
A pocos días de ser reelegido como secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Marcelo Rucci abandonó el bajo perfil que mantuvo desde la llegada de Javier Milei al poder y anunció un paro de 48 horas que comenzará este miércoles a las 20 horas. Si bien la actividad se ralentizó en Vaca Muerta en las últimas semanas, las motivaciones del líder petrolero no se explican solo por lo que ocurre en la formación no convencional e incluso van más allá de lo estrictamente gremial.
La situación en Vaca Muerta
A primera vista, el factor desencadenante de la medida de fuerza se vincula con la menor actividad en Vaca Muerta y el impacto en los niveles de empleo. De hecho, el gremio anunció que ya hay 1.200 despedidos y 2.000 cesanteados. La situación, que comenzó a sentirse en abril cuando los despedidos se elevaron a 700, se agravó la semana pasada cuando se hicieron efectivos los telegramas de algunas empresas, entre ellas, de NRG Argentina. La compañía que comercializa arena para hidrofractura ya despidió a 640 de sus empleados, entre los que se encuentran trabajadores sindicalizados como petroleros y camioneros. Ahora bien, las petroleras por ahora bajaron solo tres equipos y los especialistas coinciden en que no hay evidencia clara que confirme una desaceleración sostenida.
“Estamos ante una situación dificilísima producto de la avaricia de las empresas porque no están perdiendo plata”, sostuvo Rucci este mediodía en una conferencia en la que ratificó la medida de fuerza. Del otro lado, las operadoras solicitaron el llamado a conciliación obligatoria mientras analizan alternativas: “Es una situación muy difícil. Nos tenemos que sentar y ver cómo salimos, pero no hay muchas opciones”, reconoció una fuente que participó de la negociación y que comentó que la única alternativa que se planteó desde el sindicato fue la marcha atrás con los despidos.
La actividad convencional
Al reclamo por los despidos en Vaca Muerta se le suma también la perdida de numerosos puestos de trabajo en Mendoza y el norte de Neuquén luego de que YPF decidiera desprenderse de sus campos maduros convencionales. Eso afectó a la cuenca neuquina y principalmente a la zona de Rincón de los Sauces, el baluarte de Rucci. “La llegada de nuevos jugadores implicó un reajuste del personal y una optimización de los contratos en pos de mejorar el negocio”, reconoció otra fuente consultada.
Por otro lado, este año han estado llegando a Neuquén muchos trabajadores de Chubut y Santa Cruz, donde la actividad petrolera sufre un fuerte declino. En marzo, Rucci se había manifestado en contra de la contratación de 300 trabajadores que Halliburton había despedido en Chubut y planteó que mantendrían una postura firme para evitar el ingreso de petroleros provenientes de otras cuencas, sin embargo, esto no evitó que en los hechos personal y empresas de esas provincias arribaran a la Cuenca Neuquina para buscar una nueva oportunidad.
Motivaciones políticas
Otro de los motivos que llevaron a Rucci a salir del ostracismo tiene que ver con la intención de fortalecer su perfil político. El sindicalista mira con atención los movimientos dentro de la política provincial y la crisis del Movimiento Popular Neuquino lo obligó a replantear su postura. Al igual que otras figuras del MPN, el líder del sindicato reconfigura su estrategia: se muestra conciliador con el gobernador Rolando Figueroa y su espacio político, pero intenta marcar una postura más independiente. De esta forma, intenta extender su influencia más allá de las localidades petroleras para posicionarse como candidato con miras a 2027.
Pérdida de poder adquisitivo
La caída en términos reales de los salarios también es otra de las causas que motivan la protesta. En febrero Econojournal dio a conocer que la Secretaría de Trabajo convalidaría una suba anual del 12% para los petroleros, la misma cifra que Rucci reclamaba como compensación para los meses de diciembre de 2024, enero y febrero de 2025.
En junio finalmente, el gremialista acató el acuerdo que establecía el aumento del 12% desde abril de 2025 a marzo de 2026 dosificado en tres partes cada tres meses, es decir una suba del 1% mensual. Desde el sindicato intentaron bajarle el tono a la negociación y afirmaron que ya no se hablaba de paritarias sino de “conversaciones”. Pese a que, en ese momento, el sindicalista anunciaba que buscaría mejorar el aumento mediante acuerdos con las petroleras, en los hechos eso nunca sucedió.
En contraste, la inflación en Neuquén acumuló un 18,8% en el primer semestre del año, siendo la provincia que encabeza la suba. “Hay mucho ruido en las bases”, reconocieron fuentes cercanas a la industria. “Los aumentos se van diluyendo y eso empieza a incomodar”, opinaron.
La pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores no es un tema que se vaya a solucionar fácilmente porque al mismo tiempo a las petroleras los costos se le han ido encareciendo por la apreciación del peso, incluso los salariales medidos en dólares.