A diferencia de la atención que habían concentrado luego del fallo de la Corte Suprema, la semana pasada las audiencias públicas del gas provocaron escaso interés. La mejor evidencia de ello es cómo pasó desapercibido el inédito enfrentamiento público que mantuvieron los representantes de Transportadora Gas del Sur (TGS) y Transportadora Gas del Norte (TGN) en la audiencia que se llevó adelante el martes 20 en Bahía Blanca. El punto 3 del orden del día de la audiencia contemplaba el tratamiento del proyecto de construcción del gasoducto Mercedes-Cardales por parte de TGS. El gerente de Asuntos Regulatorios de la compañía, Rubén De Muria, fue el encargado de defender la iniciativa, que prevé el financiamiento por parte de los usuarios residenciales. Quien salió a cuestionarlo con dureza fue nada menos que el director general de TGN, Daniel Ridelener, quien aseguró que la obra debería ser solventada por las generadoras eléctricas, tal como prevé una alternativa que impulsa TGN, y no por los hogares del Gran Buenos Aires a través de un aumento adicional en sus tarifas.
Detrás de esta pelea se encuentran dos peso-pesado de la cúpula empresarial argentina. TGS es controlada por Marcelo Mindlin, titular de Pampa Energía, el principal holding de energía eléctrica del país, mientras que Paolo Rocca, presidente del emporio Techint, es accionista controlante de TGN.
De Muria fue el primero en la lista de oradores y luego de justificar su pedido de nuevo aumento tarifario pasó a detallar las características del gasoducto Mercedes-Cardales que buscan construir, el cual requiere la aprobación del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas). El ejecutivo de TGS aseguró que el anexo III de la resolución I-4362/17 de Enargas prevé que la licenciataria podrá proponer a la autoridad regulatoria durante el quinquenio 2017-2021 la ejecución de obras no contempladas en el plan de inversión como obras de factor K. “Bajo esta metodología de factor K, TGS propone ejecutar el proyecto Mercedes-Cardales comprometiéndose a invertir una suma estimada en los 2940 millones de pesos (unos US$ 150 millones) adicionales al plan de inversión 2017-2021 aprobado en el marco de la RTI”, remarcó.
De Muria aseguró luego que el proyecto permitirá contar con un cuarto canal de alimentación de gas natural que formará parte del sistema actual de gasoductos anillados que abastece la zona del Gran Buenos Aires, donde se concentra la mayor demanda del país. El gasoducto propuesto tendrá 75 kilómetros de cañería de 30 pulgadas de diámetro y una presión máxima de operación de 80 kilos que se extenderá desde un punto de interconexión en el gasoducto Neuba II de TGS, en las proximidades de la localidad de Mercedes, hasta el punto de vinculación con el sistema de TGN en Cardales.
La capacidad de transporte del gasoducto será de 11 millones de metros cúbicos día y el plazo de ejecución de la obra se estima en 18 meses. El proyecto contempla además la instalación de una planta compresora de 10.000 hp de potencia en Mercedes y de una estación de transferencia y medición de volúmenes de gas en Cardales. “Consideramos que este proyecto Mercedes-Cardales cumple con los criterios de identificación de un factor K por cuanto adiciona mayor confiabilidad en el suministro de gas en el sistema de transporte, tiene un horizonte temporal que optimiza el costo de expansión en el mediano plazo y se trata de una obra relacionada con la confiabilidad, la flexibilidad y la eficiencia del servicio”, remarcó De Muria. Además, aseguró que el gasoducto permitirá completar el cierre del anillo de alta presión del Gran Buenos Aires y sus zonas periféricas lo que permitiría mejorar las condiciones operativas y de seguridad del suministro de gas.
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“Considerando que la obra se ejecuta en su totalidad en la subzona tarifaria GBA y siendo sus beneficiarios los cargadores o usuarios con puntos de entrega en dicha subzona se propone que el incremento tarifario requerido como factor K sea calculado sobre los ingresos generados por la subzona tarifaria GBA y por ende aplicado a aquellos cargadores o usuarios con punto de entrega en dicha subzona tarifaria”, sostuvo De Muria. En relación al impacto sobre las tarifas, el ejecutivo de TGS dijo que para la ruta de transporte Tierra del Fuego-Gran Buenos Aires el ingreso requerido supondría un incremento de 5,32%, para la ruta Santa Cruz-Gran Buenos Aires un 5,80% y para la ruta Neuquén-Gran Buenos Aires un 8,98%. De Muria aseguró que el impacto por incremento del transporte por el Factor K sobre la factura de los usuarios residenciales de Metrogas sería de 1,5%. Por último, puso como ejemplo que para usuario R1 que consume hasta 250 m3 por año el impacto en la tarifa sería de 2,63 pesos promedio por mes, sin contar los impuestos.
En la misma audiencia llegó la respuesta de Daniel Ridelener. “Más allá de las distintas consideraciones que TGS explicita en el expediente, los primeros beneficiarios de esta obra son los nuevos generadores eléctricos ubicados en la zona Litoral y Centro, no los consumidores de Gas Natural BAN y Metrogas, generándose un subsidio cruzado entre usuarios de distintas zonas y diferentes categorías”, disparó. El CEO de TGN aseguró luego que su compañía presentó otro proyecto consistente en la construcción de una planta compresora de 10.000 hp en Cardales y la instalación de 12 km de cañería de 30 pulgadas de diámetro. “Al igual que el proyecto de TGS, este proyecto implicaría un incremento en la capacidad de transferencia de gas entre sistemas y aportaría mayor confiabilidad al sistema en su conjunto. Sin embargo, a diferencia de la propuesta de TGS, sus costos de inversión serían repagados por la tarifa de Transporte que están dispuestos a pagar los nuevos generadores eléctricos de las zonas Litoral y Centro”, insistió.
Por último, acusó directamente a la TGS, que también tiene como accionistas a las familias Sielecki y Whertein, de querer financiar su estrategia de expansión con dinero de los usuarios del Gran Buenos Aires para quitarle clientes a TGN en el Litoral. “El Proyecto Mercedes-Cardales tiene en realidad, como verdadera finalidad, la de abaratar futuras expansiones en el sistema de TGS para abastecer a la demanda conectada a TGN. Un proyecto competitivo. Genuino por cierto pero que no debe ser pagado por los usuarios de la zona GBA (…) Tiene por finalidad primaria competir con TGN, desplazando ventas de servicio interrumpible de TGN o de las distribuidoras de la zona y abaratar futuras expansiones para competir en el abastecimiento de la demanda de la zona Litoral”, concluyó.
En su presentación, De Muria se había adelantado a responder a las críticas que ya sabía que le formularía Ridelener. “La obra de TGN se trata de un proyecto absolutamente distinto al propuesto por TGS en esta audiencia. Mientras el proyecto de TGS fue diseñado con visión de largo plazo en el área de mayor concentración de demanda con el objetivo de dotar al sistema de transporte de mayor confiabilidad y flexibilidad a través de completar un segundo anillo de alta presión en el Gran Buenos Aires, el proyecto de TGN está dirigido principalmente a atender las necesidades de transporte de generadores eléctricos”, afirmó. De Muria también comparó las características de ambos proyectos y aseguró que la nueva planta compresora que tienen previsto instalar contempla la posibilidad de direccionar su descarga hacia todo el anillo del Gran Buenos Aires para dar respuesta a los picos de consumo y situaciones de emergencia, mientras que el proyecto de TGN solo mejoraría el tramo Cardales-Pacheco. A su vez, subrayó que el gasoducto de TGS es más robusto porque incorpora una capacidad de transporte adicional de 11 millones de metros cúbicos diarios contra 5 millones del de TGN, entre otras consideraciones técnicas.
No es la primera vez que TGS y TGN se enfrentan por la obtención de un negocio. El año pasado ambas compañías le propusieron al Ministerio de Energía construir un gasoducto en Vaca Muerta para inyectar al sistema troncal el fluido generado en la formación neuquina. Aquella disputa todavía no está resuelta y ahora sumaron un nuevo frente de conflicto. A fines de marzo debería estar la respuesta del Enargas al pedido de construcción del gasoducto Mercedes-Cardales, pero fuentes oficiales aseguraron a EconoJournal que luego de lo ocurrido en Bahía blanca es probable que la definición se postergue.
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Hay que estudiar al sistema energético como un conjunto, y de allí definir las obras que maximizan el resultado para el bien común, premiando al inversor con un retorno proporcional al riesgo asumido. El desarrollo de renovables hace aún mas necesaria una mirada integral, para bajar los costos del cubrimiento de la intermitencias de aquellas. Sin tener un análisis acabado de esta cuestión, tiendo a opinar que es un proyecto que tiene como principal interesado directo a la generación eléctrica, y por tanto este sector debería pagarlo en su totalidad o, al menos, en gran parte. Creo que sería interesante estudiar también hacer el caño a Zufriategui, atrás del DOT. Y, ya que estamos, reemplazar las viejas TVs de las centrales de la Capital, bajando así los costos de generación.
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