Schlumberger es la mayor compañía de servicios petroleros del planeta, un negocio redituable que consiste en atender a las empresas operadoras que extraen el crudo y el gas.
En la Argentina, la firma fundada en Europa –hoy ampliamente extendida en EE.UU. y en todos los centros hidrocarburíferos del mundo- controla un 60% del mercado local de servicios.
Desde esa plataforma, Schlumberger busca dar un paso adicional al asociarse directamente con empresas productoras para operar yacimientos de petróleo y gas en el país. En esa dirección, en los últimos dos meses directivos de la petrolera iniciaron gestiones con petroleras locales para ingresar como inversor en el upstream de hidrocarburos, confirmaron a EconoJournal fuentes al tanto de las discusiones.
El debut de Schlumberger como operador estuvo cerca de concretarse en febrero pasado, cuando concretó una oferta para adquirir un porcentaje del área Bajada de Añelo a YPF para extraer hidrocarburos desde Vaca Muerta. Pero finalmente la petrolera bajo control estatal optó por aceptar la oferta de Shell, que ofrecía un precio más alto por el acreaje en el play no convencional.
Aún así, Schlumberger mantiene negociaciones abierta con YPF para ingresar en otros campos de la cuenca Neuquina. También tuvo reuniones con otros jugadores del mercado como CGC, el brazo petrolero de Corporación América, el holding que lidera Eduardo Eurnekian, según indicaron a EconoJournal fuentes del mercado.
A diferencia del modelo tradicional limitado a la provisión de una amplia paleta de servicios, ahora de Schlumberger está dispuesto a concretar las inversiones que requiere la explotación de un reservorio. Es una novedad para el mercado argentino, pero no para el internacional. Por medio de la unidad Integrated Project Managment (IPM), la compañía de origen francés ingresó, por ejemplo, como inversor en Shushufindi, el mayor yacimiento de petróleo de Ecuador, en asociación con la petrolera estatal Petroamazonas. También concretó proyectos similares en Colombia y en China.
La estrategia de Schlumberger a través de IPM se apoya sobre cuatro pilares: la provisión de tecnología avanzada (la compañía cuenta con centros de research de primer nivel en Cambridge, en la periferia del MIT de EE.UU. y en Rusia, entre otras ciudades); la implementación (deployment) y adaptación de esa tecnologías a las características de cada geología en particular; la inversión de capital a riesgo; y la gerencia total del proyecto (Project Managment). De la implementación global de IPM en Schlumberger participó hace ya una década Miguel Galuccio, ex presidente de YPF, que trabajó más de 10 años en la compañía de servicios y hoy integra su board internacional.
El repago de la inversión de Schlumberger se materializa por medio de la producción incremental de hidrocarburos o de las ganancias que genere la inversión. Esa es quizás el mayor atractivo para las empresas productoras: sin desembolsar dinero adicional, pueden garantizar a través de Schlumberger el desarrollo de áreas petroleras. Es un modelo que cobra especial sentido en escenarios de precios amesetados del barril como este, en el que la mayoría de las petroleras recortó su presupuesto para adaptarse a la realidad del negocio.
En la Argentina, la estrategia de Schlumberger hace sentido para encarar en especial el desarrollo inicial de campos no convencionales de petróleo y gas. La compañía cuenta con la capacidad financiera que les falta a las petroleras argentinas y a su vez, maneja la tecnología que requiere la explotación de Vaca Muerta. “El modelo IPM hace sentido y es interesante. Estamos evaluando una asociación con ellos”, reconoció un ejecutivo del sector, bajo la reserva de nombre.
Schlumberger está dispuesto a hacerse cargo de la inversión para desarrollar campos hidrocarburíferos. A cambio, pretende contratar sus propios servicios y tecnología. Es lógico. Desde el la óptica de los productores, la clave es establecer un eficiente sistema de benchmark para realizar un seguimiento adecuado de los costos para evitar distorsiones. “Son mecanismos contractuales que ya están estandarizados. Existe un esquema de benchmark para evitar un incremento distorsionado de los servicios que brinda Schlumberger a la UTE que explota el yacimiento”, explicó a este medio un allegado a la compañía de servicios.
Que vengan las petroleras y las demás que deseen producir y emplear.