A la hora de proyectar la expansión del mercado gasífero a nivel regional, hay que tomar en cuenta que Vaca Muerta posee un significado para la Argentina y otro distinto para el resto del mundo. Con esa definición arrancó Daniel Rideneler, director general de Transportadora de Gas del Norte (TGN), su participación en la edición 2025 de Midstream & Gas Day, evento organizado por EconoJournal. “Para el país, la formación representa la potencialidad de cambiar la matriz económica que tenemos. Podemos prever para los próximos años unos niveles de producción de 1,5 millones de barriles equivalentes de petróleo, además de materializar proyectos de exportación regional vía gasoducto y de comercialización de gas natural licuado (GNL), estimando ingresos por entre 30.000 y 35.000 millones de dólares”, calculó.
Sin embargo, acotó, para el mercado global esos números resultan poco significativos. “El mundo puede estar un poquito mejor con los recursos de Vaca Muerta, pero sin ellos no le pasa nada. Los sustituirá”, advirtió.

El primer hidrocarburo que puede monetizarse, indicó, es el crudo. “Si esto se diera de manera secuencial y hoy fuese el día cero, que obviamente no lo es, el día uno habrá que producir petróleo, el día dos tendremos que expandir nuestra infraestructura de oleoductos para llevar ese recurso a la costa y recién el día tres nos daremos cuenta de que el crudo tiene gas asociado, lo que tornará necesario hacer plantas de tratamiento y conseguir mercados para el fluido. Ahora bien, lo que está pasando hoy es todo eso junto”, argumentó.
Puntualmente en el ámbito gasífero, subrayó, la prioridad debe ser llegar a los mercados vecinos. “Fundamentalmente pienso en Chile, donde ya contamos con infraestructura y debemos reconstruir la confianza, y en Brasil, que engloba varios mercados en sí mismo, aunque es cierto que también exportamos a Uruguay y que Paraguay nos viene avisando que en unos años querrá consumir el recurso”, sintetizó.
Cinco condiciones
El escenario vigente se caracteriza por un elevado interés por concretar proyectos en el Cono Sur. De acuerdo con Leopoldo Macchia, vicepresidente comercial de Tecpetrol, es hora de aprovechar las riquezas gasíferas de Vaca Muerta, aparte de la infraestructura construida, la declinación de la producción de Bolivia y la creciente demanda de naciones como Chile y Brasil. “La calidad de la roca es fantástica. Son casi 300 billones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés). Y dado que la Argentina sólo usa 1,8 TCF anuales, estamos hablando de 150 años de consumo”, graficó.
Para poner en valor esos recursos y abastecer a la región, aseguró, será primordial apostar por el GNL, un negocio con mucha flexibilidad, pero que depende en demasía de los precios internacionales. “La idea sería llegar a Chile, donde tenemos experiencia, y después a Brasil, que representa un desafío mayor”, anticipó.

En 2018, recordó, cuando arrancó el desarrollo masivo de Fortín de Piedra, Tecpetrol logró retomar las exportaciones de gas al centro chileno. “Un año después alcanzamos una penetración de un 30% en esa zona. Hoy estamos por encima del 65%”, comentó.
La semana pasada, reivindicó, el yacimiento insignia de la empresa batió un récord de 25 millones de metros cúbicos (m3) diarios, el 17% de la oferta argentina. “Ese volumen es más o menos la producción promedio que tuvo Bolivia”, comparó.
Para incrementar las exportaciones a Brasil, argumentó, deberán darse cinco condiciones. “El primer punto, que ya cumplimos con éxito, es arribar a ese mercado vía Bolivia. El segundo, contar con un precio competitivo. El tercero, construir infraestructura. El cuarto, avanzar en la coordinación regulatoria y tarifaria, y firmar acuerdos país-país para darle previsibilidad a todos los actores. Finalmente, conseguir que Brasil esté dispuesto a contratar en firme y a largo plazo”, enumeró.
En pleno crecimiento
En su flamante 20° aniversario, Pampa Energía se encuentra produciendo casi el 10% del gas que hoy se obtiene a escala nacional. “Somos el tercer productor no convencional en Vaca Muerta, con dos grandes yacimientos como El Mangrullo y Sierra Chata. Y más allá del medio local, que obviamente es nuestro objetivo principal, venimos trabajando mucho en los mercados regionales, principalmente en el área metropolitana de Chile”, precisó Santiago Patrón Costa, director comercial de Pampa.
La empresa, confirmó, empezó a exportar a la zona de Bio Bio, que todavía no contaba con acceso al gas neuquino. “A partir de mayo activamos los primeros contratos. Ya estamos exportando 250 decámetros, con la idea de ampliar ese volumen prontamente”, aseguró el directivo.

Para los próximos meses, anticipó, se espera un gran desarrollo en el norte chileno, mercado que competirá en cierta proporción con Brasil. “En suelo brasileño fue clave avanzar con una prueba piloto para entender cómo funcionaba todo el sistema. Con la baja del precio del Brent, a partir de octubre nuestro país se volverá más competitivo. Eso se reforzará el año que viene, más allá de que los costos de transporte todavía siguen siendo altos, gracias al precio mínimo de exportación que implicará el nuevo Plan Gas”, puntualizó.
Para favorecer las exportaciones, reconoció, el Gobierno contribuyó con la sanción de la Ley Bases, que cambió el paradigma de comercialización del gas. “A eso debe sumarse el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que permitirá la ejecución de nuevas obras de infraestructura hechas totalmente por privados, sin intervención del Estado”, celebró.
Tres etapas
Hace ocho meses Harbour Energy adquirió los activos de Wintershall Dea a nivel mundial. Mariano D´Agostino, vicepresidente comercial de la firma, dio cuenta del impacto positivo de esa transacción para la Argentina. “Básicamente cambiaron las expectativas de crecimiento. Hoy tenemos tres pilares fundamentales: el proyecto Fénix, ubicado en la Cuenca Marina Austral; y los activos Aguada Pichana Este y San Roque (que nos abre posibilidades en la ventana de crudo), en Vaca Muerta. Adicionalmente, nos entusiasma la integración de un cuarto pilar: el consorcio Southern Energy, que nos asegura números rápidos para elevar al menos un 50% nuestra producción actual, que oscila en torno a los 10 y 11 millones de m3 diarios”, cuantificó.

En cuanto a la cobertura regional, el experto habló de una integración dividida en tres etapas. “En estos momentos estamos en la instancia de llegar rápido, testear y ser 100% interrumpibles. La siguiente fase, con foco en Chile, debería apuntar a alcanzar una mayor firmeza estacional en el verano. Recién después se puede pensar en contratos de extensión anual que funcionen durante varios años, meta que requerirá inversiones de entre US$ 3.000 millones y US$ 4.000 millones”, proyectó.
Brasil, acotó, será un mercado clave para el GNL. “Allí nuestro recurso será más competitivo que el producido en el resto del mundo. La gran incógnita pasa por el bajo factor de carga que tendrán sus siete terminales, sobre todo en un comienzo. Se está viendo si Brasil tiene capacidad de contratar GNL en modo firme o no, pero definitivamente es el mercado al que llegaremos con los mejores costos”, remarcó.
Objetivo superador
La integración regional tiene que ser un objetivo que trascienda la coyuntura política. Así lo cree Gabriela Aguilar, Country Manager para la Argentina y VP para Latinoaméríca de Excelerate Energy. “Los sectores público y privado deben trabajar conjuntamente en la coordinación que necesita ese proceso”, afirmó.

La región se encuentra en buena medida integrada, desde su óptica, no solamente en materia eléctrica, sino también mediante gasoductos capaces de transportar 660 millones de m3 diarios. “Por otro lado, hay 10 terminales de importación de GNL (siete en Brasil, dos en Chile y una en Argentina) que representan alrededor de 180 millones de m3”, agregó.
El valor del GNL, expuso, depende de cada país, cuyas características son muy diferentes. “La Argentina, por ejemplo, tiene una estacionalidad muy marcada. Hoy nuestra terminal está regasificando entre 18 y 20 millones de m3 para garantizarle una mayor seguridad energética al mercado. En el caso de Brasil, en tanto, el factor estacional está ligado a las fluctuaciones de la hidroelectricidad”, describió.
En toda la región, señaló, se observa una demanda gasífera contenida. “Necesitamos desarrollarla entre todos. Se precisa articular la producción de Vaca Muerta, eliminar los cuellos de botella técnicos y regulatorios, y armonizar los marcos normativos de Chile, la Argentina, Bolivia y Brasil”, enumeró.
“Hay una enorme oportunidad de crecimiento a partir de la consolidación de la Argentina como exportador del recurso. También se percibe un gran potencial de desarrollo en el GNL de menor escala, ya que la región no está totalmente conectada. En virtud de la cuestión ambiental, podrían convertirse todas las centrales que hoy están consumiendo carbón o combustibles líquidos”, completó.