Fortalecido por el triunfo en las elecciones legislativas, el Gobierno avanzará con un proceso de desinversión de activos energéticos no estratégicos que, en rigor, está en carpeta desde hace tiempo. La iniciativa –asentada en el Decreto 882/17, publicado hoy en el Boletín Oficial- cuenta con tres grandes emergentes: a) la venta de la participación del Estado en centrales termoeléctricas; b) la creación de una nueva empresa, Integración Energética Argentina (IEASA), que fusionará los activos de Enarsa y Ebisa y tendrá a su cargo la construcción de las represas de Santa Cruz y la finalización de la usina eléctrica en Río Turbio, y c) la transferencia para su posterior desinversión de activos en el área nucleoeléctrica –como la compañía Dioxitec-, que hoy son controlados por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Nucleoeléctrica Argentina (NASA).
EconoJournal entrevistó a Hugo Balboa, presidente de Enarsa, para conocer más sobre la instrumentación del decreto firmado por el presidente Mauricio Macri y por el ministro de Energía, Juan José Aranguren.
¿Cuáles son los grandes lineamientos de la iniciativa?
El Estado, a través del Ministerio de Energía, definió que la generación térmica no es un activo estratégico, por lo que va a desprenderse de esos activos. Es el momento político apropiado para tomar esta decisión. Donde sí vamos a continuar, al igual que en muchos países, es en el sector hidroeléctrico por el tipo de proyectos que involucra. Concretamente, el Decreto dice que Integración Energética Argentina S.A. va a ser la responsable de comercializar la energía proveniente de las centrales hidroeléctricas de Santa Cruz. Pero, a su vez, habilita a la empresa a disponer los medios para, en un futuro, vender una parte (de esas obras) o privatizarlas. Es lo que dice la propia norma.
¿Sería replicar el modelo de las represas Piedra del Águila o el Chocón, que fueron construidas bajo control estatal y luego transferidas a un privado?
Estamos convencidos que de que el Estado no hace bien determinadas cosas. No es eficiente en este tipo de proyectos. Entonces, tenemos que dejar las cosas que no podamos hacer bien. Y, por otro lado, esto está en línea con la decisión de tratar de ir reduciendo el Estado.
¿Cuáles son los próximos pasos a seguir?
Los próximos dos meses los vamos a dedicar a rediseñar toda la estructura de la compañía. Probablemente, haremos una licitación rápida para contratar una empresa internacional que nos ayude a generar el organigrama necesario para poder cumplir con los objetivos. Tenemos que analizar los organigramas de Enarsa y de Ebisa, que es chica, con un personal de 50 o 60 personas, porque hay que integrar las dos. Aún no conocemos el lugar físico dónde estará la nueva empresa, todo está por hacerse. Pero tenemos que hacerlo rápido porque nos van a transferir las centrales (hidroeléctricas) rápidamente. En el corto plazo, lo primero es desarrollar una estructura de control, porque en una construcción de un megaproyecto como este si perdiste cuatro meses, arrancás mal.
¿Cuándo se va a instrumentar la transferencia bajo la órbita de IEASA?
No tengo fecha, el decreto se publicó hoy y todavía no me reuní con el ministro (Aranguren) para hablar de esto. Entre esta semana y la próxima vamos a definir los próximos pasos a seguir. Tampoco me reuní con la el personal de Ebisa.
La nueva compañía tendrá a su cargo cinco áreas principales: 1) la venta de las centrales termoeléctricas Ensenada Barragán y Brigadier López, usinas de ciclo abierto que fueron construidas por Enarsa y hoy están inconclusas. 2) El gerenciamiento de la construcción de las represas de Santa Cruz, que fueron rebautizadas nuevamente como Condor Cliff-La Barrancosa (en lugar de Néstor Kirchner-Jorge Cepernic). 3) La finalización de la central eléctrica de Río Turbio, en Santa Cruz. 4) La conclusión del Gasoducto del NEA (GNEA), prevista para el año que viene. 5) La importación de Gas Natural Licuado (GNL) desde Chile y para las terminales de Escobar y Bahía Blanca.
El Decreto 882/17 establece que el Estado analizará la venta de la empresa Dioxitec y de otros activos en el área nucleoeléctrica. ¿Quién estará a cargo de ese proceso?
La norma transfiere esos activos al Ministerio de Energía y Minería. IEASA no tendrá ninguna competencia en esa área.
¿Qué sucederá con las centrales térmicas que fueron construidas bajo el paraguas del Foninvemem, como San Martín, Manuel Belgrano, Vuelta de Obligado y Guillermo Brown?
Al igual que con Dioxitec, la nueva compañía no tendrá nada que ver con ese proceso, que dependerá directamente del Ministerio de Energía.
¿Qué desafíos de gestión implica el gerenciamiento de los proyectos hidroeléctricos de Santa Cruz y la central de Río Turbio?
En el caso de Río Turbio, toda la auditoría de los desastres que se cometieron ya fue realizada. Nosotros tomamos la obra de acá para adelante. El desafío es cómo hacer funcionar la planta. Eso está unívocamente ligado con la capacidad de producción de la mina. La producción de carbón necesaria para la central no dependerá de IEASA.
¿Cómo se llevará adelante la venta de las centrales Ensenada Barragán y Brigadier López?
Vamos a realizar una licitación pública. Primero debemos definir si algún organismo del Estado puede valuar el valor de los activos involucrados. Si no, realizaremos una licitación para contratar a una empresa privada de renombre para que realice una cotización de cada central. Ese valor se tomará como precio base de la licitación pública y no podrá venderse por debajo de ese precio. El objetivo prioritario es ese, no sólo por el hecho de vender los proyectos, sino para agilizar el cierre de ciclo de las centrales.
Balboa evitó precisar el monto de inversión que se requiere para cerrar el ciclo combinado de ambas plantas, una ubicada en La Plata y otro en Santa Fe. Tampoco quiso indicar cuánto espera recaudar por la venta de las usinas. Sin embargo, según un relevamiento realizado por EconoJournal entre ejecutivos del sector eléctrico, la cotización actual de las centrales oscila entre los 500 y los 700 millones de dólares. tanto que cerrar el ciclo de las centrales podría demandar una inversión de US$ 500 millones en conjunto.
El Decreto también prevé la venta del 50% de la compañía Citelec, que a su vez es titular del 52% de Transener, la transportista de alta tensión. ¿Cómo se explica esa decisión?
EL Estado defendió el valor de Transener en septiembre del año pasado, cuando compró un 12,5% de participación a $ 7 por acción y la cotización actual supera los 40 pesos. En ese momento, desde algunos sectores nos criticaron. Pero lo cierto es que elevamos casi siete veces el valor de las acciones del Estado.
Uno podría pensar que mantener una participación en Transener, la única empresa de transporte del país, tiene un sentido estratégico. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Al margen de cuál sea mi opinión, lo cierto es que recibimos una instrucción del Ejecutivo que debemos aplicar.
¿Es necesario obtener algún tipo de validación del Congreso para llevar adelante la desinversión?
Nosotros creemos que no. Lo que sí, está pendiente la publicación de uan resolución para implementar el Decreto.
¿Por qué se tomó la decisión de crear una nueva compañía como IEASA?
Podríamos haber seguido con el nombre de Enarsa, incrementando algunos sectores de la estructura, que se va a ver reducida por la salida de las centrales termoeléctricas (la venta se realizará con el personal asignado al proyecto), pero a su vez se va a incrementada por la administración de nuevos proyectos, porque queremos asegurar la estructura de control técnico y seguimiento de contratos para que nos pasé lo mismo que en su momento pasó con Yacyretá. La decisión de crear una nueva compañía me parece necesaria para darle un corte a Enarsa, una empresa que cuando asumimos venía cargada de problemas. Nuestro objetivo es que la gente se sienta orgullosa de trabajar en esta compañía. Para eso hubo que trabajar mucho porque arrancamos menos 10. Hoy, el mayor orgullo que tenemos es que el presidente y el ministro de Energía hayan confiado en que esta Enarsa que venía vilipendiada hoy es capaz de poner y manejar proyectos de tan grande envergadura. En este tiempo hay mucha gente que ha revertido la historia. Si nos mirabas con los ojos de hace dos años no visualizábamos esto. Hoy tenemos por delante la ejecución de proyectos como mínimo por cinco años más.