingresamos es la misma que aquella por la que seguimos siendo socios. Se trata de un modelo a partir del cual podemos continuar haciendo nuestro aporte.
¿Qué puede esperarse para esta industria en los próximos años?
Esperamos sumar 15 millones de m3 adicionales. Consideramos que es una meta posible en los próximos dos años. Si no lo logramos, algo habrá pasado.
El gran desafío es dar un salto mucho más allá de eso, pensando tanto en la exportación de gas como en la industria, para transformar ese recurso en metanol o fertilizantes. Y luego apuntamos a fortalecer el rol de la petroquímica, sobre todo generando más polipropileno. ×
La nueva Dow
Dow Chemical Company, Corteva Agriscience y DuPont Corporation son los nombres y apellidos de las tres compañías a las que dará una nueva vida el desglose del gigante DowDuPont Inc. Tras lo que fue una de las fusiones más resonantes en la industria química de todo el globo hace tan sólo tres años, ahora comienza el proceso inverso para separar las diferentes unidades de negocios.
De acuerdo con Diego Ordoñez, CEO de la división local de Dow, el 1 de abril del próximo año hará su debut «la nueva Dow». «Una de las constantes que propone el CEO global Jim Fitterling es el retorno del capital como clave. Amén de las oportunidades que tenemos en las Américas, cada proyecto que evaluamos debe generar un retorno sobre el capital acorde a lo esperado. Si los retornos que prometemos a los accionistas no son tales, haremos muchas menos inversiones», advierte.
Amante del trekking, cuando el trabajo le da un respiro el ejecutivo disfruta del tiempo en familia. Casado y con dos hijas, entiende que la posibilidad de incrementar la capacidad instalada de la compañía en la Argentina se encuadra en el nuevo marco vigente. «Tanto los planes que evaluamos para Estados Unidos, Canadá o Bahía Blanca se desarrollarán sobre la base del retorno que puedan generar. Por lo pronto, creemos que a nivel mundial la suma de las nuevas compañías tendrá un resultado mayor que lo conocido hasta ahora», asegura.
Los números de un gigante
Dow dio su primer paso en la Argentina en 1995, cuando la privatización del control de Indupa y de Petroquímica Bahía Blanca (PBB) le dio la oportunidad de tomar una posición de importancia, en sociedad con YPF y la japonesa Itochu.
Luego, la firma avanzó con la compra de Polisur, productora de polietileno que era de Ipako, de la familia Zorraquín. Esas compras, descontada la venta de Indupa al grupo belga Solvay, representaron un desembolso de u$s 560 millones, de los cuales la compañía estadounidense aportó u$s 392 millones.
Con el tiempo, Dow encaró los planes de expansión que triplicaron tanto su producción como el capital comprometido en el país. Una década más tarde, se quedó con la totalidad de PBB al comprar el 28% que aún estaba en manos de YPF.
Hoy, el gigante estadounidense tiene un equipo de 1.000 empleados directos en el país, lleva adelante inversiones por u$s 210 millones y factura u$s 1.400 millones, de los cuales u$s 400 millones son exportaciones.
Contador público nacional, egresado de la Universidad de Belgrano, el nuevo capitán de esta nave manejó, entre otras, las áreas de Risk Management y Gas Natural desde Houston. Allí, Ordoñez realizó un posgrado en Liderazgo, en la Thunderbird School of Global Management, Arizona. Su estadía en el exterior también lo llevó a Brasil, donde trabajó entre 2007 y 2010.